Esta peli no te gustará si eres uno de esos que se tragan rollos infumables de autores sólo aptos para gente muy entendida y sensible. Esto va de un tío que coge la "pipa" y a partir de ahí, quitando alguna escena dramática, todo es acción frenética, tiros, peleas y tensión, mucha tensión.

Si sabes dejar a un lado los prejuicios de turno del tipo "tomarse la justicia por su mano es de fascistas" o "demasiados tiros y patadas", disfrutarás de una película de venganza hecha con buen gusto, capaz incluso de emocionar, con una buena dirección, y, cómo no, una estupenda interpretación de Kevin Bacon.

Ya es difícil encontrar hoy día buenas cintas de acción, como para encima cargarse de prejuicios y tomarla con películas como "Sentencia de muerte".

¡Bien por James Wan!

Ni emoción real ni épica ni nada que se le parezca, esto es 100% basura cinéfila made in Bruckheimer. Que nadie busque aquí más que una sucesión de escenas puestas en un orden lógico, un puñado de personajes insulsos y tópicos a más no poder, y flipadas a lo playstation.
Piratas del Caribe me pareció mala, pero esto es peor aún... es como estar viendo el trailer de un videojuego durante dos horas.

El cine es una ventana mágica, como ya nos enseñó Hitchcock, donde el talento del autor se evidencia sin necesidad de mostrar, y el de esta película, sin embargo, sí lo necesita; o quizá sea su manera de venderse a través de la provocación, aunque más que algo provocativo o transgresor, en el buen sentido, lo que vi me pareció bastante violento y desagradable, sin más. Aquí como película, como cine, hay poco que rascar, ni nada que no hayamos visto ya en cientos de películas aburridas de autor.
Alguno/a pensará que por qué he titulado esta crítica usando la palabra pornografía, si tampoco es para tanto. Pues bien, lo aclaro. En Paraíso: Amor, pese a que no nos muestran carnaza con el fin de provocar la excitación, no hay una representación, sino una exposición, en toda regla. ¿Era necesario? Quizá sí, si no tienes el talento suficiente para no recurrir a ello.

De verdad que se agradecen estas sitcoms británicas dentro de la parrilla de cualquier plataforma de streaming, pero hay ofertas mejores y más genuinas como Red Dwarf o Rising Damp. Los informáticos es una serie de la vieja escuela, para bien y para mal. Y aunque hay que reconocer que tiene algún capítulo suelto con un muy buen sentido de la comedia de situación (quizá sólo uno), de hecho diría que hasta redondo, lamentablemente esta no es la tónica que predomina a lo largo de la serie, excepto ese afán por parecer políticamente incorrecta, e incluso crítica (wow), a base de un sentido del humor digno de los mismísimos Pajares y Esteso. Parece mentira que exista un personaje como el del jefe acosador, que no tiene nada de cómico (¿dónde podemos encontrarle la gracia al acoso?).

Parece mentira, pero Los informáticos parece más desfasada que la mayoría de sus predecesoras y referentes. A veces no todo vale para hacer reír –o quizá requiera de mayor maestría–, y hay cosas que mejor tomárselas en serio, por la cuenta que nos trae...

Pese a que no me gustó demasiado su película de culto “Requiem por un sueño”, decidí ver el nuevo film del director Darren Aronofsky y darle una oportunidad, sobre todo por la tan elogiada interpretación de Rourke, a quien, ver para creer, las operaciones de estética han transformado de tal manera que parece otro.
He de confesar que al principio del metraje creía que iba a aburrirme por culpa de esos movimientos de cámara mareantes y su extraña fijación por el cogote de Mickey Rourke. Menos mal que luego la cosa mejora.

La película en sí posee momentos interesantes, sobre todo cuando muestra aquellos aspectos poco amables del mundo de la lucha libre sirviéndos de un tono intimista que no le sienta nada mal al film, y la implicación de Rourke en su personaje es tal que incluso te dan ganas de perdonarle por "Orquidea Salvaje" y "Double Team".

La verdad es que The Wrestler me ha servido para reconciliarme, en cierto modo, con Aronofsky, de quien no podemos poner en duda su capacidad de afrontar los momentos emotivos sin caer en la cursilería, y, de paso, con un nuevo Mickey Rourke alejado de sus papeles de sex-symbol y muy cambiado físicamente, hasta el punto de que su ajado rostro parece darle un nuevo matiz a sus personajes.

Por cierto, ¿alguien sabe qué tipo de vínculo unía al personaje de Rourke con la madre de su hija? Porque no recuerdo que se mencione en toda la película...