Indudablemente lo mejor de la cinta es, precisamente, la parte documental referente al Titanic, lo demás sobra y hasta es molesto. Son buenos los trucos relacionados con el barco, pero hay escenas tan forzozamente pegadas que uno no puede menos que reir (decenas de platos cayendo, muebles que parecen de papel y que se rompen antes de tocar el piso, puertas al estilo "japonés" que se rompen como cartoncillo). Pero lo peor, lo más insoportable y que es un intento para que no quedemos tan tristes al final es la totalmente ridícula última escena, Rose viaja hacia el barco y se encuentra con su galán para tener un "Happy end" muy yupi y light. Ridículo.
Es como si nos dijera que no le importó su vida posterior, ni su esposo, ni sus hijos y ni su nieta...lo cual demostró lo inmoral de la personaje y poco recomendable como mujer íntegra...Sí, se hunde por sí misma

Desde el primer momento son atractivos los efectos visuales y sonoros. Yo tuve la oportunidad de ver la película, siendo un adolescente, dentro de una sala cinematográfica en aquel lejano 1978, en esos días yo no imaginé que la saga completa se convertiría en un fenómeno cultural de finales del siglo XX y principios del XXI. Es un hecho que la película habla por sí misma, aunque la dirección tuvo serios errores sin los cuales pudo ser mucho más emotiva.

Actuaciones muy olvidables, dibujos animados excelentes (Gerald Scarfe, por supuesto) montaje esclavizado por la música...no sabría por dónde empezar para analizar la película, y es que la película no es analizable, es imposible hablar de ella sin estar influenciado por la calidad musical. Leyendo las otras críticas verifico lo dicho; por eso es un conflicto. Si le quitamos la música nos damos cuenta del pobre tratamiento cinematográfico que tiene la cinta. La pellícula es aceptable por el padrinazgo Pinkfloyano que recibe, pero nada más.

Es importante resaltar que no son las actuaciones más sobresalientes, claro que Max von Sidow (con antecedentes en el cine de Ingmar Bergman) y Ellen Burstyn (con sus espeluznantes gritos y asombros ante los problemas de su hija) dejan un exquisito gusto muy acorde con los requerimientos de la cinta. Linda Blair (Lástima que tuvo que ser etiquetada para siempre como "la niña del Exorcista") va experimentando su transformación demoníaca con tal entrega que no puedo pasar por alto mi reconocimiento y admiración. Esa música tan especial que se oye a lo largo de la trama, las imágenes de Irak y las eventuiales apariciones del demonio por la casa son sencillamente excelencias que enmarcan el impecable trabajo de William Friedkin. Quizás el personaje de Karras pudo ser más explotado, pero no hay problema...no hay problema, ¡La película es Excelente!

El problema principal de "La era de hielo II" es precisamente el deshielo que tuvieron los autores. Claro, tienen éxito en la primera y de inmediato piensan en sacar la segunda. En este caso se ve una clara intención de hacerle justicia al mamut, quien en la primera es un solitario y enfadado ser contra la vida debido a que ha perdido su familia y va mostrando paulatinamente su gran don que es el perdón. En la segunda parte se le asigna una compañera y mostrarle que no es el último de su especie. Algo parecido le ocurre al tigre, quien en la primera se convierte de un cazador en un protector y en la segunda se le muestra como un hidrofóbico. En la "Era de hielo II" no se ve ni la sombra de esos valores mostrados en la primera. Pero lo más notable es que se pierde totalmente la continuidad que a mi juicio debió haberse considerado: ¿Qué pasó con el niño?. Yo hubiera supuesto que pasado algún tiempo, el niño, convertido en un pequeño cazador, se enfrentaría a la peculiar manada y entraría en un conflicto de valores donde el fin, aunque previsible, hubiera sido agradable y de mucha reflexión.

Claro está que la cinta es divertida pero le faltó mucho para ser una digna continuación de la primera.