Cuando creías que no ibas a ver una película de vampiros peor que 'Crepúsculo' aparece Mark Waters, director de ''culto'' del genero trash-teen mundialmente conocido por ser el único ser humano que ha confiado en los talentos interpretativos de la diva Lindsay Lohan, la cual, sin el apoyo de este individuo seguiría visitando centros de desintoxicación pero al menos manteniendo su anonimato. Si, hablamos del hombre que dio a luz 'Chicas malas' o 'Ponte en mi lugar', el cual ha querido recuperar ese cine juvenil que tanto ¿éxito? le ha dado, y como no podía ser de otra forma se suma a la moda de adaptar un bestseller adolescente con la única intención de captar y engañar al ingenuo publico jovial, pero vistos los datos de taquilla en USA va a ser que ni por esas (fracaso estrepitoso de la apuesta de los Weinstein).

La película tiene todo lo malo de todas las desgracias del género -sin contar la horripilante mezcla de comedia y acción que tanto daño ha hecho a nuestros sentidos-, el señor Waters podía haber optado solo por la vena teen y crear una historia de un instituto para vampiros, quizás un poco de parodia y un humor bien medido la hubiese salvado de la quema, pero no, también mete acción junto con rollos existenciales y eternos de la lucha entre aburridos bandos de este fantástico mundo. Todo su elenco es en su mayor parte un conjunto de jóvenes inexpertos e inexpresivos actores que no van a llegar mucho más lejos de protagonizar un 'Loquesea Movie'. Ni el sutil intento de mostrar carnaza buscando al público masculino resulta atractivo en este estirado grupo. Individualmente no funciona nada, ni las peleítas de instituto, ni los infames gags, ni la inexistente mano del director tras la cámara, sumado a un montaje atroz y un guion que no debería de haber salido de la residencia de los Waters da como resultado un producto hasta inferior al clásico vampiriano de 'Abraham Lincoln: Cazador de vampiros'

Pero bueno, para no terminar tan lapidario se puede decir que en su conjunto quizás funcione al igual que tantos otros productos teen decrépitos lo han hecho, todo depende del estómago que tengas y sinceramente el mío está ya curado de espanto.

Un Sean William Scott hinchado por los anabolizantes nos presenta Goon, una película simple y llanamente de ostias, etiquetada como comedia cuando en ningún momento busca el humor. No os fijéis en que parece que es la historia de un jugador de hockey, no, el hockey es solo el medio para ofrecer ostias gratuitas, no hay mas trasfondo en la película.

El guion de Goon es el típico guion plantilla donde un jugador llega a un equipo de mierda, el equipo se convierte en grande, y posteriormente llega a una final. Todo es cliché en Goon, incluso meten una pseudo-historia amorosa lamentable de por medio. Los diálogos son casi inexistentes, y los personajes excesivamente planos.

Las actuaciones son mediocres, la dirección torpe (salvo los momentos de 'hockey'), la música va un ritmo totalmente distinto de la imagen, pero lo peor no es su apartado técnico, que es bastante regulero, lo peor es la intención, la intención de crear un producto para el típico americano unineuronal, un producto que incluso deshonra a los verdaderos fans del cine de ostias, un producto que debería ir directo al 'estreno en DVD'.

En resumen, Goon, es una película que hace honor a su nombre (Matón), que denigra al deporte del hockey, y que esta orientada a un publico bastante simple, principalmente americano. Una película que no creo que llegue nunca a nuestro país, ni tampoco a ningún otro lado.