Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de pablo garcia del pino
<< 1 2 3 4 5 10 >>
Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
10
17 de noviembre de 2007
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vasco Pratolini, magnífico escritor italiano, no habría soñado nunca mayor fortuna que la de ver una de sus mejores obras llevadas a la pantalla por un cineasta como Valerio Zurlini, cuyos films quedaban de inmediato como tocados por el halo mágico de una sensibilidad como hubo pocas en aquella Europa de los 50 y de los 60. Su "Crónica familiar" impecablemente diseccionada, sin apenas paisaje, ni esparcimientos temporales, centrada en espacios muy concretos, entre los que merodea únicamente esa dura batalla por la vida, intimista, sin el menor clasicismo, que no pone demasiadas barreras a los retratos psicológicos y a las consecuencias dramáticas que viven sus grandes protagonistas, lanza una rápida panorámica por los acontecimientos europeos de la primera mitad del siglo XX, y dota de dignidad esa reflexión, muy particular, sobre los sentimientos familiares. Los tópicos del amor quedan anulados, porque el film de Zurlini goza de otras texturas; su propuesta es diferente a todo lo ofrecido hasta entonces. Hay en esta película imágenes que jamás se borrarán de nuestra retina. Sylvie, la gran actriz francesa, ofreció aquí su última aparición. Zurlini le dedica muchos de los mejores momentos. Su contenida amargura entre los rincones decadentes del asilo de ancianos haría llorar hasta las mismísimas piedras. Marcello Mastroianni compone una de sus mejores interpretaciones: es el mismo personaje atormentado de "El extranjero" de Visconti. Traspasada la línea de la juventud, recorre la senda de su decadencia, pero su rostro va más allá de la pasividad en que parece estancado. Su ternura es tan emotiva que siempre nos escamotea ese gran conflicto en que casi todos los seres humanos nos hallamos envueltos: el temor a darse. Pero Mastroianni, cuando se aparta de su rincón secreto y se entrega, no sólo bordea la grandeza, sino que nos demuestra magistralmente que fue el mejor actor europeo de todos los tiempos. En cuanto al eterno adolescente que fuera Jacques Perrin siempre ocupará un sitio de honor en nuestros recuerdos: el mismo que ya le ofreciera Valerio Zurlini en su "Chica con la maleta" ... Si queda algún resquicio para la sensibilidad en los corazones, ¡ésta es nuestra película! Una obra maestra y limpia del gran Zurlini.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
17 de noviembre de 2007
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Martin Ritt le gusta Faulkner. Y lo adapta, siempre que puede, con pasión. El marco: una familia del Sur en decadencia, ¡Todo un festival! La degradación femenina de una estupenda Margaret Leighton que nos recuerda a Vivien Leigh en "Un tranvía llamado deseo". Yul Brynner, ¡con pelo!, es el patriarca perfecto que sostiene las podridas columnatas sureñas. Joanne Woodward, aniñada y absurda, se pierde magníficamente en su mundo de desamores. La francesa Françoise Rosay nos deleita con su papel de ama despechada. Y Ethel Waters aguanta a todos con esa paciencia de Mammy de "Lo que el viento se llevó". Gran música y "Cinemascope". ¡Se disfruta a tope!
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
16 de noviembre de 2007
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Valerio Zurlini :desde lo más hondo de las motivaciones indagatorias que vigorizan y entonan la naturaleza de las emociones, nos dejó en nómina una variedad inaudita de sublimadas pasiones: "Verano Violento" "La primera noche de la quietud", "Crónica Familiar", etc. etc. Pasemos de otros hitos y disfrutemos de esta excelsa "Chica con la maleta". Saborear esta maravilla es como un acto solemne: no renueva la raíz de los amores desdichados, porque todo ello es y ha sido siempre "la carne del cine". Pero Zurlini es un creador, y su técnica exploratoria de esa crisis de sentimientos observa con la agudeza de un entomólogo tan exuberante belleza como la de Claudia Cardinale. Y ella se convierte en ese ser magistral que fue, con sus comportamientos de "talante" frágil y cautivador, y el enternecedor "talento" con que (en este film) aprende a enfrentarse al drama de una nueva alienación ante esa dolorosa conciencia de clase en la que se ve inmersa.

Hay calma y lirismo en sus encuentros con el espléndido actor adolescente que también fue Jacques Perrín. Particularmente, los cuentos de hadas nunca me han gustado, pero sí los ramalazos de cine mágico, y cuando Claudia Cardinale, "ragazza bianco vestita", a los sones cantarines, hoy "demodeés", del "¡¡Mai, mai, piu...!!, observa a Perrín, celoso e infantil, desde aquellas inolvidables terrazas veraniegas de hoteles de 3 estrellas, después de su bailoteo al son trompetero del "Degüello" de "Río Bravo", ¡lamento, con amargo sentido del humor! que tanto energúmeno como el que hoy come palomitas en las salas cinematográficas, saboreando a placer los híbridos bodrios que puede deparar el cine actual, no compartan mi suerte por haber podido llegar a degustar tan irrepetible escalofrío de placer como el que yo sentí frente a la pantalla grande, viendo acercarse hasta mi butaca ese impagable patrimonio cinematográfico que fuera Claudia Cardinale.



¡Y que ustedes, los de hoy, asesinen bien el cine!, porque a mí el celuloide ya me deparó satisfacciones sin cuento. ¡"La chica con la maleta" es una urgencia! "¡¡Es ella!!...





Evaluación: 50 veces 10
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
19 de noviembre de 2007
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El australiano Bruce Beresford acabó por someterse a la industria norteamericana. No se podía ir a contracorriente de los espacios más concretos e implacables que impone la comercialidad. Yo recuerdo su magnífica "El manto negro", que ganó el "Genie" (Oscar canadiense), cuya epopeya colonizadora en el Nuevo Mundo parecía tocada de un halo mágico, y que aquí nadie vio (y quien llegó a verla, prefirió ignorarla). En cuanto a "Crímenes del corazón", obra teatral, como es de rigor, debía pagar su obligado tributo cinematográfico. Pero no importa, porque Beresford, que fracasaría después con "El manto negro", echó mano de esta extraña pieza, casi de colección para todo amante de ciertas sobreactuaciones teatrales, y la dominó al completo. Su disciplinado talento nos sorprendió porque, lo que podría haber sido un guiñol caótico y mediocre (ya que sus intérpretes nos amenazan con vivir una de esas tan manoseadas historias esquizoides a la americana), una vez encauzado, se convirtió de pronto en un producto de lo más racionalizado. Sus neurastenias, que, por momentos, parecen englobarse en ese norteamericanismo, racista, intolerante y descerebrado, acabarán por sabernos a gloria. Y así amamos, y comprendemos, el porqué de estas señoritas, que no querrán formar parte de tanto estereotipo provinciano, y actuarán a lo largo de todo el film con una lógica individualista tan razonable para ciertos espectadores (director incluído) y tan deleznable para la mediocridad reinante en su mundo. Sissy Spacek, Diane Keaton y Jessica Lange, geniales actrices, representan uno de los festivales actorales más apetecibles de los que he visto en mi vida. La cámara juega con ellas, las mima, recorre esa casa cutre y naftalinada por la que ellas se mueven, recoge sus actos y diálogos estupendos sin aburrirnos jamás, y acaba convenciéndonos de que estamos asisitiendo a una obra digna de ser imperecedera. Ese final, con pastel de cumpleaños y el acompañamiento musical de una de las bandas sonoras más bellas jamás escritas para el cine como ésta del gran Georges Delerue, y con los grititos, comentarios y risas de estas tres prodigiosas mujeres (que a partir de aquí, tras su entrega total al film, se convierten en santas de nuestra devoción), es tan antológico, tan irrepetible, que, vista hoy, en efecto, pasa a convertirse en una auténtica obra de culto. "Crimenes del Corazón" consiguió realizar el milagro. No sé cómo sería en teatro. Pero en manos de Bruce Beresford, ahí queda, por los siglos de los siglos: un verdadero festival para todos los fans de Sissy, Diane y Jessica . Vedlas y agradecédselo, porque nunca volvieron a estar tan lúcidas, auténticas, y menos manoseadas (comercialmente) que en esta pieza imprescindible. Estoy seguro de que os divertiréis como nunca. ¡Vieja escuela teatral, al galope de la cámara cinematográfica, contagiosa y casi, casi, ¡hoy más que ayer!, genial!
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de noviembre de 2007
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obsesión perpetua del amor incestuoso por un padre. Por el esposo después, llevada a un punto final de delirio, celos, y crimen premeditado. Gene Tierney nos ofrece un impactante e inolvidable recital interpretativo de la perversidad sin la menor vergüenza ajena. Disfrutable hasta el fin. Su belleza es inextinguible. El débil Cornel Wilde cae en sus garras. Jeanne Crain, más guapa que de costumbre, oye, ve y sufre en silencio tanta ignominia. El vitriólico Vincent Price, que padece idéntica pasión, se salva de ella, pero acusa, acusa... La Tierney nos pone los pelos de punta, entre un revuelo de tul azulado, con su aborto premeditado frente a una escalera dantesca donde se exalta su maldad, casi alada. ¡Deseamos que muera! ¡Quizás por ello le arrebataron el Oscar! ¡Melodrama sin pelos en la lengua del mejor John M. Stahl, capaz de convertir una mala novela en una verdadera obra de arte cinematográfica! ¡El Technicolor es glorioso!
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 10 >>
Más sobre pablo garcia del pino
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow