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España España · Barcelona
Críticas de did79
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Críticas 148
Críticas ordenadas por utilidad
7
11 de marzo de 2023
28 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hype era alto. Muy alto. La anterior entrega había conseguido un equilibrio perfecto entre pasado (nostalgia) y presente (recuela, como la llamaban los propios personajes) y, para esta sexta parte, pusieron toda la carne en el asador con una campaña de marketing jamás vista en la saga. Además, resucitaban a Kirby y la acción se trasladaba a Nueva York, lo que aportaba un sin fin de posibilidades a la trama. Volvían también los cuatro supervivientes de la anterior entrega y Gale. Por desgracia, Sidney no estaría... algo que los fans podríamos llegar a perdonar si el film mantenía el listón tan alto como anticipaba su trailer.

No se hicieron esperar las primeras críticas. Todas alababan su brutalidad y oscuridad, siendo la secuela con más muertes por minuto. También se reconocía el buen hacer de unos directores que parecían entender el legado de nuestro añorado Craven. La espera se hizo eterna a la par que los nervios aumentaban. Llegó el día del estreno.

Un prólogo, que se anunciaba como uno de los mejores desde el original, abría la película y, a partir de ahí, las correrías de Ghostface apretaban el acelerador. Una vez finalizada, me quedé reflexionando en la butaca. Sin duda, es una buena película. En ningún momento decae y es sumamente entretenida. Para mi sorpresa, Barrera deja de un lado la inexpresividad y ofrece una heroína a la altura de las circunstancias. Ortega, está genial como siempre y el resto aporta lo que se espera de ellos, algunos son mera carne de cañón y otros la faceta humorística imprescindible de la película.

Posee secuencias de acción trepidantes y momentos de tensión muy logrados. Nuestro matarife de la cara de fantasma se muestra más letal que nunca y su cuchillo corta la carne como si fuera mantequilla. Pero, y aquí viene lo que me dejó un poco frío, alguna cosa falla en esa maravilla que todos anunciaban. Si uno se replantea las situaciones que está presenciando (algo que no debe hacerse nunca en el cine de terror) la gratuidad se come a la película. Diálogos metidos con calzador, una trama que se advierte fácilmente y un desenlace que, aunque intenso, me dejó insatisfecho. Quizás por su obviedad... , al igual que el tratamiento que se le da a la pobre Kirby, en cierta manera desaprovechada...

Pese a ello, nos encontramos con una entrega más que digna. Excelente por momentos, trepidante y llena de buenas intenciones dentro de una saga que no decae. Sé que con nuevos visionados la acabaré amando como amo al resto, pero, como se dice en el ámbito sentimental, necesito un tiempo para asimilarlo. Y, ya en plan reivindicativo, ¿cuándo llegará el momento de poner en su justo lugar a Scream 4, con un prólogo insuperable y una de las mejores villanas tras la máscara?

Lo mejor; Gale y Ghostface, la mejor escena del film. Brutal.

Lo peor, La ausencia del trío, ahora dúo, original es demasiado alargada... Esperemos que el cheque para Neve contenga los ceros que ella se merece para la séptima parte.
did79
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9
28 de febrero de 2019
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si existe alguna película injustamente infravalorada de los noventa ésta sería sin lugar a dudas "La muerte os sienta tan bien". Incomprendida en su estreno, masacrada por la crítica especializada que pareció no entender nada de nada. Pero, a diferencia de lo que ocurre con otras películas que son vapuleadas por los críticos y son respaldadas por el público, como por ejemplo la reciente "Bohemian Rhapsody" de Bryan Singer, en este caso, la audiencia tampoco la acompañó.

Con el tiempo, una cierta corriente reivindicativa, con halo de cultismo, ha sobrevenido a favor de la película de Zemeckis, rescatándola del olvido y apostando por esa crítica tan mordaz al mundo del "showbussines" y al de la estética en general.

Comedia de cine zombie, sátira sobre el valor de las efímeras estrellas del séptimo arte en ese mundo de tiburones como es el viejo "Hollywood", crítica, teñida con un humor negrísimo, al mundo de la imagen, etc. Son tantas las interpretaciones que pueden hacerse del film que al final, contiene un poco de todo. Además, puede vanagloriarse de ser una de las pioneras en la utilización de unos complicados efectos especiales ejercidos sobre los sufridos actores (si no que se lo digan a Meryl Streep, que acabó bastante harta de los tejemanejes del equipo de efectos), abriendo la puerta de par en par a las superproducciones que conocemos hoy en día.

Pero si por algo es recordado el film es por su trío protagonista, mostrando una química y una vis cómica pocas veces vista en pantalla, haciendo de la sobreactuación todo un arte. Desde una Streep pasada de vueltas, a una desternillante Goldie Hawn, hasta un sorprendente Bruce Willis, alejado de esos papeles de chico duro al que nos tiene acostumbrados ofreciendo un personaje que cabalga entre el más absoluto patetismo y la caricatura entrañable. Incluso la aparición estelar de Isabella Rossellini, que llena la pantalla con su sola presencia y hacedora de los mejores gags de la cinta.

Por esa razón, nuestra tarea es reivindicar, desde esta página, esta obra maestra de la comedia y de la mala leche, incomprendida por adelantada a su tiempo, que espera ser rescatada de una vez por todas y erigirse como obligada referencia de ese cine comercial manufacturado con mucho más que contar de lo que a simple vista parece.

Lo mejor; El elenco principal, pasándoselo en grande.

Lo peor; Haber sido tan injustamente azotada por la crítica y público en su día, quedando relegada a un impuesto olvido.
did79
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1
29 de noviembre de 2018
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos fuimos los que saltamos de alegría al saber que los responsables de aquella oda al gran guiñol que fue "A l'interieur" tomaban las riendas de un proyecto a priori interesante, retratar la truculenta adolescencia de uno de los psicokillers más queridos del celuloide. Ya hubo un intento en la "Matanza de Texas: el Origen", pero tras un prometedor prólogo el film se fue por otros derroteros.

Recibíamos cada imagen o cada teaser con los brazos abiertos, a la espera de lo que los directores franceses podrían hacer con el material. El hecho de que en el festival de Sitges se programara dentro de un maratón junto a otras cuatro películas, y que tan siquiera abriera la sesión, sino que estuviera encajada hacia el final, hacia prever que algo no funcionaba del todo.

Pero los peores augurios se quedaron cortos al primer visionado. La decepción fue mayúscula. Alex Bustillo y Julien Maury parten de un horrendo guión para desdibujar una especie de road movie con pretendida sorpresa para el aficionado, que resulta ser lo más trilero visto recientemente en una pantalla.

Desde el inicio, con la celebración del cumpleaños de nuestro protagonista y cuyo regalo, en un alarde de originalidad, es una sierra eléctrica, nada funciona. No hay atmósfera (todo nos recuerda a cualquier videoclip de la MTV), no hay trama (ni introduciendo elementos prestados de "Psicosis", como es esa madre opresiva interpretada por una desaprovechada Lily Taylor), no hay trabajo de personajes (¿De verdad es tan difícil encontrar un casting que no parezcan salidos de un anuncio de perfume?, ¡Se supone que estamos a finales de los 60!), no hay tensión (ni en los momentos pretendidamente desagradables evitan caer en el más absoluto de los ridículos, como esa absurda escena de sexo junto con un cadáver, gritando a los cuatro vientos ¡mirad que malvados somos!), no hay nada de nada.

Ambos directores demostraron de sobras con sus anteriores trabajos que son capaces de crear entornos truculentos e irreales, que le dan un aire de misticismo al conjunto, como por ejemplo en la muy superior "Livide", o en ese cuento perverso que fue "Aux yeux des vivants". Entones nos preguntamos el porqué de tal despropósito; ¿Qué es lo que ha fallado?, ¿porqué aceptaron un encargo de esta envergadura si sabían de antemano que no tendrían libertad creativa?, o en el caso de que sí la tuvieran, ¿se creían que metiendo unos cuantos litros de sangre y un poco de casquería el trabajo ya estaría hecho?.

Una vez visto el resultado, y aun siendo condescendiente con los directores, rezamos para que dejen descansar a Leatherface de una vez por todas, que no se indague más en su historia si esto es lo que se nos ofrece. Ya con la magistral de 1974, su atípica secuela de 1986 y ese correcto remake del 2003 y su pasable secuela, hay más que suficiente.

Esperamos que el tandem de directores franceses recupere el brío de sus primera producciones y que, el film que nos ocupa, quede en un cajón escondido de su filmografía, como un mal recuerdo lejano al que no se volverá.

Lo mejor; Escuchar la sierra rugir de nuevo, acompañada de sus inseparables gritos.

Lo peor; Todo lo demás.
did79
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2
5 de febrero de 2021
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe un tipo de cine empeñado en reproducir en imágenes aquellas conversaciones que todo hemos tenido alguna vez en las que reflexionábamos sobre el sentido de la vida, los espejismos de la realidad y los misterios del universo. Palabras que normalmente son sazonadas con ingentes cantidades de alcohol, humo, así otras sustancias, que acentúan todo ese rico imaginario teórico. Además, algunos directores parecen empeñados en hacernos partícipes de sus desvaríos ideológicos conjugando esas psicodélicas ideas en guiones imposibles que se pierden en sus propios laberintos, y Mike Cahill es uno de ellos.

Pocos son los filmes que abordan estas teorías sin caer en la incoherencia más rocambolesca y el que nos ocupa, se sumerge de lleno en ella, apostando por una trama inverosímil, insípida, carente de emoción y con unas pretensiones que le es imposible abarcar. Puede que contenga en su background ideas interesantes, puede que si el director se tomara la molestia de contar lo mismo pero insuflándole vida al conjunto, la cosa funcionase. Pero lamentablemente, todo rezuma un tufillo a panfleto existencialista barato. Desde la pobre dirección, cercana a cualquier telefime de sobremesa, hasta el manejo de las técnicas narrativas más obvias (ese cambio de luz y filtros según lo que nos narra) y, por supuesto, el terrible casting que debe sostener todo el desaguisado, hacen que el barco naufrague pocos minutos después de haber zarpado con supuesto rumbo fijo. No hay por dónde cogerla.

Lo mejor; Alguna que otra idea, pero esta se diluye rápidamente.

Lo peor; Una pareja protagonista carente de química y, por tanto, de credibilidad. Un imberbe Wilson acompaña a una desfasada Hayek (la pobre no ha levantado cabeza desde que bailó con la serpiente en el Titty Twister bajo la atenta mirada de Tarantino) en un imposible dúo cinematográfico.
did79
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7
15 de marzo de 2020
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de su aclamado (y sobrevalorado) segundo proyecto, el director de "It Follows" vuelve a la carga con un nuevo film donde condensa (es un decir), en casi dos horas y media, todas sus influencias cinematográficas del pasado, en una especie de collage coral dentro de un viaje que le sirve para proyectar una crítica social al vacuo y superficial mundo de los jóvenes de hoy en día.

Con referencias directas a directores tan importantes como David Lynch, y en especial a su "Blue Velvet", a Kubrick y a su última gran obra, "Eyes wide shut", así como ecos a la obra literaria de "Alicia en el país de las Maravillas" de Lewis Carroll, Mitchell nos presenta a un personaje que parece anclado en el pasado, en plena crisis existencial y que, para salir de su anodina realidad, se verá envuelto, cual Kyle Maclachlan, en un viaje sin retorno por los oscuros recovecos de la sociedad estadounidense, cuya superficialidad esconde muchos más secretos de los que en apariencia parece (el que siempre sean los mismos personajes los que deambulan por esas estancias de lujo como si de una élite secreta se tratara, o esa obsesión por descifrar todos los supuestos códigos ocultos que se esconden detrás de lo más cotidiano, léase música, cereales, etc).

Un desfile de los más variopintos personajes se sucederán en ese transitar en busca de su propio conejo blanco (Riley Keough), vertiendo mucha mala uva sobre esa misma generación a la que, a priori, pertenece el mismo director (reveladora es la escena con el compositor musical, que desmonta todos y cada uno de los mitos culturales del siglo XX). Precisamente ese halo de misterio bizarro es la gran baza del film, que gracias a la introducción de un refrescante sentido de humor, relega a todo un segundo plano cualquier tipo de grandilocuencia para apostar por la crítica ácida y absurda que, al fin y al cabo, es como se ven las cosas una vez que se está fuera de ellas.

Su excesivo metraje alarga en demasía un film, que de haberse tomado en serio no hubiera conseguido ese acertado clima de paranoia que lo salva del tedioso tono gafapasta que parece imperar en este tipo de producciones, al final resultando mucho más simpático de lo esperado.

Lo mejor; Su variopinto plantel de personajes (impagable el paranoico dibujante de cómics).

Lo peor; Un recorte en su metraje ayudaría a impulsar el, a veces, entrecortado ritmo.
did79
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