Es increíble cómo Rodrigo Cortés ha conseguido mantener pegado a la pantalla al espectador con poco más que un precario ataúd de madera, un mechero y un móvil. La atmósfera creada es claustrofóbica pero en su justa medida porque a pesar de durar 93 minutos no resulta agobiante el estar ahí metido tanto tiempo.

Una Road Movie de una par de parejas. Hasta la mitad o más la película la llevaba bien, parecía diferente y el personaje de Brad Pitt poseía un caráceter impresionante.

Tiene una primera parte (entrenamiento militar) muy buena, increíble. Pero sin embargo la segunda parte de la película no me gustó demasiado, es más convencional. Y aunque tiene algunos momentos muy buenos, no sé, le falta algo, es como si la película transcurriese pero no llegase a ninguna parte.

Mismo director, algunos escenarios y batallas similares, mismo actor principal... curante todo el visionado no tuve otra sensación que la de estar viendo Gladiator versión "praderas inglesas".

Ya estaba un poco cansado de tanto cine bélico estadounidense. También tengo que reconocer que es la primera película coreana que veo en mi vida, y me ha gustado, está a la altura de las grandes superproducciones de Hollywood e incluso supera a muchas de ellas. A veces puede resultar muy dura y explícita, que se abstenga la gente sensible ya que es habitual la sangre y los miembros voladores. Sólo tengo algo que criticar, creo que es demasiado extensa, quizá acortándola unos 20 minutos quedaría mejor, ya que alguna batalla puede resultar muy larga.