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España España · Sevilla
Críticas de Seldon
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Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
5
26 de noviembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Kennedys es una miniserie de 8 episodios que relata la vida, no de JFK solamente, aunque obviamente se centra mayoritariamente en él, sino de la dinastía Kennedy, empezando por las andanzas del patriarca Joe Kenney (padre del presidente) en los años 30 y terminando por la muerte de Bob Kennedy (su hermano menor) en 1968). Comienza el día de las elecciones en las que JFK ganó la presidencia, con su hermano Bob (Barry Pepper) como director de campaña, y acaba con el asesinato de este mismo en 1968 cuando se presentaba él mismo a las primarias de su partido para luego poder presentarse a la presidencia.

A lo largo de los 8 episodios se van presentado todos los temas que te podrías esperar en una serie biográfica de este tipo: la fallida invasión de bahía Cochinos, el enfrentamiento de los dos hermanos Kennedy con J. Edgar Hoover, el director del FBI al que este consideraba unos niñatos, la crisis de los misiles cubanos y las diferencias de Kennedy con los militares, las diferencias entre el presidente y su vicepresidente Lyndon Jonson (al parecer nunca se llevaron demasiado bien), los disturbios raciales en los estados del sur y los enfrentamientos de JFK con el gobernador de Mississippi que se oponía al ingreso en la universidad de los negros, las relaciones más o menos oscuras de la familia Kennedy con la otra familia, la mafiosa, en particular con Sam Giancana, etc.
Algunos temas se tratan más profundamente y otros bastante más de pasada, pero en general tienes la sensación de que con ninguno se meten demasiada en profundidad.

Pero la serie no se limita sólo a tratar temas históricos de la vida pública de JFK, sino también temas de su vida privada: por ejemplo su continuas infidelidades de las que su esposa Jacqueline (interpretada por una casi irreconocible Katie Holmes) era más que consciente y por las que muchas veces se sentía humillada. Incluso se deja entrever que ambos, presidente y esposa eran casi adictos a la medicación que les permitía aguantar el ritmo de vida que llevaban. Y sí, también está su asuntillo con Marilyn, aunque precisamente este quizás sea uno de los que más de pasada se trata, siendo uno de los que más juego podría haber dado, pues prácticamente se limita a mostrarnos como Jack usa a su hermano Bob como correveidile para hacerle el trabajo sucio de lograr que la actriz se olvide de él.

Para hacerse una idea de hasta que punto era conocidos los cuernos que Jack Kennedy le ponía a su esposa, en una escena bastante lograda, a su hermano Bob le presentan en una fiesta que da el cuñado de ambos, el actor Peter Lawford casado con su hermana Pat, a Marilyn Monroe. Cuando Bob se entera de que en la fiesta está Marilyn le recrimina a su hermana el que no se lo hubiera dicho antes, pues “ella estuvo con Jack” y no sería conveniente que los vieran juntos, y en entonces Peter Lawford le replica:
“-Si no tratásemos a todas las que han estado con Jack nos quedaríamos sin amigas.”
Cuando finalmente Lawford presenta a la actriz y a Bob tiene lugar el siguiente diálogo:

[Marilyn a Bob] - ¿Tomamos una copa juntos?
[Lawford a Marilyn] -Bobby no bebe, no fuma, y no engaña a su mujer
[Marilyn a Bob] - ¿Seguro que eres hermano de Jack?

De todas formas la serie no se llama Kennedy, sino Los Kennedys, y por lo tanto no trata sólo de la vida de JFK, sino de la historia de todo el clan familiar. Para ello va contándonos mediante flasbacks episodios de la historia familiar, incluyendo por ejemplo el retraso mental de su hermana Rosemary, que acabó lobotomizada, pero centrándose sobre todo en la vida del patriarca de clan Joe Kennedy (interpretado por Tom Wilkinson), sus infidelidades con secretarias y colaboradoras que su mujer Rose sufría en silencio como buena esposa católica, su desmedida ambición política y como trató de hacer uso de su inmensa fortuna para lograr sus fines.

Por ejemplo, cuando finalmente deciden que Jack se presente a la presidencia y su esposa Jacqueline, a la que ya le pesa bastante la cornamenta, harta de infidelidades está pensando en abandonarlo, Joe trata de convencerle de que no lo haga pues arruinaría su prometedora carrera política, y le propone ingresar una notable cantidad de dinero en un fondo para ella, del que podrá disponer cuando se divorcie si lo hace después de las elecciones y no antes:

[Jacqueline] ¿De verdad crees que puedes comprar a cualquiera?
[Joe Kenndy] No he conocido aún la excepción.

Es casi más interesante la historia previa (quizás por menos conocida) con los tejemanejes del padre, que la de JFK durante la presidencia. Así se nos muestra la vida de este como embajador en Londres, su reticencia inicial a oponerse a Hitler, su intento fallido de presentarse él mismo a la presidencia en 1938, y como la frustración de no haberlo conseguido le lleva a elegir a su primogénito y favorito Joe Kenndy Junior para que sea él quien llegue a ser presidente, cosa que se truncó pues como es sabido murió en la guerra, y como finalmente eligió a su siguiente hijo varón para lograr lo que el no pudo. Además está muy bien retratado el intervencionismo del padre y los intentos de influir de este en su hijo ya presidente, y cómo este tuvo que pararle los pies.

<sigo en el spoiler sin desvelar nada>
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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7
1 de noviembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta curioso ver una película de Tim Burton que comience con la cabecera de la Disney, ya sabéis, el castillo de Cenicienta y la musiquilla correspondiente. Y además resulta irónico, porque se trata de un remake ampliado de su propio mediometraje Frankenweenie de 1984, que realizó mientras en aquella época trabaja para la Disney, y que motivó su despido cuando dedicó los recursos financieros de Disney a hacer un mediometraje oscuro y un poco tétrico que parodiaba la novela Frankenstein de Mary Shelley, la compañía lo despidió, porque consideró que había desperdiciado los recursos de la compañía y canceló su estreno en cines por considerarla demasiado “terrorífica” para los niños. ¡Y encima en blanco y negro!

La historia es la misma que la del mediometraje original: una parodia de Frankenstein de Mary Shelley, en la que un niño decide revivir a su querida mascota que resulta trágicamente muerta (su perro Sparky) utilizando las mismas técnicas que usó el Doctor Frankenstein. Pero mientras el mediometraje era una película más bien de terror, con pocos rasgos de humor, aquí la hora y pico de metraje que se añade a la historia básicamente se hace a costa de la comedia, y con gran acierto la verdad, pues lo que originalmente era un más que aceptable mediometraje de un principiante en el que se atisbaba cierto talento, aquí se convierte en una comedia (o más bien en un híbrido, una especie de comedia de terror) con los elementos habituales del cine de un Tim Burton.

La película está llena de gags y situaciones graciosas y de pequeños guiños a ese universo particular y un tanto tétrico que tanto le gusta a Burton: el perro se llama Sparky, algo así como chispeante, el protagonista, el hijo de la familia Frankenstein, se llama Victor, como el Doctor, algunas escenas del final parodian directamente al Godzilla cutrecillo de las películas japonesas de los 50, su vecina se llama Elsa van Helsing, en alusión a Drácula, y también hay un homenaje muy gracioso con su perra (una caniche negra) a La Novia de Frankenstein de 1935; uno de los compañeros de clase de Victor, el más repulsivo y escalofriante, se llama Edgar E. Gore, referencia a Edagar A. Poe, su profesor de ciencias, el señor Rzykruski, es una especie de alter ego de Vincent Price, el admirado actor y amigo de Burton, y que si no hubiese muerto le habría puesto voz, aunque en su lugar lo hace Martin Landau, etc.

Probablemente el personaje que más ha sido mejorado y que más ha ganado en el largo con respecto a su versión original en el mediometraje es este señor Rzykruski, el excéntrico profesor de ciencias de Victor, que entusiasma a sus alumnos con sus apasionadas explicaciones pero que es tan poco diplomático como para llamar estúpidos en su cara a los padres que no entienden los métodos didácticos que usa con sus hijos.

Decía que para prácticamente triplicar la duración de la película lo que Tim Burton ha añadido es sobre todo elementos de comedia, y sobre todo gracias a un puñado de nuevos personajes secundarios: fundamentalmente los compañeros de clase de Victor; y Elsa, la hija de su vecino el alcalde del pueblo, que mientras en el original era una niña rubita en un papel secundario más, aquí es la vecinita con estética gótica, con una caniche a la que llama Perséfone (“la que lleva la muerte”, la diosa del inframundo) y que prácticamente es la protagonista femenina de la película (en el original la voz se la pone Winona Ryder).

Además de su duración, la única diferencia entre el original de 1984 y este remake expandido de 2012 es que mientras aquel era de acción real, este es de animación. Pero no animación tradicional al estilo Disney ni animación por ordenador 3D, al estilo de Pixar, sino utilizando la técnica de stop motion. El utilizar figuras reales de los personajes y animarlos fotograma a fotograma es una técnica laboriosa pero que si se hace bien le da al resultado final un estilo retro con cierto encanto, sobre todo por las pequeñas “imperfecciones” que siempre se notan algo. Pero aquí la técnica está tan perfeccionada que la animación resulta muy fluida, tanto que, viendo la película, cuesta distinguirla de una animación de personajes 3D completamente virtuales generados por ordenador.

El estilo de los personajes y los decorados es muy similar al de películas como La novia cadáver o Pesadilla antes de Navidad: ese diseño “feísta” por llamarlo de alguna manera, en el que se acentúa lo grotesco, con personajes muy delgados y con la cabeza muy grande… supongo que sabéis a lo que me refiero. De hecho creo que la película te gustará si te gustan las mencionadas La novia cadáver y Pesadilla antes de Navidad y que probablemente también ocurrirá a la inversa: si no te va ese tipo de animación y de diseño de personajes, quizás te cueste entrar en esta película.

Por lo demás, básicamente la película un remake muy fiel del mediometraje original. Se ha respetado el formato original en blanco y negro, que de hecho creo que le va mejor a los personajes animados de lo que le iba a los personajes de acción real. En cuanto a la historia, la trama es clavada punto por punto a la de 1984, hasta el punto de que algunas escenas son sencillamente idénticas en los planos y encuadres.

Lógicamente se introducen escenas nuevas y se alargan algunas, para poder presentar a los personajes nuevos, pero, lo fundamental de la historia ya estaba contado en 1984, y ahora Tim Burton lo vuelve a contar prácticamente de la misma manera. Lo cual no va en detrimento de la película, al contrario, creo que la nueva versión es muy superior a la de 1984 y que, después de unas cuantas películas un poco más flojas para su nivel normal (no malas, porque no creo que este hombre tenga películas realmente malas) Burton vuelve por sus fueros, haciendo una película de calidad y muy divertida. Recomendable.

Más en http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/11/frankenweenie-tim-burton-en-horas-altas.html
Seldon
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6
23 de agosto de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brave es una la historia es de corte más “clasico” de lo habitual para Pixar porque va de princesas, cosa que hasta ahora no habían hecho y aunque tratan de apartarse del tratamiento típico y tópico de las historias de, porque aquí no se centran en las debilidades de la princesita de turno que espera y necesita a su príncipe salvador con el que acabe casándose, viviendo feliz y comiendo perdiz, también es cierto que esto no la separa mucho de lo último que ha producido Disney, que ya ha intentado algo de eso (personajes femeninos fuertes, luchadores, inconformistas y contestatarios).

En la historia de Brave se rompen arquetipos clásicos del género de princesas:
Los príncipes en lugar de aguerridos, guapos, fornidos y encantadores, aquí no pueden ser más inútiles, bobos y, digamos… poco agraciados.
La princesa tampoco es una princesa “como dios manda” (o mejor como su madre manda), es decir regia, elegante, una señorita, una dama, cuya función es seguir la tradición y esperar a su príncipe azul. Aquí Merida se rebela ante el destino que la tradición tiene escrito para ella y quiere escribir el suyo propio.
Y aunque si que hay bruja, tampoco hay claramente bruja malvada.
Es decir, hasta aquí pretende ser una película fresca, rompedora con los cuentos de princesas clásicos, como lo fue en su momento Shrek con los cuentos de hadas.

La relación entre la madre (la princesa clásica) y la hija (la princesa moderna contestataria) está bien expuesta al principio, y bien tratada, aunque luego el giro que da del argumento para “solucionar” la historia, toda la parte de humor y gags “fisicos” (que encantarán a los niños) las cancioncillas completamente innecesarias metidas con calzador, y algunas otras cosas, hacen que la película acabe cayendo en los mismos tópicos de los que al principio trataba de alejarse con la moraleja o moralina incluida que toda película Disney que se precie debe tener.

Los personajes femeninos (Merida y su madre) están bien dibujados y desarrollados, como ya dije. Pero los masculinos es otro cantar: todos, desde el Rey Fergus hasta los tres pequeños príncipes (que no son más que personajillos secundarios cómicos para poder meter gags basados en la acción física, no en diálogos), pasando por los jefes de los clanes y sus hijos los pretendientes son demasiado planos y con una actitud simple y que no cambia durante toda la película.

Técnicamente no solo es buena, es sencillamente brillante, soberbia. Y aunque Pixar ya nos tiene acostumbrados a esto, el caso es que se superan a si mismos en cada película. Es sencillamente sorprendente la perfección por ejemplo del cabello pelirrojo de la protagonista, o la animación del agua, sea en las cascadas o sea corriendo por los muros del castillo durante las escenas de lluvia. O toda la escena de la bruja en la cabaña, con esos movimientos y todas las tallas de madera. Y también los fondos y paisajes de las tierras altas escocesas, que están muy logrados, con un realismo enorme.

La música también está muy bien, en lo que se refiere a la banda sonora de Patrick Doyle, con ese aire céltico que le viene como anillo al dedo a la película. Harina de otro costal son las canciones. Una de las cosas que había aprendido Pixar es que sus películas no eran musicales como los de Disney, y que no era necesario meter cancioncillas en ellas para que gustaran a mayores y pequeños (aunque en la primera Toy Store, no se atrevieron a romper definitivamente esta tradición y metieron sólo una: Hay un amigo en mi). Bueno, pues aquí no, aquí volvemos a las andadas y metemos cancioncillas que no aportan nada, que solo recalcan cosas obvias que ya sabemos y que además son perfectamente olvidables no nada más salir del cine, sino en cuanto dejan de sonar. Desconozco si en el original serán mejores porque no se quien las canta en inglés, peor en la versión española las perpetra la inefable Lourdes Hernández, alias Russian Red.

Y este es otro de los errores, para mi gusto, de la película: el nuevo acercamiento a Disney. La principal pega que le pongo a Brave es que en el fondo es una película Disney pero con el acabado exterior Pixar. Eso no la convierte en una mala película per se, pero para mi por lo menos supone una pequeña decepción.
A los niños les encantará, no hay duda, (claro que a los niños les encanta cada cosa...) porque realmente es una película más centrada en el público infantil, en la historia y en su tratamiento, mientras lo que había distinguido a Pixar precisamente era que funcionaban tanto para los niños como para los padres, porque además de todo lo que había en la película dirigido a los niños también había parte de la historia, de los diálogos, de las situaciones,... dirigidas a los adultos (que los niños no acababan de pillar o apreciar completamente, pero no importaba). Lo que las convertían en buenas películas a secas, no en buenas películas infantiles.
¿Dónde queda aquí la genialidad del planteamiento de otras veces?: Juguetes que cobran vida cuando los niños no los ven y organizan seminarios para el cambio de pilas, o para quedar más visibles y menos relegados en el cajón de los juguetes, monstruos que son obreros de una fábrica de asustar niños para producir energía y que realmente son ellos los que temen a los niños, superhéroes que viven de incógnito trabajando como agentes de seguros y que ayudan a sus clientes a que el seguro no los time,... por n o hablar de la historia narradas sin palabras de Wall-e o los primeros 10 minutos de Up. Nada de eso está aquí. ¿Dónde queda aquí la genialidad para niños como para adultos.

En definitiva, una película que si bien no es la peor de Pixar se le aproxima bastante y que está demasiado influenciada (aunque yo usaría más la palabra “contaminada”) por la Disney, que la convierte en una buena película infantil, lo cual no es poco, pero tampoco es demasiado.

Mas en http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/08/brave-indomable-mas-disney-que-pixar.html
Seldon
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5
9 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recientemente he vuelto a ver ambas versiones de esta película, la original, que no veía creo que desde que era niño, y el remake de Tim Burton, que no vía desde su estreno; y me ha valido para subirle la nota a la primera y bajársela a la segunda.

Cuando se hace un remake este arranca ya con una tara de partida, porque la historia ya se hizo, y aunque el remake sea bueno ¿mejora al original? (por qué si es igual de buena ¿Qué necesidad había de rehacerla?) ¿aporta algo nuevo? Realmente no creo que quien haga un remake se plantee estas cosas, más bien piensa que lo van a ver tanto los amantes de la película antigua, por el morbo de comparar, como las nuevas generaciones que no la conozcan.

Este tipo de historias de CF además tienen un aliciente para ser re-hechas: la técnica y los efectos especiales han mejorado y por tanto se puede hacer algo mucho más espectacular.

En el caso de esta película, eso si que es verdad que lo aporta: visualmente gana, resulta más creíble y realista: me gusta especialmente la recreación del ambiente selvático en la que viven estos simios (al fin y al cabo los monos viven en los árboles como todo el mundo sabe) y la actitud mucho más simiesca que tienen con respecto al original (chillan, se dan golpes en el pecho, se amenazan entre ellos, saltan, utilizan los pies al igual que las manos, etc.) Con la caracterización de los rostros también mejoran, aunque el hacerlo todo en digital lo hace tan perfecto que empieza a parecer irreal.
Otra cosa interesante es que la película muestra la división (que estaba en la novela de Pierre Boulle) entre las distintas especies de monos: los belicosos gorilas, los presuntuosos y majestuosos orangutanes, los curiosos e inquisitivos chimpancés…)

¿Que es lo malo? Pues que a parte de espectacularidad y mucha más acción, poco más aporta, incluso pierde (o difumina muchísimo) elementos interesantes que estaban en el original (todo lo que se muestra o insinúa a modo de parábola sobre el oscurantismo frente a la ciencia, el ecologismo, o mejor dicho la falta de él que muestran los humanos, su belicosidad e instinto autodestructor, etc.

Por intentar no repetirse, incluso cambia el famosísimo y aclamado final de la película original, para poner otro que, aunque también tiene giro sorpresa sorprendente, para mi gusto es inferior, aunque curiosamente, es bastante más parecido al final de final original de la novela de Pierre Boulle de los años 60, que el de la película de los 70 de Shaffner.

En fin, resumiendo, entretenida de ver pero no supera ni iguala a la original.
Seldon
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6
11 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película esperando encontrarme una película de ciencia ficción, con universos paralelos y con un argumento enrevesado de los que a mi me gustan pero me encontré con que además es una historia romántica de amores imposibles.

No está mal, es recomendable e interesante de ver, pese a que hacia la mitad decae un poco el ritmo, y no mantiene el nivel tan alto como el que empieza.

Aunque podría parecerlo al principio (empieza con una serie escenas en las que Jared Leto muere de diversas maneras), la película no es difícil de entender, y no engaña a nadie, cuenta exactamente lo que dice su título.

Lo que decía al principio ¿os imagináis lo que podía haber sido y hasta donde podría haber llegado esta película en otras manos? (estoy pensando en gente como el tandem Michel Gondry/ Charlie Kaufman, o el Spike Jonze de cómo ser John Malkovich, no el de Adaptation)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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