Para hacer una buena película se necesitan dos cosas. Un guión ambicioso y talento para llevarlo a cabo. Enrique Urbizu sólo ha demostrado ser mas ambicioso de lo que su talento le permite. La película te deja frío. Que los Premios Goya la hayan 'coronado' habla muy mal del cine español.

Han pasado casi treinta años desde la película original dirigida por John Milius y protagonizada por un jovencísimo Arnold Schwarzenegger. En estos treinta años los nuevos directores tienen infinidad de recursos para hacer una buena película, pero el caso es que Marcus Nispel no ha sabido o no ha podido emplear estos recursos para hacer algo ligeramente apetecible para el espectador. Esta película es mala y terriblemente aburrida. Está mal dirigida y aún peor protagonizada. Una pérdida de tiempo.

Frío. Esta es la palabra que mejor define como se queda el espectador después de ver la tercera entrega de La Momia. Le falta el gancho y la chispa de las dos partes anteriores. Y se echan en faltan los golpes de humor que tenían aquellas. Sólo se anima un poco al final, pero eso no compensa la tediosa primera hora. Creo que la historia ya ha sido exprimida al máximo y las aventuras de Brendan Fraser en busca de momias debería haber llegado a su fin por el bien de los espectadores. Quedémonos con el buen sabor de boca de las primeras dos entregas y olvidemos este simulacro de historia.

'Amores perros', '21 gramos' y por fin... 'Babel'. Alejandro González Iñárritu, de nuevo en perfecta comunión con el guionista Guillermo Arriaga, se encumbra definitivamente en el Olimpo de los directores y consigue con este tercer film, no sólo no bajar la calidad de los anteriores, sino que sube otro peldaño más en la escalera de la perfección. En 'Babel' vemos como un hecho azaroso ocurrido en un remoto lugar del continente africano puede repercutir en la vida de personas que viven en lugares tan lejanos como Japón o México. A medida que avanza el metraje se van uniendo las piezas, y las conexiones entre todos los personajes se van haciendo más nítidas.
Cierto es que le conexión con Japón es muy débil, pero el toque asiático le da otro sabor a la película, y sirve para romper la monotonía de las escenas en Marruecos y México.
Como única pega, comentar que la película es demasiado larga, y en momentos se hace algo pesada y lenta. Quizá la historia no daba para tantos minutos, pero a pesar de todo estamos ante una magnífica película.

Las intenciones del protagonista quedan claras desde el primer minuto de la película, así que a lo largo de la misma lo que el espectador debe descubrir es si habrá alguna razón que haga que cambie sus planes iniciales. Merece la pena ver el film hasta el final para aclarar esta duda.