La opera prima de Lucrecia Martel, cineasta argentina de reconocimiento internacional, donde despliega toda su filosofía de como hacer cine, donde lo sonoro es primordial dándole un perfil inmersivo al film, donde el sonido hace que el espectador se sienta dentro de la película, sofocandolo con sonidos como el rechinar de las sillas que se arrastran o sentir que están en una día de verano muy caluroso con los pitogüés cantando en los arboles.

El cine de Martel no es para todos, desde el lugar donde transita la historia, con locaciones naturales sin necesidad de ningún montaje, puestas en escenas que exprimen al máximo la cotidianidad de la vida de los personajes, todo expuesto casi siempre en primeros planos agobiantes que transmiten esa sensación de estar ahí, viviendo lo mismo que ellos, sus alegrías pero sobre todo sus pesares.

El guión del film es arbitrario, contrario al formato básico de tres actos, con giros argumentales que lo concatena, podría decirse que son más un conjunto de imágenes ordenadas de a gusto de la directora, pero que a su vez no pierden una línea, que aunque muy difusa sigue estando ahí, con diálogos básicos, de gente común, con tropiezos al hablar y juego entre gritos y susurros, muchas personas hablando a la vez o algunas hablando en el fondo que dificulta escuchar lo que dice el personaje que se muestra como principal, resulta a veces tedioso pero es lo más cercano a lo real y cotidiano que se ha visto en el cine, cuando hay varias personas en un lugar, en la realidad, rara vez todos se callan para que uno hable.

El cine de Martel es un cine poco convencional, en mi opinión podría decirse que es como una obra de arte, donde la sinopsis expone lo que vamos a ver, nada más ni nada menos, no hay que esperar que algo suceda, que empiece y tenga su resolución, es como una muestra, como meterse en la vida, en este caso de dos familias, por un momento y ver que está pasando; los personajes no desarrollan, ya se muestran tal cual y no pasan de eso, porque en ese momento son así, el espectador debería o podría imaginar que los llevó a esa situación, ya que el film no lo va a mostrar. El simbolismo es fundamental, secuencias que sin ser explícitas generan en el espectador la sensación de que algo está pasando ahí, algo que quizá viene de antes o cosas que sucederán pronto pero sin hacerla obvias, son solo pistas para seguir armando uno mismo la historia.

Entiendo que no es una película para todo el mundo, pero creo que si estas dispuesto a ver algo diferente se disfruta bastante y para ser una obra estrenada hace más de dos décadas su capacidad de retratar la vida misma hacen que se sienta todavía vigente y sobre todo conectar con los hechos que muestra.

Segundo largometraje de Eduardo Casanova. Encuadrado en un ambiente algo surrealista nos habla de la maternidad, una muy particular y hasta patológica que corre en paralelo con imágenes de una dictadura en Corea del Norte. La palabra clave es "Libertad"

El film es un deleite de simbolismos en toda su extensión; desde los escenarios super artificiales, donde no existe luz natural, imágenes monocromáticas, filtros y planos medidos exageradamente.Podríamos arriesgarnos a decir que es una mezcla entre John Waters, Almodovar y Wes Anderson, elevado al rosa Casanova.

Las simbóligias que pesan sobre los colores a mi entender son bastante claras, Libertad y Mateo viven en un mundo (casa) color de rosas, hermético, que ella misma se encarga de construir y del cual teme obsesivamente que su hijo quiera salir, haciendo cualquier cosa para impedirlo. De repente todo se empieza a teñir de negro cuando Mateo decide salir de ese entorno

El guión también tiene lo suyo con diálogos que hacen referencia de manera metafórica a esta relación materno filial enfermiza, a la libertad, la dependencia y el amor.

Casanova logra crear una atmósfera propia que se mueve entre lo surrealista y lo crudo, valiéndose de flashes que ayudan a entender el mensaje que se está queriendo dar o reafirmar aquello que el espectador podría sospechar. Sobre algunos efectos especiales creo que la intención era que se vean como tales, aunque personalmente algunos me sacaron un poco de la atmósfera por la forma en que estaban logrados.

La película recibió crítica bastante dispares, a mi parecer comparándola con Pieles, en ésta se ve una creación más madura por parte del director, valiéndose casi de los mismos recursos pero con un resultado más elevado,  como también con una historia más cruda y atrapante.

Ryan Murphy vuelve a crear para Netflix, acompañado de un cast de renombre. En este año tan atípico nos viene bien algo para disfrutar y pasar el rato, con mucho color y canciones que alegran.

Creo que lo más negativo que tiene la película es su duración porque en algún punto empezas a sentir que hay cosas que sobran, como un par de canciones, y partes que pudieron haberse ahorrado ya que son bastante predecibles o simplemente no hacen más que agregar un actor más a escena.

Su estética es exquisita, como nos tiene acostumbrados el director y sin olvidar que es un musical, hay una explosión de colores en cada escena.

La historia en si es bastante predecible, uno puede adivinar el final sin siquiera llegar a la media hora de cinta pero creo, al menos así lo ví yo, que cumple su objetivo en hacer que pienses un poco más, haciéndote ver mas allá, si bien los temas de la comunidad LGBTIQ es una temática ya bastante expuesta en el séptimo arte, quizás no debamos reparar en esa historia todo el tiempo sino en la de esos artistas en declive, sobre todo el personaje de Meryl, que necesitan "aprender" a ser más humanos, más empáticos.

Sirve para pasar un buen momento, para ver a estrellas que nos gustan jugando en nuevos roles, emocionarte si te sentís identificado y quizás a algunos a entender sobre todo a los demás

Nueva serie de Javier Ambrossi y Javier Calvo con un elenco con grandes nombres como las actrices que dan vida a Montserrat en todas las etapas de su vida.

En este proyecto se ve una madurez por parte de los creadores, dejando ya el género comedia o más liviano para adentrarnos en un drama familiar puro atravesado por la religión, la manipulación y hasta en cierto punto la locura.

La serie tiene un buen ritmo con capítulos que sirven como puente para adentrarnos a otro punto cronológico de la historia y que hacen al espectador desear saber que va a pasar. La duración de los 7 capítulos me parece correcta porque no cansa.

Desde la puesta en escena todo está cargado de simbolismos religiosos, de guiños culturales y hasta un par de mensajes ocultos para ver si el espectador los pilla, la ambientación es preciosa y los recursos técnicos como una cámara de 16 mm, el cubo para la escena del baile de Enric y un plano secuencia supercomplejo quedaron acordes.

En cuanto a la trama la historia de por sí vende, más aun teniendo en cuenta la asociación que tiene con el grupo cristiano real, aunque personalmente hay algo que me saca un poco de ese realismo propio que tiene el drama familiar en el que Montse y Pep meten a los chicos y es la subtrama de los aliens, creo que es evidente lo que se quiere contar por qué si bien los realizadores pretendieron manejar una sutileza me pareció innecesario, querer retratar el abuso sufrido por Enric de parte de su madre de esa manera fue demasiado arriesgado más aun cuando la trama en sí se presta para hacerlo de una manera más pegada a la realidad y teniendo en cuenta que las actitudes de Montse hacia Enric aún de mayor dan a entender ese afecto enfermizo que tiene hacia él.

Respecto al final da la sensación que en el último tramo del último capítulo las cosas se desbarató un poco, pero aun así se llega a un final digno.
En general es una buena serie, con una historia bien contada y sobre todo atrapante desde la misma trama hasta sus componentes técnicos.

Primera serie del director canadiense y al parecer su despedida. A nuestro entender una buena forma de anunciar que se alejará de la dirección.

El formato de mini serie me parece que a Dolan le queda perfecto, más aún recordando lo que sucedió en uno de sus últimos trabajos, donde tuvo que eliminar un personaje para reducir a una extensión considerable para el largometraje; el tiempo que le permite el formato es usado muy a favor de la trama, solapando tan bien el último plot twist que es exquisito y al espectador lo toma bastante de sorpresa.

Desde la técnica volvemos a muchos primeros planos hasta primerísimos, agudizando esa sensación de agobio y ansiedad en la historia. Una paleta de colores acorde al thriller, volviendo un poco a los inicios del director, bastante alejado de los planos de tinte americano o mainstream.

De la banda sonora no se puede decir nada malo, de la mano Hans Zimmer es hecha a la altura de la trama. Perfecta.

Desde la narrativa Dolan logró un trabajo excelente en cuanto al uso de los 5 episodios, ocupando casi todos para esconder eso que todos pensábamos que sabíamos, la verdad; para darle la última acelerada recurre a sus clásicos flash backs acompañados de tomas del tiempo actual de manera acelerada con una música que acompaña para llegar a un final bastante aligerado y que hace que entiendas y veas a la mayoría de los personajes de la manera que los viste la mayor parte de la serie.

A mi entender es excelente por donde se analice y disfrutarlo en toda su extensión, en ningún momento baja la intensidad y el suspenso. Y un regreso y despedida digno de su director.