Los que ahora rondamos la treintena y nos acercamos peligrosamente a los 40, tenemos un problema: A pesar de ser todavía jóvenes, hemos tenido la sensación de que el mundo se ha olvidado de lo que hemos vivido a lo largo de nuestra vida, como si hace 15 o 20 años hubiese ocurrido algo que supuso que se tirase por la borda todo lo que había existido anteriormente, como si estuviese apestado todo aquello que fuese creado durante los 80 y 90, como si diese vergüenza.Yo tengo 37 años, y a menudo tengo la sensación de que hablar de lo que ocurrió hace 20 o 30 años es como hablar de la prehistoria, cuando está nítido en nuestro recuerdo y muy reciente. Hay mucho, muchísimo, de lo que ocurrió durante aquella etapa que era mil veces mejor que mucha de la basura que consumimos hoy.

Y en el fondo lo que deseamos es tener un poco una sensación de que el Big Bang no ocurrió en el año 2000, y que anteriormente no había algo, y no un vacío absoluto. Deseamos un mundo que sea una continuación lógica y evolutiva de forma natural de aquel. Que conserve lo que en aquellos momentos nos gustaba, y que a partir de ahí, inicie la construcción de cosas nuevas. Así de sencillo.

Y en este sentido, Madres Forzosas es una buena noticia. No es Padres Forzosos, es una evolución de aquello, respetando la esencia y añadiendo algunas cosas naturales de nuestro tiempo. Es una Sitcom clásica y familiar, como hacía mucho tiempo que no veíamos. Es cursi? Si, pero la misma serie se ríe de esa cursilería tan propia de los 80. De hecho, es un buen experimento para ver en los comentarios de Filmaffinity como algunos espectadores se vuelven agresivos frente a momentos de cariño y amor fraternal. Desde luego, digno de reflexión, ¿no creéis?

La serie, además, vive mucho de la nostalgia, pero también de la autoparodia. El episodio piloto (el primero de la primera temporada), funciona simplemente como introducción. Es pura nostalgia en barra, hasta el punto de compararnos y repetirnos escenas de Padres Forzosos con los actores en la actualidad.

En ese primer episodio - o episodio piloto - no hay apenas chistes, no está centrado en hacer reír. Lo que si hay es mucho grito de fondo cada vez que aparece uno de los personajes o hace un guiño a algún detalle de la serie original. Por cierto, no se echa en absoluto en falta a las gemelas Olsen y los chistes sobre ellas son casi más deseables y celebrables que la presencia de las hermanisimas.

El segundo episodio tiene momentos realmente graciosos (y destaco que yo no he sido nunca especialmente dado a reír a carcajadas por una sitcom americana).

Creo que Netflix nos ha pillado ya el truco a su principal público. No es casualidad Madres Forzosas, ni Stranger Things, ni Glow, ni Luis Miguel... Y por lo que he leído por ahí, todavía nos conservan algunas sorpresas.

Veredicto: Poneos Madres Forzosas durante la sobremesa o el café y vivir como si el tiempo no hubiese pasado. Porque quizás, debajo de toda esa electrónica, telefonía móvil y reggaeton, el tiempo no haya pasado.

Las primeras escenas son escalofriantes. Muy bien.
El inicio es intrigante, frío y melancólico. Muy bien.
La introducción al centro de investigación te genera tensión, y ver todo lo que ha ocurrido allí también. Muy bien.
El razonamiento y el porqué ha ocurrido todo, tiene lógica. Muy bien...

(Sigue en el spoiler)

Valoración final: Bastante bien en general, aunque empieza mejor que acaba.

Me ocurrió con "Cloverfield" y me ha ocurrido con "Chronicle". Te prometen: "Vas a ver una película que simula ser un video casero donde te vamos a mostrar de forma hiperrealista una experiencia alucinante. Y encima en el trailer te muestro las mejores escenas."

Pero las películas "cámara en mano" tienen una gran dificultad de origen y es que es difícil de justificar que un particular grave una historia completa sin perderse ningún momento importante y viéndose nítidamente lo que se quiere mostrar. Es lo primero que nos ocurre con "Chronicle", aunque intenten que el personaje te explique y justifique su obsesión por grabarlo todo. Lo primero que le quita realismo de manera fulminante es que una persona grave toda una serie de momentos donde lo normal sería que quisiese apagarla y concentrarse en lo que está haciendo. Incluso en la actualidad, con la presencia de teléfonos móviles y "youtubers" varios, nadie tiene tantas ganas de estar grabando siempre, ni siquiera toda esa tropa de obsesos que fotografían su comida, que también tienen momentos de descanso.

Algunas películas lo resuelven mejor, por ejemplo REC, donde el ánimo de grabación de un periodista justifica una grabación tan prolongada. Pero tanto en REC, como en Cloverfield, los guionistas acaban dándose por vencido y pasan a filmar de forma convencional.

Sin embargo, en Chronicle se esfuerzan en justificar que una cámara esté grabando en muchos momentos, pero el resultado es tan absolutamente inverosimil, que habría sido mucho más sencillo hacer una película al uso, normal y corriente y ya está. Al final también se dan por vencido y muchas escenas son rodadas sin justificar la existencia de cámaras en escena.

Además, las escenas están tan bien filmadas, enfocadas, estructuradas y cortadas, que es difícil creerse en la mayoría de momentos de que lo que estamos viendo es un video doméstico.

Si esta película no consigue introducirte en la verosimilitud de un video real donde ocurren cosas alucinantes, ¿qué gracia tiene?

Porque cuando quitamos esta cuestión el resto de defectos se hacen aun más evidentes: los actores hacen unas interpretaciones irreales, muy propias de comedia de televisión americana, con guión y diálogos demasiado literarios, con situaciones personales poco comunes...

Es decir, si prometes una película hiperrealista has de comprometerte con eso. Si eso está lejos de ocurrir, lo que queda es una película más. Porque lo más interesante de la película es la narración en primera persona en algunos momentos, pero tener que justificarlo con la existencia de una cámara de video limita y dificulta constantemente el discurso narrativo por la obligación de tener que justificar la presencia de la cámara.

Nos queda una peliculíla de unos chavales convencionales que consiguen superpoderes y a los que se les va de las manos la cosa, que es más o menos la sinopsis. Dicho de esta manera, resulta un argumento mil veces usado y en muchos casos de forma mucho más interesante e inteligente, como por ejemplo en "Death Note".

En realidad, vivimos rodeado de zombies: Personas obsesionadas con un objetivo absurdo y superficial para el cual requieren comernos el cerebro: ¿Quien no ha salido con un novio o novia obsesionados con un estilo de vida, con un patrón diario, del cual no se pueden salir y por el que no paran hasta que nos convencen de que tenemos que hacer todo lo que ellos quieran? ¿Y quien no ha tenido un jefe obsesionado por ascender que intenta convencerte de que su lucha es tu lucha? Estos son dos ejemplos de zombies que nos rodean diariamente e intentan "comernos la cabeza".
"Zombieland" es una película que intenta criticar y parodiar nuestro mundo de zombies obsesivos e implacables.
En cuanto a la película en general... pues que es una película estupenda, muy acertada y que la disfrutarán todos los que les guste ver películas de zombies sin renunciar al buen humor, pero sin llegar a perder el buen sabor de boca.
Mientras que "Zombies Party" me pareció una idiotez sin gracia y con un argumento muy mal llevado, "Zombieland" es una de esas películas para ver con un bol de palomitas y pasar un rato divertido.
No me extrañaría que hiciesen segunda parte, porque creo que el argumento crea adicción y puede dar aun mucho de si.

Creo que Amenábar es un buen profesional, con sus talentos y manías.
De toda su filmografía, sin duda me quedo con "Abre los ojos", a la que considero una de las mejores películas que he visto.
La vi una noche con mi hermano, la daban en la 2. Recuerdo que la empezamos a ver con curiosidad porque yo había oído hablar de ella. Somos de los que aun creemos que, bajo toda la basura que se realiza cada año con fines ultracomerciales o políticos, en España aun se puede llegar a hacer buenas películas (que no quiere decir que se estén haciendo).
La primera sensación que me provocó las primeras escenas del film fue de "intimidad" y cercanía con los personajes. Amenábar es un gran psicólogo cuyo principal talento creo que es el ser capaz de desarrollar con cariño y perfección los personajes y sobretodo la relación entre ellos.
Esto se puede apreciar con mucha más calidad si vemos "Vanilla Sky", o "como desmontar una gran película convirtiéndola en una basura".
La relación de los personajes y las situaciones que viven al principio son realistas y fácilmente reconocibles en nuestro día a día (el guaperas de Eduardo Noriega, el personaje encantador de Penélope Cruz, una chica de la cual nos podríamos enamorar fácilmente, y Fele Martínez (el fiel amigo al que todos apreciamos). Me identifique con la situación y las sensaciones que le generan los personajes de alrededor: incertidumbre, miedo, culpa...
Cuando el personaje de Najwa Nimri lo cambia todo, el interés por la película empieza a crecer a más velocidad aún. Todo se convierte en una pesadilla, de la que Amenabar te permite despertar de pronto (o al menos eso crees), pero con trampa.
Y cuando empieza el desenlace, te encuentras con una bellísima escena llena de nostalgia y unos últimos segundos... bueno, que nos dejaron a mi hermano y a mi con la boca abierta.
Nos miramos y soltamos un: "Pero que pasada!!!"
Es increíble como la película te genera mil sensaciones, pasando del sueño a la pesadilla y otra vez al sueño y otra vez a la pesadilla...
Y te deja soñando cuando comienzan a aparecer los créditos del final.