Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Críticas de Maximillian
<< 1 20 23 24 25 26 >>
Críticas 126
Críticas ordenadas por utilidad
8
30 de junio de 2023
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá no era necesaria, aunque tras su última incursión, se imponía una más digna despedida, quizá sea excesivamente larga en algunos tramos, a pesar de que no está carente de ritmo, quizá incluso la edad de Harrison Ford fuera merecedora de otro tipo de envites, pero varias generaciones de espectadores aman al personaje, Spielberg ama a su personaje y, en una confluencia de intereses y amores cruzados, aparece esta secuela que pretende poner un broche de oro a la saga del Dr. Jones y cerrar un ciclo que se abrió hace 42 años.

Y lo hace recobrando el espíritu de la saga original, plena de aventura y excesos. con absoluta fisicidad, cargada de ironía, pero evitando los aspectos paródicos, con un nuevo personaje femenino que derrocha ingenio y encanto, excelente Phoebe Waller-Bridge, dando el contrapunto pragmático, moderno y descreído a un altruista Dr. Jones, que aún conserva algunos sueños de juventud, que la trama le permitirá realizar a pesar de estar inmerso en la jubilosa etapa de la jubilación.

Como guinda final el guion también se preocupa de cerrar las posibles tramas que la saga se ha encargado de ir abriendo, todo toma sentido en la última aventura del Dr. Jones, desde la relación con la mejor compañera de su vida o con el triste destino del hijo de ambos, al final de una vida entregada a la aventura, cobra importacia la ternura de una caricia y la melancolía de un recuerdo compartido.

Pero sin dejarnos llevar por la nostalgia, en el último minuto, los acordes de la partitura de Williams y el icónico sombrero "Fedora", nos recuerdan que mientras Indy siga en pie, nadie volverá a usar el sombrero del Dr. Jones.
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de febrero de 2024
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sofía Coppola persiste en su estilo contemplativo, pulcro y detallista, centrado en los detalles y en los colores, en los objetos y su significado, para narrarnos un cuento de miedo en el que una niña fascinada por una estrella del rock se somete voluntariamiente al aislamiento y al ostracismo en una jaula de oro.

Lo más destacable del film, aparte del reconocible estilo de su directora, es la delicada interpretación de Cailee Spaeny, que es capaz de representar convincentemente a su personaje desde la adolescencia hasta la madurez, desde una inocencia conmovedora, hasta la toma de conciencia de su cautividad en la jaula de oro donde debía haberse consumido, si no llega a encontrar la fortaleza de abandonarla y tomar las riendas de su propia vida.

Su delicada interpretación opaca a la, ya de por si oscura, de Jacob Elordi quien, probablemente por decición de Sofía Coppola, interpreta a Elvis, constituyéndose en una sombra gris y amenazadora, distante, inestable y finalmente tóxica, sobre todo si se la compara con la brillante recreación el año pasado de Austin Butler en la luminosa y festiva "Elvis" de Baz Luhrmann.

De esta forma, el film, no es únicamente una aproximación poliédrica más a la figura del rey del rock, sino que se constituye en una nueva muestra, preciosista y contemplativa, del universo de su directora, enlazándola con los los interesantes personajes femeninos de "Lost in Translation".(2003), Marie Antoinette" (2006) o "La seducción" (2017).
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
14 de mayo de 2023
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin el cine puede exponer una adaptación de la inmortal novela de Alexandre Dumas publicada en 1844, digna del genio de su autor.

A falta del visionado de la segunda parte que se estrenará el próximo mes de diciembre, esta primera parte ya ha superado el principal problema de casi todas las adaptaciones anteriores que consideraban el argumento como un relato de aventuras dirigido a niños y, por consiguiente, cuajado de infantilismos o susceptible de ser tomado con ironía, enfatizando componentes bufonescos y paródicos inexistentes en la historia original, como hiciera Richard Lester en su díptico rodado en España entre 1973 y 1974, o la propia cinematografía francesa en las versiones de André Hunnebelle de 1953 o de Bernard Borderie de 1961.

También resultan cuestionables la primera versión sonora de 1935 por su alejamiento del guion original, o la versión rodada por los estudios Disney en 1993, que contó con un excelente reparto y un guion infumable, o la versión de Peter Hyams en 2001, con su despliegue de artes marciales en la Francia del S.XVII, y por último, para rizar el rizo, la modernización de Paul W.S. Anderson en 2011 que convirtió el clásico texto de Dumas en un impersonal y aparatoso videojuego de acción de infausto recuerdo.

De tal forma que las mejores versiones hasta la fecha siguen siendo la versión silente de Fred Niblo de 1921, interpretada por Douglas Fairbanks y la dinámica versión dirigida por George Sidney en 1948 con Gene Kelly en el papel protagonista, concebido con acierto como un musical sin números musicales.

En este panorama esta nueva versión tiene la virtud de partir de un guion que se ha tomado en serio el espíritu de la novela original, que es un relato de aventuras de capa y espada ambientado en la turbulenta corte francesa del siglo XVII, con unos personajes dotados de cierta complejidad psicológica en una narración muy dinámica que no elude los aspectos dramáticos cercanos a la tragedia.

La trama se mantiene fiel al espíritu de la obra original, si bien introduce subtramas para acentuar la presencia de algunos personajes o aumentar la emoción de ciertas escenas, pero el resultado final es absolutamente respetuoso con el texto de Dumas.

Su mayor acierto radica en el despliegue actoral con lo más granado del cine francés y europeo actual, desde Eva Green, que incrementa su galería de malvadas, componiendo una desatada Milady de Winter, auténtica encarnación del mal, que entra de lleno en la galería de villanas fascinantes de la historia del cine, con el permiso de sus predecesoras, Lana Turner, Faye Duneway, Mylène Demongeot, Rebecca de Mornay o Milla Jovovich, hasta Vincent Cassel, cuyo torturado Athos, resulta más oscuro y cansado que en anteriores versiones, en las que destacaron Van Heflin y Oliver Reed, pasando por la pareja real, unos convincentes Louis Garret y Vicky Krieps, cuyas brillantes apariciones en pantalla capitalizan la atención del espectador, o la espléndida pareja protagonista, un aguerrido François Civil y la encantadora Lyna Koudry en el papel de la dulce y abnegada Constance.

Quizá se echa de menos una mayor participación de la intrigante figura del cardenal Richilieu, interpretado por Eric Ruf, aspecto que probablemente quede corregido en la segunda parte del film dedicada a Milady, ya que siguen siendo memorables en la retina del espectador, las imponentes aposturas de Vincent Price y Charlton Heston en ese carismático papel.

La localización de los exteriores en escenarios reales franceses adquiere papel protagonista, Île-de-France, les Invalides, el patio del Louvre, la catedral de Meaux y los castillos de Fontainebleau, Chantilly y Compiègne, lucen espléndidos al recrear su glorioso pasado en la corte borbónica.

De la dirección de Martin Bourboulon, conviene destacar el gusto por el detalle, los colores terrosos y en sombras de la fotografía, la delicada dirección de actores y el voluntario alejamiento de las luchas de espadachines coreografiadas, como suele ser habitual, para bajar la cámara al nivel de los combatientes y hacer sentirse al espectador, inmerso en la lucha.

Por todo ello, hemos de felicitarnos por poder disfrutar de esta atractiva muestra del cine de capa y espada de corte clásico y porque, desde el seno de la cinematografía francesa, se haya hecho justicia por fin a la obra inmortal de Alexandre Dumas.
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
16 de julio de 2023
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Séptima entrega de la saga que, salvando el pinchazo de la 2ª parte, desde su tercera entrega, dirigida por J.J.Abrams, no ha hecho más que crecer y desarrollarse armoniosamente. Esta tercera entrega, que cuenta con uno de los mejores villanos de la saga interpretado por Philip Seymour Hoffman, es fundamental en la evolución de la franquicia, ya que el director corrigió el desfase de la segunda entrega, humanizando al agente Hunt con una historia de amor y devolviendo protagonismo al resto de miembros de la FMI, en detrimento de su protagonista y en consonancia con el espíritu de la serie televisiva original.

J.J.Abrams se mantendría como productor desde entonces, junto a Tom Cruise, pero la dirección de la cuarta entrega sería encomendada a Brad Bird que había demostrado sus capacidades para el cine de acción en el divertidísimo film animado de “Los increíbles”.

Sería en la quinta entrega cuando Christopher McQuarrie se haría cargo de la dirección, manteniéndose en esa posición hasta hoy y dotando a los últimos episodios de una unidad de estilo y acción que consolidan las siguientes señas de identidad:

Misiones resueltas por todo el equipo de FMI en el que van variando sus componentes, presumiblemente por la dificultad de completar los castings en el momento de iniciar cada rodaje.

Escenas de acción trepidante conscientemente desmesuradas en las que su protagonista tiene una participación excepcional.

Tramas internacionales y complejas propuestas a través de diferentes artefactos que Hunt deberá aceptar al inicio de cada misión, exonerando al gobierno de cualquier responsabilidad.

Las misiones serán resueltas mediante la acción, el engaño y el escamoteo, resultando capitales las máscaras, que usarán indistintamente todos los agentes.

Villanos megalomaníacos, sádicos, codiciosos y desalmados, con una misión que suele atentar contra la existencia o los valores de Occidente.

Tema musical recurrente basado en la composición original de Lalo Schifrin para la serie de TV, que suena en los momentos específicos de la trama para puntear las escenas de acción.

Esta séptima entrega vuelve a servir el menú acostumbrado, esta vez con notables variaciones sobre los anteriores films de la saga, como son un mayor desarrollo vital de personajes, especialmente los de Hayley Atwell y Pom Klementieff, un mayor contenido dramático con visos de tragedia y una nueva vuelta de tuerca a las escenas de acción interpretadas heroicamente “sin dobles” por un esforzado y empecinado Tom Cruise.

En definitiva, los ingredientes vuelven a estar sabiamente dosificados por productores y director para dejar satisfechos a los fieles seguidores de la franquicia y a aquellos que se acerquen a disfrutar de un cine de acción desprejuiciado y espectacular.
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
8 de noviembre de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excepcional capítulo inicial de la miniserie histórica de la BBC que reprodujo en dos temporadas las excelentes tragedias históricas de William Shakespeare agrupadas en dos tetralogías: 'Richard II', 'Henry IV Partes 1 y 2' y 'Henry V' en el primer ciclo y "Henry VI Partes 1, 2 y 3" y "Richard III" en el segundo ciclo.

En ambos ciclos, presentados en forma de temporadas, se aborda la apasionante historia de las intrigas y de las luchas dinásticas por el poder que se produjeron en la monarquía inglesa, entre las casas de Lancaster y de York, entre los años 1399 y 1485, en los que se libró la cruenta guerra civil conocida como "La Guerra de las Rosas", que inspiraría a George R.R.Martin para la creación de su famosa saga "Juego de Tronos".

En el primer episodio se narra la caída del joven Richard II Plantagenet, frente a la rebelión de su primo Henry Bolingbroke que reinaría con el nombre de Henry IV y que había sido desterrado por un conflicto dinástico.

En este episodio destacan las interpretaciones de Ben Whishaw en el papel del joven rey, indeciso y débil, que prefigura muchas actitudes que más tarde adoptaría el personaje de "Hamlet".

Rory Kinnear, en el papel del usurpador Bolingbroke, el futuro Henry IV, que representa con convicción todas las cualidades que le faltaban al rey legítimo, resolución, pragmatismo, y un inteligente equilibrio entre dureza y una oportuna moderación.

Patrick Stewart borda el papel del controvertido John de Gaunt, padre de Henry y pilar del reino, cuya muerte despertará la ambición de Richard y el inicio de la rebelión,

David Suchet interpreta al sibilino duque de York, que representa con efectividad la sagacidad y el oportunismo político.

Y una encantadora Clémence Poésy, interpretando a la desconsolada y orgullosa reina Isabelle de Valois.

El brillante reparto y una excepcional ambientación hacen que la obra sirva de perfecta presentación de esta mini-serie, que representa la culminación de las impecables recreaciones históricas de la BBC y de la obra de Shakespeare en particular.

Sin lugar a dudas es especialmente recomendable para amantes de Shakespeare, del teatro británico y de las tragedias históricas.
Maximillian
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 20 23 24 25 26 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow