Esta película tiene dos fallos que la convierten de idea interesante a filme malo tirando a bodrio:
- Es igualita a mil millones de películas más del mismo tipo.
- Sale Billy Bob Thornton.
Los toques de humor no son demasiado humorísticos (¿seré la única persona en el mundo que ni siquiera sonrió con la película "Atrapado en el tiempo"?), John Cusack no le pone demasiada carne al asunto, Connie Nielsen lo intenta pero le sale una burda imitación de la Kim Basinger de "L.A. Confidential" y los secundarios simplemente molestan. Para ser una película de suspense, el ritmo es lentísimo y desde luego, el giro final es de todo menos sorpresivo. Vamos, que no la recomiendo nada.

Algunos sospechamos desde hace tiempo que Uwe Böll no es más que el nombre en clave de un programa de ordenador que hace películas. En espera de confirmación de este rumor, nos asestan un golpe mortal con esta obra maestra donde podemos apreciar las capacidades interpretativas de la ex-Terminatrix, Kristianna Loken (dios..como es posible que salga tan mona en Terminator y tan horrenda en esta película), una especie de bulldog que arrea las hostias más desganadas que he visto en mi vida. Además, podemos alucinar ante un reparto tan desaprovechado: ¡Ben Kingsley, Michael Madsen, Udo Kier, Geraldine Chaplin!. Y vomitar ante ese montaje que a partir de ahora llamaré montaje rollercoaster y que caracteriza al maestro Zampa Böllos. Sólo nos queda una incógnita que despejar ante esta inmundicia ¿es su peor película?.
No señores. Es "House of the dead".

Cuatro pijos aburridos se conocen, se enamoran, se entrecruzan, lloriquean, folletean y cuando ya están consiguiendo dejar de aburrirse, nos aburren a los demás. Película pedorra donde las haya, un compendio de pedantería, maneras insufriblemente "artie", lenta como ella sola y a la que se nota demasiado su origen teatral. A Natalie Portman ya se la veían maneras de putilla en "Beautiful Girls" y aquí lo borda; Julia Roberts sigue en su línea mediocre; Jude Law pone cara bonita y poco más y Clive Owen cumple sufridamente, como es habitual en él. La típica película que, o te engancha y te encanta, o acabas deseando haber ido a ver lo último de Uwe Böll, que por lo menos hace gracia.