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España España · Barcelona
Críticas de Ed Lauter
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Críticas 218
Críticas ordenadas por utilidad
1
18 de julio de 2016
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser el mejor título de la filmografía de la Fantastic Factory tampoco es ningún mérito: la cantidad de truños que llegó a parir esta productora catalana de corta vida (2000-2007) es como para cortarse las venas.

Dagon: la secta del mar es una adaptación de uno de los primeros relatos de HP Lovecraft, al que una vez más el cine no hace justicia, sobre todo cuando una productora se lanza al vacío para realizar una película de contenido fantástico con unos medios económicos impropios incluso de la serie Z.

Me parece injusto cargar las tintas sobre el elenco, en especial sobre las pobres Raquel Meroño (cumple, sin más, y nos muestra hacia el final sus tetitas y su magnífico culo, lo que siempre es un punto a favor en una actriz-presentadora que siempre me pareció de un gran atractivo natural) y Macarena Gómez (ella sí es una actriz de verdad, y hace lo que puede con un papel que parece escrito por su peor enemigo). El gran Paco Rabal estaba para lo que estaba (en sus úlitmos meses de vida) y poco más se le puede pedir en otro papel por el que debería cumplir prisión indondicional el guionista Dennis Paoli.

Mención aparte merece el protagonista de este engendro, el desconocido Ezra Godden, una especie de Jeremy Northam de todo a 100. El peso de la película recae en él, nada menos que en su debut cinematográfico, y es un auténtico error. El chaval parece entregado, de eso no hay duda, pero es que ningún personaje de esta película da absolutamente para nada. Godden repetiría de nuevo con el director Stuart Gordon en 2005 y ahí terminó su carrera.

Los "zombis" del pueblo, los malvados, el maquillaje, los secundarios, la historia... todo es cutre y pésimamente trabajado. Me gustaría saber qué pasaba por la cabeza de Stuart Gordon (Re-Animator, serie B de verdad) mientras rodaba esta basura por las rías gallegas. Ah, si a alguien se le ocurre verla en versión original necesitará los subtítulos en castellano para entender algo de lo que dice Paco Rabal hablando en un inglés cthuliano alucinante.

Lo mejor: la escena del deshollamiento de Paco Rabal, buen maquillaje subcutáneo en la escena más gore de la película.
Lo peor: todo, especialmente es ese tufillo a pretenciosidad que envuelve la película, sin ningún sentido del humor.
Ed Lauter
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1
28 de marzo de 2020
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy cansado del cine de acción moderno. Estoy cansado de ver películas de ciencia-ficción, aventuras, terror o acción donde como espectador soy capaz de asumir la cuota de fantasía que pueda plantear la historia pero donde el sentido común no existe. Cada vez más los guiones se complican ridícula y artificiosamente en ¿beneficio? de la acción y la estética, a costa de resultar inverosímiles cuando no estúpidos.

Esta enésima distopía futurista al estilo de "Equilibrium" o "Hijos de los hombres" parte, como las citadas, de una premisa argumental muy interesante para caer muy pronto en la acción pura y dura y olvidarse de toda lógica.

Sobre las tonterías que uno puede encontrarse en la peli, resumo unas cuantas en la zona de spoilers. Por lo demás, película absolutamente dañina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ed Lauter
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1
2 de junio de 2019
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se podía esperar de una serie anunciada a bombo y platillo como la serie donde Mario Casas enseñaba el rabo y se pajeaba en la ducha? Si eso es el principal reclamo, apaga y vámonos. Por cosas como ésta el cine español sigue sin poder tomarse en serio, porque es para reir por no llorar a estas alturas del siglo XXI.

La serie es puro delirio. Me tragué varios episodios con la tele de fondo, que el tiempo es oro, mientras me dedicaba a labores caseras rutinarias. Un guaperas de éxito al máximo nivel profesional y folletil (Mario Casas) vive amargado por un antiguo mal rollo familiar con su madre (no me preguntéis exactamente qué). Casas combate su abatimiento acudiendo a un local de folleteo classy, una especie de moublé de salas oscuras y decoradas para actividades sexuales rarunas, saturado de neones y pivonazos que se pasean en pelotas apenas con una máscara, a lo Eyes Wide Shut. Pero ni su desorbitada cuenta bancaria ni las modelos a las que se trinca, ni mucho menos la sesiones de terapia psicológica que atiende, parecen servirle al pobre Mario para salir de la depresión.

El hilo principal parece ser, y digo parece porque es un auténtico batiburrillo, el interés de Mario Casas por hacerse con la custodia de su hermano menor retrasado mental (una lástima que no sea el propio Casas quien se encargue de este papel, porque daría el pego de sobra). Por ello se enfrenta a su madre (Lola Dueñas en modo choni), dispuesta también a recuperar a su hijo más joven, actualmente en un centro de atención a discapacitados donde se ocupa de él Ingrid García Jonsson.

A todo esto se interponen las tensiones laborales y sexuales de Casas con los socios de su firma, sus atormentadores recuerdos de infancia, la tutela de García Jonsson (nefasta actriz) a su hermano menor, las vicisitudes de su pobre madre, las de su psicóloga y la de la madre que las parió. Y mucha escenita presuntamente caliente. Y el Casas pajeándose en la ducha. Seriaca.

Debo estar perdiéndome algo porque llevo años oyendo elogios a la calidad actoral de Casas que yo, dejando de lado su eterno problema de dicción, personalmente no veo por ninguna parte. De todas formas Mario no desentona en absoluto con el resto del elenco actoral. Para pegarse un tiro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ed Lauter
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2
19 de abril de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta creer que este largometraje con pinta de telefilm sea obra de Sidney Lumet. La película narra la típica historia de personaje obligado a convivir estrechamente con un entorno extraño y, bajo su punto de vista, anacrónico. Melanie Griffith hace el papel de policía independiente, bastante imprudente en su trabajo y algo cateta a la que le asignan un caso de asesinato de un miembro de la comunidad judía de su ciudad. Griffith se infiltra en dicha comunidad para investigar lo que ella cree desde un principio: que el crimen lo cometió alguien cercano a la víctima y, por tanto, es un miembro activo de esa parroquia judía, hermética y desconfiada de todo lo que hay fuera de ella. Griffith conseguirá resolver el caso, pero no sin que su contacto con el mundo judío le marque profundamente y le haga reflexionar sobre su propio modo de vida.

Una historia que podía dar mucho más de sí y que es en sí misma muy interesante, pero que naufraga por culpa de un guión tremendamente convencional y una narración si pulso, increiblemente aburrida. Melanie Griffith tampoco es capaz de sostener la película por sí misma. Y el doblaje al español de esta película es absolutamente delictivo. Mala-mala.
Ed Lauter
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3
7 de abril de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal como ya comentan otros usuarios, la película contaba con todos los ingredientes para ser un pelotazo: dos de los actores más carismáticos en el auge de sus carreras, la sex symbol indiscutible del momento, montones de secundarios contrastados, y un director y guionista reputado, así como su equipo técnico. Sin embargo el resultado fue una historia tremendamente enrevesada y llena de personajes estereotipados con actitudes y relaciones estereotipadas propias del cine ochentero más comercial. El malote con buen corazón que trata de redimirse (Mel Gibson), el poli chulito y cargante (Kurt Russell), la mujer independiente y fuerte pero que al mismo tiempo pierde el culo por dos tios completamente opuestos (Michelle Pfeiffer), unos policías que parecen medio idiotas (liderados por el siempre cumplidor JT Walsh) y un narcotraficante latino con mucha clase y audacia (Raul Julia).

Ese guión tan desordenado y eternizado por escenas alargadísimas o totalmente prescindibles (especialmente las romantico-eróticas del trio protagonista, con esa risible música de saxo de fondo tratando de darle un toque "classy" de lo más ridículo a esas secuencias), unos diálogos lamentables y unos personajes tan odiosos (Russell está para ahostiarlo) conducen al tedio más absoluto a partir de mitad de cinta, cuando el triángulo amoroso ha quedado establecido y la inutilidad de la policía (excepto Russell, claro) es sonrojante.

Fallida y aburridísima.
Ed Lauter
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