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España España · Madrid
Críticas de paki
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Críticas 203
Críticas ordenadas por utilidad
8
31 de octubre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que soy yo. No sé si cocida, a la plancha o al ajillo. Depende del día. Ayer, con la tormenta, fui gambita con gabardina. Jaja. Hay que reírse. O llorar. Llorar mucho y reír más. He hecho las dos cosas, o ninguna, después de ver la serie. Me ha gustado, claro. Es que soy muy coreana yo. Oriental en general; Paki-ta en particular. Por gratitud. Un día, en mis conflictos de anciana madre con hijo adolescente, vi la de Mother de Bong Joon ho, y me sentí tan comprendida, arropada y agradecida que le juré amor eterno. A lo bestia. A la coreana. Y no me ha fallado. Me hace mucha gracia la gente que ve cosas para evadirse, cuando a veces, muchas veces, la elección es evasión o victoria. Hay que arriesgar y las emociones fuertes son mejor para el cine y para la vida.
La he devorado sin saber si gamba come calamar, pero reconociéndose un poco en la pecera. Caramba, es que da mucho, muchísimo para pensar. Eso me encanta: las historias que se abren cuando se cierran. No dan respuestas y hacen muchas preguntas. ¿Y tú qué harías? ¿Es verdad que lo perderías todo para intentar que los que amas ganen? ¿Y el sentido de la supervivencia? ¿Y la ética? ¿Y si descubro que no soy una gamba ni un calamar sino un tiburón que nunca había olido la sangre?...
Buf, es que en estos mares de Corea por los que transitamos todos los días es muy difícil sobrevivir. Vamos perdiendo aletas y agallas porque el miedo a la miseria nos va destrozando los nervios y la paciencia. No somos dueños de nuestros tiempo ni de nuestra vida y estamos agotados, confusos y no sabemos donde ni cómo nos cocinarán mañana. Al ajillo, a la plancha, cocidos... en qué turno, para qué trabajo, para quién, por donde ni por cuánto.
No, no... nada de tenebrismo. No se es coreano en balde. El mundo no es un drama pesado y continuo: es una tragicomedia como estas historias donde la risa y el llanto son tan equilibrados y exquisitos que no sabes donde empieza uno y acaba el otro. Porque es un juego. Y uno es el que juega y decide cuándo termina porque (los orientales somos así, señores) uno no es lo que le pasa sino la forma en que afronta lo que le pasa. Y uno es el dueño irrenunciable de su no, su miseria y de su compasión.
No sé, igual no he entendido nada pero he aprendido algo. He dicho NO. Rotundamente. No sé si me convertiré en plancton para los tiburones, pero sigo nadando porque lo he decidido así. No es poco...
Ah!, esto podría haberse llamado "danzad, danzad malditos", pero sería otra historia, no coreana. Los coreanos somos más dulces. Más de fluir. Y esto es mejor... Donde va a parar...
paki
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2
8 de enero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gusta comentar las películas que no me han gustado. Eso es siempre algo subjetivo, y descalificar una obra en base a tu gusto personal, no me parece justo. Pero con esta lo haré porque mi opinión negativa será un porcentaje mínimo dentro del aplauso general, así que ni quita ni pone nada. Además, no solo no me ha gustado, es que me ha irritado. Pienso también que tal vez no fuera el momento de verla (eso también pasa) y hay películas optimistas, bienintencionadas y sentimentales que te tienen que pillar en ese mismo buen rollo, y ésta me ha parecido poco de lo primero y mucho de lo segundo. Rollazo.

Todo me parece falso, sentimentaloide, manipulador y ridículo. Y no tanto lo de la muñeca que a lo mejor encajaría en el personaje de Lars, solitario y timidísimo, que la compra para tener la compañía que parece incapaz de conseguir y la vida social para la que se siente bloqueado, como por la conspiración general de gente buenina, que no solo le sigue el rollo, sino que la adopta en masa para si mismos… Eh??????? Eso será en el Medio Oeste americano porque en la estepa manchega te presentas con la muñeca de silicona debajo del brazo y te cae un mote de jincho para los restos y fama universal de gili para ti y tu parentela y no se te acercan al chalé ni a kilómetros por si la próxima tontuna que te da es liarte a perdigonazos con el personal… Estoy segura, y no es que seamos especialmente cafres, pero es que es difícil llevarte al huerto de lo prodigioso, fantástico y buenrollista, así en términos generales, y en tiempos difíciles más…

Por lo que sea, pero no me moló. Salvo la música que me gustó, y los cuñados del novio de Barbie por lo menos al principio, porque luego se pusieron a bañarla como si fuera lo más normal del mundo, que me parecieron los más “normales” de la película, pero lo demás: Lars, la novia de plástico, la que parecía un ratón mecánico, el pueblo en masa que parecía poseído por esos entes extraños muy americanos que lo mismo hacen copia de la gente cuando se duerme, repueblan una ciudad con niños rubios de ojos fosforitos o tienen a toda una comunidad paseando y rifándose a una muñeca como si fuera lo mejor que les ha pasado nunca… En fin, respetable, vale, pero raroraroraro…
paki
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8
23 de mayo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Annie está en plenas crisis, en plural, de todo tipo. Está enchufada en un trabajo para el que no sirve porque no tiene dinero para poner un negocio de lo suyo. Vive con dos frikis enormes que están fatal de la olla y le estafan con el alquiler. Y está colgada de un follamigo egoísta y prepotente con el que, a su pesar, le gustaría comprometerse.

Así, entre unas cosas y otras, tiene la autoestima por el tercer sótano y bajando, aunque también tiene algo muy bueno: una súper amiga del alma, Lilian, con la que desde el colegio lo habla todo, se consuela, ríe y la anima tanto que cada fin de semana le alegra el día y la vida. Hasta que un día (porque las crisis cuando aprietan, ahogan pero bien), Lilian le dice que va a casarse y ella va a ser su especial dama de honor y organizar su boda con otras amigas. Y entonces conoce a una que es guapísima, riquísima, perfectísima y ¡horror! amiguísima de su muy mejor amiga. Y como si no tuviera bastante con sus conflictos habituales ahora tendrá que enfrentarse a su propia envidia y a una competición bestia con doña Perfecta, en la que (por cierto) siempre sale perdiendo…

A la pobre Annie se le van sucediendo los bochornos y los fracasos porque, por una inexorable ley de Murphy, todo lo que podría salirle mal le sale peor.., Pero todas sus tribulaciones y desventuras de mujer agobiada, perdida y jodida, y del grupo de mujeres que organizan la boda con sus propias historias cotidianas, están contadas con un humor maravilloso y unas interpretaciones perfectas, en una comedia divertidísima donde todo lo negro, ácido y crítico es inteligente, valiente y gamberro. Desmontando mitos y riéndose de los tópicos se me pasaron las dos horas de película, volando y preguntándome donde estaban esas chicas maravillosas cada viernes por la noche para tomarnos unas cervezas y alegrarnos juntas el día y la vida.

Ni “sexo en Nueva York” ni “mujeres desesperadas”, las mujeres de verdad tienen curvas, arrugas, novios volátiles, armarios normales, trabajos aburridos, rollos chungos y una vida más o menos agobiada y jodida de la que siempre es capaz de rescatarnos una muy buena amiga aunque sea a puñetazos en el sofá … ¡Ay, qué arte más grande y qué bien me lo pasé con esas chicas!
paki
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7
13 de octubre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La biblioteca de mi barrio es uno de mis sitios preferidos del mundo. Un paraíso. Calentito en invierno y fresco en verano. Siempre acogedor. El oasis de calma, armonía y paz que encontramos los que no tenemos la fe de sentarnos a pensar en un banco de la iglesia o el dinero para ir a un psicoanalista. Un refugio, vaya. Solo me falta enamorarme entre esas cuatro cristaleras abarrotadas de libros y de películas. Tengo un amigo que se va a las secciones de congelados de los centros comerciales para buscar solitarios, mal comidos y peor amados, para enamorarse aunque sea el tiempo justo de comerse una lasaña plastificada, y yo no desespero de reconocer en esa biblioteca al hombre de mi vida en el momento en que los dos vayamos a coger el mismo tomo de Víctor Hugo o choquemos en el pasillo de cine negro un viernes por la tarde. De momento, no ha habido suerte, y mi desconocido y soñado amante cinéfilo bibliófago debió de dejar el pack de pelis de Dario Argento unas horas antes de que yo lo cogiera. Así que el placer del cine ha tenido que ser solitario. Pero lo he disfrutado. He visto tres películas pero voy a comentar ésta porque de la que había escogido (¡insondables arcanos!) ha hecho una crítica perfecta otra persona, más o menos por los mismos días que yo la he visto y con el título que yo le iba a poner... A ver si es que Argento es propicio a la magia y a las casualidades me pregunto... No sé. Lo que sí es, es muy original, porque trata la historia clásica de un psicópata suelto por la ciudad, de una manera diferente en la que prima lo tragicómico. Las escenas de violencia y crímenes, profusamente sangrientas, con esos cruces de cuchillos y navajas que te llevan al escalofrío y la dentera, se combinan con otras llenas de humor en las que no es difícil llegar a la carcajada. Es un tira y afloja de tensión y relajación que te hacen adentrarte en la película de principio a fin, manteniéndote en una atención constante. La película es de los años 70, que es una época muy ingrata de ambientar porque todo tiene un aire anticuado que no pasa con años anteriores pero en ésta no se nota demasiado. Le sienta bien, incluso. Todo en ella está en el límite del absurdo y del esperpento y, al mismo tiempo, de la genialidad, porque así son los creadores, los innovadores y los artistas. Lo que en otros sería defecto, en ellos es virtud y sus excesos son auténtico barroquismo: exageración y belleza al mismo tiempo. Sus chicas ensangrentadas son mucho más allá del gore o del suspense y mucho más allá de una historia y su forma de contarla, cine puro y duro: la imagen que impacta y te penetra. Como un cuchillo, a veces...

Volveré a la biblioteca pronto... me ha parecido ver, entre las carátulas del estante del terror, un ojo que me espía y me espera... continuará...
paki
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9
22 de diciembre de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido un documental más que una película; las historias son reportajes de actualidad y la ficción tan real como la vida misma. Desgraciadamente. Son historias demasiado tristes para que aparezcan niños tan bellos. Tan inocentes. Tan frágiles. Las historias de miseria, hambre, frío, paro, y violencia deberían ser solo eso: historias. Cuentos para no dormir. Para asustar a los adultos pero, nunca, nunca, jamás, para que la protagonicen los niños tan inocentes. Tan frágiles. Tan bellos. Y, sin embargo, a pesar de que debe ser el dolor que más nos duela, la realidad no es así. Hay niños como los de esta película de "terror": maltratados, hambrientos de pan, de afecto y de alegría. Víctimas, como sus propios padres, de nacer y vivir en entornos marginados, depauperados y miserables donde es casi imposible encontrar motivos, razones y excusas no solo para mejorar de vida, sino, incluso, para vivir.

La pregunta de la película es " ¿se pueden cambiar las cosas?", "¿merece la pena intentarlo?", "¿hay que resignarse con el mundo que ha tocado en suerte, o en desgracia, vivir, o hay que arriesgarse cada día y luchar por mejorarlo?", "¿me quedo en la cama cada mañana porque no tengo trabajo, porque soy desgraciado, porque no tengo esperanza, ni ilusión, ni confianza en nada?". La respuesta es: "No. Hoy empieza todo". Cada día hay que buscar, rebuscar o inventarse los motivos, las razones o las excusas para continuar. Merece la pena por uno mismo, por los que te rodean y amas o te aman, o te necesitan. O, en general, por la humanidad entera, por el futuro de nuestros hijos. Niños frágiles, bellos e inocentes, que se merecen una oportunidad. Tal vez, como dicen en la película, no seamos capaces de legarles más que un montón de piedras, pero con ellas es posible construir, cruzar y crear un mundo mejor. ¿Qué clase de padres, profesores o personas seríamos si no somos capaces de mejorar el mundo que nos hemos encontrado y transmitírselo para que puedan disfrutarlo como se merecen? Por favor, si se trata únicamente de un montón de piedras, o, como quién dice, de un poco de esperanza, de ánimo y de fuerza para levantarlas cada día que comienza...
paki
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