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Chile Chile · Talca
Críticas de ocj
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
7
7 de febrero de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible no tener esperanzas en el corazón cuando se lee la sinopsis de una película y descubre que será sobre un cuarteto de cuerdas, que éste se basará principalmente en Cuarteto N° 14 Op. 131 de Beethoven, y que cuenta con ESE nivel de actores. Lo único que hace abrigar algunas inquietudes se trata del director –aparentemente un novato- y que la película, como suena se trate de un juego de sensiblerías, cebolleos y lloriqueos al por mayor.
Aunque no quiero aventurarme en una calificación de la película, por lo menos sí puedo despejar la última inquietud de sus mentes: no es una película llena de ojos vidriosos, ni facilista ni efectista. En cuanto a la dirección de la película…véanla!
Algo si les puedo adelantar: como siempre se ha comentado en el cine, los directores noveles casi siempre flaquean en la dirección de actores, pero este no es caso. Lo sé, puede tratarse de que las líneas de cada uno de los actores estén más o menos bien estructuradas, que sólo le bastó al realizador poner la cámara y que los monstruos que tienen al frente hagan magia…no sé, un montón de posibilidades. Lo cierto es que el trabajo de los cuatro protagonistas está maravilloso, sobre todo –y no cuento ningún secreto con esto- lo bien que actúa Philip Seymour Hoffman.
Ahora bien, ¿de qué va la película? La tesis con que se presenta la película al público puede aparentar que este tendrá un objeto único: el drama del músico que llegó al final de su carrera por una enfermedad. Desde ahí también podría deducirse la generación de conflictos con los restantes miembros del cuarteto…pero no, no es tan obvio. En el filme se nos muestran los caracteres de cada uno de los integrantes del grupo, de cómo ellos se desenvuelven fuera del escenario y cómo es su vida en el mundo “real”. Por supuesto que nacen los conflictos al interior del grupo por la salida de Walken, pero ellos no son causa de ese hecho: esta es la circunstancia que hacen brotar aspiraciones propias, asperezas nunca solucionadas, egoísmo, (des)lealtad, el amor –por supuesto-, la lucha contra la rutina.
La resolución de esos conflictos no queda clara al final de la película, pero al parecer ello poco importa, lo que importa es la música.
No quisiera contar más detalles del film, creo que frente a esta clase de obras cualquier descripción sobra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ocj
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6
24 de abril de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi cinco horas de película en el cine chileno es raro. Por lo general nuestras historias no tienen más de una hora y media de duración, por regla general. "Invierno" es esa película. Dirigida por Alberto Fuguet, conocido escritor y cineasta. Está concebida en tres partes, cada una bien demarcada en su inicio y final, esta circunstancia no hace que la película pierda su estructura unitaria.
Una cuestión que llama poderosamente la atención es a lo imprecisas que resultan los primeros resúmenes o reseñas que acompañan a los trailers, y la verdad es que no los culpo, es difícil hacer una introducción a esta obra si no es contando detalles de la trama. La situación de complejiza más si uno intenta profundizar más en ella, pero lo intentaré.
Sintetizando mucho las cosas, podrá decirse que esta es la historia de un escritor que se suicida dejando una obra póstuma, aunque acabada, y de aquellas personas cercanas que lo sobreviven. Mas, aparte de lo ya dicho, no me centraré en el desarrollo de la historia más que lo que ya he señalado, nos basta con saber que aunque la vida continúa después de la muerte de alguien cercano, esta no es la misma.
Entonces, para extenderme en las impresiones que tengo de Invierno, trataré de comentar su faz estética, cuáles fueron - a mi parecer - los temas centrales que aborda y, finalmente líneas a modo de conclusión.
Respecto al plano estético, hay que señalar que su corte es de orden intimista y contemplativa. Los personajes se muestran casi siempre en interiores y la "acción" transcurre mediante el diálogo. Acá se prescinde, adrede, de elemento propios de la técnica cinematográfica: inexistencia de movimientos de cámara o zooms, planos largos - y alargados -, montaje imperceptible. La escala de planos es bastante naturalista: si la cámara se acerca, lo hace de forma gradual. Incluso diría que más que acercar la cámara se han utilizado focales más largas en los primeros planos. No hay mucho atrezzo y espacio es relativamente carente de elementos distractores. Casi siempre de prescinde del fondo, utilizando una escasa profundidad campo para aislar a los sujetos. Los exteriores están presentes, pero siempre creando la impresión que la cámara está a la distancia. Los espacios en que ocurren las escenas son habitaciones, departamentos, algunos bares y restaurantes de la zona acomodada de Santiago de Chile. Cosa notable es el naturalismo con que la película trata a los personajes, se nota una ausencia de maquillaje, las parejas están en la cama completamente desnudas y se muestran como tal - eliminando esa cosa tan idiota de mostrarlas tapadas es sus órganos sexuales tan artificial -. En contra, molestó un poco de ese exceso de bokeh en las tomas nocturnas: poco se condicen los círculos de colores tan de fotografía preciosista en una película cuyo tono parece ser el contrario.
En cuanto a los temas de fondo, me parece que no hay uno unívoco y menos una visión parcial o decidida de cada uno de ellos. Esta variedad de temas enriquece a la obra y, aunque existe exuberancia, el tiempo de metraje permite conocerlos todos con holgura. Por supuesto, uno lo temas centrales es el suicidio. Aunque la película comulga con el derecho a matarse sin tener necesidad de un tormento personal extraordinario (basta el mero aburrimiento, la lata de seguir viviendo, el no tener a qué levantarse todos los días), de todos modos esta idea se cuestiona: hay derecho al suicidio sin móvil excluyente, pero no lo vas a ejercer por tan poca cosa. Sin duda este cuestionamiento proviene de los deudos del escritor fallecido, quienes en particular parecen hablar desde la herida, y sin duda por una especie de responsabilidad personal frente a lo ocurrido.
Tema frecuente en las obras fuguetianas es el acercamiento a la vida moderna, particularmente desde el individualismo rayano en la soledad, la vida contemplativa alejada de la contingencia diaria (política, económica, social, etc.). Hay gente que rehúye de los demás, que no quiere que los demás conozcan sus secretos, que crean un espacio oculto en el cual desarrollan su existencia y que, de algún modo, los habilita a la creación literaria. Conjuntamente, la concepción del arte también resulta tangencialmente tocado a través del mismo rol del director: en su película el Fuguet escritor muestra a un 'colega' trabajando, de la manera en que él lo concibe (concentrado pero no frenético); a su vez, muestra a su rival literario, al que igualmente respeta. Sin embargo, sí que detesta al estudiante de literatura engrupido y dramático. Fuguet es director de cine, pero también siente recelo por los audiovisuales publicitarios. Alberto Fuguet representa un espectro del arte en nuestro país y, en esa calidad, desprecia o se burla de la alternatividad, de ese existencialismo sensiblero y la vez pedante. Considera que hay ocupaciones deleznables - productor de eventos-, pero quienes las encarnan al menos constituye una chispa que no tiene el ensimismamiento hípster, de ese que abunda en todas partes.
Los personajes tienen sus obsesiones: la que quiere conocer las razones por las que el escritor se mata; el que asume el rol del muerto asumiendo una carga hasta económica por habérsele asignado el rol de albacea; e que quiere hacer grandes cosas en la literatura, sin importar el precio (incluso personal); el que no logra superar que su expareja se la actual del amigo con quien comparte casa.
Pero de todos los temas, el central es, por lejos, el de la amistad. Para Fuguet pueden existir amistades cuyos lazos sean estrechísimos pero que, aun así, entre amigos existan secretos y aspectos ocultos de cada uno. Y no quiero decir en este caso que la existencia de la amistad anule la individualidad, sino que las cuestiones ocultas sean de tal entidad que cuesta imaginar que esos aspectos se desconozcan entre quienes se consideran “amigos”.
Crítica completa
http://www.oscam.cl/2016/04/sobre-invierno-de-alberto-fuguet-2015.html
ocj
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8
3 de marzo de 2014
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No Matarás es del año 1988 y es fruto de la profundización del famoso Decálogo que hizo el director para la televisión de su país.

Fuera de la trivia, la película cruza la historia de tres personas de lo que aparenta ser el Varsovia de la década del ochenta: un jovenzuelo sin rumbo aparente, un taxista muy poco simpático y un abogado candoroso. Mientras el muchacho no parece tener un rumbo conocido, sí disfruta haciendo algunas maldades; el taxista parece carecer enormemente de al menos un poco de amor al prójimo y el futuro abogado, aprobando su examen para convertirse en abogado sale feliz para conquistar el mundo.

Como no quiero contar más detalles de la trama, sí quisiera referirme un poco a lo que algunos críticos han visto de esta obra: un manifiesto explícito contra la pena de muerte. Parece haber algo de eso cuando el postulante a abogado está respondiendo a las preguntas de su exámen, en donde se le pregunta por la "prevención general" del sistema penal. Para ahorrar latas innecesarias, esta teoría justifica la pena de un delito no sólo con el objeto de que el delincuente "pague" su falta, sino que también para servir como amedrentamiento a la sociedad a fin de repeler este tipo de conductas. La respuesta del futuro abogado, en la película es de este tenor, y que, en el fondo, es la venganza del Estado frente al que realiza una conducta indeseada por la sociedad.

Ahora bien, creo que no falta ser superdotado para deducir que en la película habrá un crimen. Obviamente la película no lo justifica y también parecería burdo tratar de justificarlo: parece ya una convención social bastante aceptada que nadie, independientemente de los motivos, tiene derecho a quitar la vida del otro. En la obra el crimen parecería movido por dos móviles, uno de carácter externo y uno subjetivo o interior, pero ninguno de ellos haría que el espectador pudiera defender al asesino.

Sin embargo, en donde sí parece que el espectador puede asumir la posición del asesino es en la pena impuesta por el Estado. La pena de muerte como castigo contra el asesinato pareciera una pena desproporcionada considerando que, como quiera que matar es una conducta prohibida social y jurídicamente, durante todos los tiempos han ocurrido asesinatos independientemente de la prohibición como de la crudeza de su sanción. El director en este caso entrega un relato crudo de alguien que pierde la vida y de la misma forma en que se la quitó a otro ser humano, lo que a primera vista parece justo; sin embargo, nadie cumple sus objetivos: la víctima no revive ni sus familiares lo tienen de vuelta; el Estado no logra disminuir o eliminar los homicidos ni el ofensor alcanza a expiar sus culpas. La pena de muerte entonces se transformma en una banalidad solamente sometida a la venganza del Estado que aplica, sin más, le ley del Talión. Es un poco de lo que hablaba Hannah Arendt en su libro sobre el juicio de Adolf Eichmann en Jerusalén: pese a que se logró comprobar que el ex-funcionario nazi formó parte de la maquinaria alemana que eliminó judíos y otras personas en los campos de concentración, su muerte sin más no significa apenas un acto de desagravio contra las víctimas del Holocausto. Es obvio que ambos casos -el del asesino de No Matarás con los nazis involucrados en el Holocausto- no tienen relación alguna ni son equiparables. Sin embargo, al analizar el caso Eichmann -que fue llevado a la horca en Jerusalén- y el joven vago de Kieslowsky -que tiene una pena similar-, podemos encontrar una similitud enorme: la repulsión al homicidio institucionalizado mediante la pena de muerte.

Ahora bien, volviendo a la película, es difícil de digerir debido a una estética que no había visto antes: uso de filtros en el objetivo, degradados y una especie de sepia que dota al film de un aspecto lóbrego, mezclado con un aire de muerte que se palpa durante todo el film.
ocj
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6
24 de diciembre de 2012
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Estaba en el 9° Festival de Cortometrajes de Talca (Chile) cuando presentaron "Aquí Estoy, Aquí No". Lo que el presentador decía con tanta naturalidad sobre la realizadora hacía que me sintiera enormemente culpable por no conocer a la gente que hace cine en nuestro país.
Aseguro desde ya que la historia del gordo perdedor simpático ha sido contada de todas las maneras posibles: para mí ese personaje es un "tipo" caracterizable, identificable, prototípico y -porqué no decirlo- muy poco interesante a estas alturas del partido, sabiendo que ha pasado muchísima agua bajo el puente.
¿Dónde entonces radica lo interesante de la película? Para mí ciertamente es innecesario hacer referencias al argumento, puesto que en la ficha de la película se puede desprender con mediana claridad. Lo que sí puedo decir es que a este personaje gordo-perdedor-simpático la realizadora lo dota de interés, porque sabemos que al final de la película poco importa que el protagonista sea feliz para siempre con un símil de Scarlett Johansson, sino en la forma en que el humor "cala" en la parodia?/homenaje? de Vértigo, de la cual la directoria tomó sólo sus hitos para seguir haciéndonos reir.
ocj
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6
7 de abril de 2012
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No supe sino después de averiguar datos de esta película que la palabra "Tomboy" significa "marimacho" en inglés. Acá en Chile la gente del mundo rural les dicen "tres cocos". Fuera de bromas, esa palabra describe a aquellas niñas que caracterizan y conducen como niños: usan ropa masculina, pueden jugar fútbol, conversan más con machos que con hembras...etc, etc.

He podido percatarme por el resto de las críticas que he sido el único en descubrir a través de la película que Laurie es niña. He sido un estúpido en realidad porque la pelicula en ningún momento oculta ese detalle -incluso el título de la obra lo define-, pero vengo de una cultura en donde uno evita ver esas cosas.

Y lo digo de esa forma porque creo que Tomboy no se trata de una niña que juega a ser niño y eso se le escapa de las manos. Hay más ahí. Sé que el concepto "Tomboy" no implica lesbianismo, pero yo me atrevo a ver un germen de lesbianismo, de una homosexualidad insipiente. A lo menos permítame el lector pensar que hay en esos niños algo de la indeterminación sexual que se posee a esa edad. Pero lo cierto es que Laurie gusta de Lisa, ellas se corresponden, bailan juntan, van a un riachuelo a besarse. No es sólo Laurie quien manifiesta su sexualidad en su atuendo masculino, sino también Lisa quien no puede ver sino a una muchacha cuando la maquilla....es decir, ambas se gustan.

Creo que es el elemento central de la pelicula. Se sabe por la propia película que no es la primera vez que Laurie se hace pasar por niño (lo sabemos por su entrañable hermana menor y la madre), por lo que es posible que el rechazo que se muestra a esta conducta por parte de los padres y el entorno (incluyendo los otros niños) sea lo que le ocurre a todas aquellas personas que presentan conductas homosexuales en edad temprana.

Sigue en el spoiler
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ocj
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