Es el retorno del ídolo caído en desgracia hacia su propia desgracia. Es una película que logra introducirse dentro de ti y viajar contigo por el Oeste americano, con el ídolo convertido casi en bufón, dañado por las viejas heridas de pasado, tatando de reconciliarse con un presente destrozado por un pasado tan vital como demoledora es la película. Me agrada que en este metraje Aronofsky se desprenda por una vez de sus matices y trucos y nos presente una crónica descarnada e incluso...veraz. Muy recomendable.

Una película que me ha marcado. Y otra interpretación magistral del gran Mads Mikkelsen, excelentemente acompañado por un elenco de buenos actores.
Creo que es una película que no voy a olvidar en mucho tiempo. Alguno dice por ahí: No apta para depresivos. Ciertamente lo que aquí se desarrolla es un drama, pero relatado de forma concisa y verídica; es decir: no es un melodrama pastelero. Al revés de lo que a alguno le sucede, a mí no me resulta en absoluto inverosímil, sino al revés, la considero un reflejo del drama en que de un día para otro, puede mudarse nuestra existencia.
¿Qué he aprendido viéndola? Lo siguiente: Debemos aspirar a aprovechar nuestra vida (solo hay una, dice el dicho) lo mejor que podamos, dejarnos de lloriqueos banales y disfrutar plenamente cada instante. La vida es felicidad y los corazones están siempre abiertos a ella...