¡Por fin!
Hace mucho que no veía un episodio que volviera a recuperar el espíritu de las antiguas, siendo coherente,
épica inteligente y llena de ese espíritu que nos enamoró de niños, pero también transgresora y atrevida.

Entiendo que a los más conservadores no les haya gustado puesto que es novedosa también y rompedora.
Pero si Star Wars se precia de algo es de no ser una película conservadora, y después de tantos años,
corría el peligro de convertirse en eso. Gracias señor Johnson por romper con los clichés y por dar una cura de humildad al espíritu Jedi que estaba yéndose al lado oscuro en los episodios I, II y III (perdonable en el VII).
No podría haber visto un Luke más épico y sabio, maduro, capaz de aceptar y dejar sitio a lo nuevo como hizo Obi-wan en su día.
Ni un renacer Jedi con tanta fuerza y esperanza en la joven discípula. Ni un Poe Dameron tan aleccionado por las consecuencias de su impulsividad (me ha gustado más que en el VII). Ni un personaje oscuro tan profundo y bien construido evitando el maniqueísmo como en Kylo Ren.

Bravo señor Johnson, desde luego no es lo que esperaba, es mejor.