Podría quedarme en una idea superficial de la película y resumirla diciendo que trata sobre una chica pseudoadolescente aparentemente virginal pero que en verdad es una sosa y tiene el gran problema de interpretar un papel de algo de lo que es incapaz de ser y se esfuerza por ello, a ello la animan un profesor y compañera degenerados que se pasan pervirtiéndola toda la película....pero no, no me quedaré en una idea superficial ya que la idea es muy interesante pero una vez más Aronofsky ha vuelto a hacerlo. Ha vuelto a tratar una idea de lo más compleja de una manera superficial: cómo el ser humano se ve arrastrado hacia el mal y esto puede llegar a hacerle de lo más interesante a la par que le condena y le puede llegar a destruir la vida por culpa de su entorno, influencia de amistades o trabajo, sexualidad, exigencias del mundo en general o incluso una doble faz de la condición de ser humano. Al igual que en Pi: fe en el caos o Réquiem por un sueño, se queda solamente en el intento, tanto que si no llega a ser por el manejo de la cámara y planos pensaría que la idea es de otra persona. Está claro, no es lo mismo tener una idea brillante que saber transmitirla verbalmente (los guiones no tienen ningún trasfondo, son demasiado banales), elaborando una historia, y mucho menos ya una película.