La perfección no existe. Ni siquiera en el planeta HBO. Y para demostrarlo está "Juego de tronos". Podría parecer que todo lo que llevara marcado a fuego esas 3 letras era de culto instantáneo. Pero negros nubarrones en forma de "True Blood" o "Juego de tronos" disipan cualquier apariencia de calma en el paraíso.
Llegó hace unos años "True blood" con la firma del más prestigioso creador del audivi...sual para mí, Allan Ball (creador de "A dos metros bajo tierra" y guionista oscarizado por "American Beauty"), y el chasco no pudo ser mayor. Insufrible, insoportable, vergonzosa y autoparódica a más no poder. Una infamia con mayúsculas.
Y ahora me dispuse a ver con la mente abierta de par en par "Juego de tronos", para darle una oportunidad a tanta loa, canto y admiración como ha despertado. Más chasco.
Personajes de cartón piedra sin profundidad donde rascar, situaciones clásicas y manidas en las cántigas medievales tipo señor con anillos de todos los colores habidos y por haber, buenos buenísimos defendiendo a capa y espada (nunca mejor dicho) el honor y la verdad frente a malos malísimos. O sea, la quintaesencia del bodrio por antonomasia.
Que sí, que la calidad en la dirección que derrocha a manos llenas HBO brilla por sus cuatro costados, que el esfuerzo de producción es impresionante y espeluznante, que todo está muy bien hecho y costeado, que el elenco de actores es fantástico... pero todo ello pudo dedicarse a mejor causa y a un guión con sustancia, porque éste no la tiene lo busques por donde lo busques.
El primer episodio prometía y pensé que la senda iba a ser la magistralmente marcada por Showtime con "Los Tudor". Por desgracia, todo fue un espejimo, y tiene mucho más de académica imitación del Señor de los Anillos, por desgracia.