Una serie entretenida durante los primeros capítulos, que va perdiendo fuelle poco a poco, hasta convertirse en una más de entre tantas.

Solo vi la primera temporada, o lo que es lo mismo, los 6 primeros capítulos. Tiene un argumento que concluye, por lo que supongo que en la siguiente temporada, cuentan otra historia diferente.

Los personajes poseen aristas, están bien definidos, lo que va fallando es el entramado que acompaña a cada uno de ellos, pues los giros son bastante previsibles y la fuerza del principio, da paso a una línea argumental mucho más acomodaticia.

Nos encontramos ante una historia entretenida, ajustada; sin un exceso de secuencias superfluas. El trayecto no adivinamos hacia donde conduce, pero el camino resulta sugerente.

La serie se compone de un buen reparto coral, donde todos se integran en una trama que evita el paralelismo intrascendente, bastante común en la mayoría de series.

Bobby Cannavale, me ha sorprendido, por su actuación un tanto sobreactuada, muy lejos de esa espontaneidad que se espera de un actor veterano. Mia Farrow con 77 años, casi irreconocible. Hacía muchos años que no la recordaba; el cambio generacional, aceptando rolles interpretativos de su edad, le favorece.

Supera el 5 pero no alcanza el 6. Le daré la nota más baja.

Netflix ha conseguido alejar a esos directores que desean generan el espectáculo propio; para producir entretenimiento esencial, a través de un cine comercial más apetecible. Es evidente que con el volumen tan importante de la plataforma, no se logre siempre lo esperado, pero el intento y los resultados parecen evidentes.

Un buen thriller, con magnífico guion bien elaborado. Aitana Sánchez-Gijón en el papel de Beatriz, nos muestra a una importante diseñadora que contrata a Sofía como ayudante.

Diseñada, para que la tensión se mantenga de manera continuada, proporciona una intriga a pequeñas dosis, sin que decaiga en ningún momento. La historia nunca se ciñe a lo convencional. Arrojando luz con escenas de gran elocuencia. precisas, salvajes, de importante calado.

Entretenimiento circunspecto que desarrolla los elementos argumentales lo estrictamente necesario para convencer sin ahondar en las peculiaridades mas interesantes de sus personajes.

No asombra, todo en ella es esperado. Posee buen ritmo además de una banda sonora agradable y bien centrada en la década en que se ambienta.

Su mayor lastre, es que jamás ofrece emociones genuinas. Suena a ya visto, escuchado y sentido. No me ha convencido...

El rechazo que me produce su presentador, va parejo a la admiración por Feliz Rodriguez de la Fuente. Historias absurdas, donde el protagonista no son los animales, es su presentador. La estrella televisiva que me recuerda al metacrilato, un material que no sé de que está compuesto.

El engolamiento en los argumentos de Fran Cuesta, me obliga a cambiar de canal cada vez que aparece comentando sus aventuras selváticas... ja, ja, ja.

Solo existe otra crítica además de la mía, y la puntuación que le ha dado es exactamente la que yo le doy. Creo que han vuelto a reponerla, o son episodios nuevos. Da igual; las creaciones televisivas en apariencia irreales son idénticas.