Hay películas que sirven solamente para pasar un rato de diversión, sin proponerse desafíos intelectuales, para que luego el espectador salga del cine sin preguntarse dudas existenciales y le haya quedado la sensación de que ha visto una de esas tantas superproducciones que tardas en olvidarlas tan rápido como las has visto, pero que por lo menos te ha aportado dos horas de emoción o adrenalina.

Hay películas que sirven para emocionar, películas que se toman su tiempo en contar una historia, que se molestan en contarte el porque de las acciones de sus personajes, y que por alguna razón te tocan una tecla que te dispara las emociones hasta tenerlas a flor de piel. En este caso ese tipo de películas te hacen preguntare sobre lo que has visto, o por lo menos las llevas en el recuerdo durante toda tu vida…

HIJOS DE HOMBRES es una película mayúscula, toma lo mejor del cine comercial y te emociona. Por encima de la temática apocalíptica o de ciencia ficción nos encontramos con una historia que prima el fondo sobre una tenebrosa forma, es verdad que el espectador se podrá preguntar que haría la humanidad ante su posible extinción, o si llegáramos a ese caos como acabaríamos…Pero lo que emociona y se te queda tanto en el cerebro como en el corazón es el viaje u odisea que vive Theo (majestuoso Clive Owen), en busca de un poco de luz a ese mundo que parece estar condenado.

Alfonso Cuarón te propone un viaje tan emocionante como emotivo, tan desolador como esperanzador y ante todo un viaje increíblemente humano en un mundo de ciencia ficción

Una lección de cine que demuestra que un director que se considera autor puede alcanzar públicos mayores dejando intactos tanto su alma como sus cojones.

Si aun así os parecen pocos los motivos para ver esta cinta llena de matices, que probablemente la conviertan en la mejor película de ciencia ficción de los últimos años, o porque no, en una de las mejores películas de esta década, tenéis en Michael Caine otra razón de peso. Con los años es como el vino, mejora.

La película es para y por sus maravillosas actrices, Judi Dench y Cate Blanchett, yo me decanto por la maravillosa actuación de la primera (todo hay que decir que tiene el papel más agradecido), cada mirada o movimiento de sus manos desprenden una sensación de tristeza, soledad, maldad que hacen al espectador no perderla de vista durante toda la filmación, es más, Cate Blanchett disfruta cuando comparte plano con la veterana actriz.
Sobre la segunda decir que es sin duda una de las intérpretes más talentosas de su generación y consigue que nos creamos la ingenuidad de su personaje.

Sobre la historia cabe decir que desde que oímos la voz en off de Judi Dench el espectador queda enganchado y sin lugar a dudas un consejo que podría dar es que cuando menos se sepa de la película más se disfruta, ya que al principio tenía la sensación de estar viendo una atrevida cinta sobre relaciones prohibidas, pero a medida que avanzaba el metraje (medida standard de una hora y media, muy acertada) y el comportamiento del personaje de Judi Dench se hacía cada vez más subversivo y maligno la película se convierte en algo totalmente diferente y es cuando más se disfruta la cinta, ya que se beneficia de un duelo interpretativo excelente de dos damas del séptimo arte.

Quizás la única pega que le he encontrado a la cinta es a veces un cierto aroma a telefilme, pero una vez que ves las interpretaciones de sus protagonistas te encuentras ante un producto muy entretenido y que demuestra que el año 2006 fue un buen año en lo que respecta al cine.

Muy recomendable.

Christopher Nolan está haciéndose un camino para tener un nombre destacado entre los nuevos realizadores, si su Batman Begins fue una de las mejores interpretaciones que se han realizado de un comic EL PRESTIGIO marca un punto de inflexión refrescante y original en las películas de "cara a cara".

Con una estética oscura y un empleo maravilloso de la luz Nolan nos sumerge en una "pequeña gran historia", como eran los cuentos asombrosos de Spielberg (con la diferencia que la cinta de Nolan dura más de dos horas), en un desafío sin concesiones entre dos maravillosos magos.

El montaje de la película no es tan original ni asombroso como lo fue en MEMENTO y ni falta que le hace, ya que muchas de las incógnitas de la película al igual que en un truco de magia se muestran al espectador pero este no se da cuenta o no quiere darse cuenta (como bien explica Michael Caine).

Nolan tiene además el valor añadido de controlar todos sus elementos para que no sobre nada, de hecho la película parece una superproducción y solo cuenta con 40 millones de la moneda verde cuando parace que ha costado el doble.
El reparto es acertado hasta en papeles como el de Andy Serkis o David Bowie pero todo hay que añadir que la presencia de Scarlett es más de decoración que otra cosa ya que vuelve a poner las mismas caras que su personaje de Match Point (aunque en el sector masculino más de uno lo agradecerá).
En referencia de los protagonistas son la elección perfecta para sus papeles, Hugh Jackman encarna con soltura y elegancia su rol de showman y Christian Bale dota de una ambiguedad y dualidad a su personaje que hace que siempre estés esperando que aparezca en pantalla.

La película es de las de gustar o odiar, pero los que nos encantó EL CLUB DE LA LUCHA, tenemos aquí una película que jugando con elementos simples todo es pura magia, gracias a ese mago que es Christopher Nolan que en estos momentos está preparando un gran y fantástico truco, THE DARK KNIGHT, la secuela de BATMAN BEGINS.

Un consejo muy valioso, cuando menos sepan de la película la experiencia al visionarla será más excitante, que no les cuenten nada (M. NIGHT después de hacer la joven del agua te aconsejo que también la veas).

Y respecto a la disputa con EL ILUSIONISTA, la verdad tengo que señalar que juegan en ligas distintas.

En pocas palabras se trata de una de esas películas comerciales que uno puede ver sin sentirse insultado.
Sin ser la obra maestra que venden en los periódicos haciendo comparaciones con EL PADRINO o SCARFACE esta compuesta por una serie de elementos que pueden animar cualquier proyecto, actores aclamados por crítica y público, un director con una filmografía compuesta por alguna películas que han marcado época (y algún que otro error) y un productor (BRIAN GRAZER) especialista en películas de gran presupuesto, repartos estelares y con vistas al OSCAR.

Realmente el mérito de la cinta es que el ritmo no decaiga durante sus dos horas y media de duración, y en ningún momento se nos ofrece una propuesta nueva u original, pero el espectador se deja seducir (casi siempre) por este tipo de historias que responden a los cánones de las grandes superproducciones de calidad.

Respecto a la pareja protagonista hay que decir que el más mimado en el guión es DENZEL, su FRANK LUCAS tienes el peso de toda la película a sus espaldas, y con el nos sumergimos en Harlem, sus calles y gentes de una manera espectacular (increíble recreación de los años 70). La contención del actor seguida por esos momentos en los que explota es ya marca de la casa.
Russell Crowe nos demuestra una vez más su buen hacer como actor, pero el papel quizás le viene pequeño, ya que tiene menos peso en la historia que su compañero de reparto.

De vez en cuando las dos historias contadas paralelamente causa un poco de confusión, ya que por momentos parecen dos películas distintas, pero a medida que avanza el metraje y es inevitable el encuentro entre sus protagonistas la película sube enteros, llegando a momentos de genialidad que rinden homenaje directo a películas como FRENCH CONNECTION o casi cualquiera de SCORSESE.

Una película que cumple a la hora de garantizar entretenimiento a raudales, pero que quizás pierde un poco de fuelle si se mide directamente con grandes obras maestras, pero por otra parte es esa grandilocuencia que se transmite en la cinta en donde se encuentran sus virtudes y defectos.

Ayer tuve la oportunidad de ver un nuevo episodio de la saga de todas las sagas cinematográficas. No me ha entusiasmado, pero no por las razones que están indicando los fans más acérrimos de la saga. Porque la película ha supuesto un dolor de muelas a todos los que entienden Star Wars casi como una religión.

El director Ryan Johnson ha gozado de libertad total. Lo digo porque desde el momento que el personaje de Luke arroja su sable láser manda un mensaje muy claro y muy sintético de que lo viejo debe dar paso a lo nuevo.

Gozando de ideas muy inspiradas la película no acaba de enganchar por una irregularidad en cuanto al ritmo de la cinta. Las tramas aldividirse en tantos personajes, algo habitual de este universo, dependen fundamentalmente del cariño, simpatía o carisma que desprendan los mismos. Y desafortunadamente no todos la tienen, siendo un lastre para gozar la experiencia de la cinta. Además... Los personajes clásicos tienen más punch que los nuevos. Ese problema es mío, tengo que reconocerlo. Hay personajes como el de Boyega que me producen somnolencia.

Rodada con mucha pericia y técnica la película no alcanza o desarrolla correctamente los arcos argumentales, entrando personajes y saliendo constantemente de plano o foco. Vive de momentos pero como experiencia conjunta pincha en hueso.

Quiero añadir que como película es más película que el episodio 7, un fan Service auto referencial que no dio el paso adelante que ha supuesto esta entrega. Pero era más entretenida. Y aunque fuera a golpe de nostalgia me incitaba a ilusionarme con esta entrega.

Quiero pensar que esta cinta sirve de puente a otra cosa. A una nueva forma de entender este universo. Solo le falta entretenerme todo el metraje. Porque por momentos me he aburrido y, creedme, he intentado ser lo más aséptico posible en el visionado, totalmente libre de prejuicios. Y un delito capital de este tipo de películas es que aburran. Y me he aburrido.

Coitus Interruptus.

NOTA: 5,5