Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de kubrick_is_alive
<< 1 10 11 12 20 27 >>
Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
6
9 de junio de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que el cine de terror contemporáneo necesita mirar hacia el pasado para encontrar esa vuelta de tuerca que haga a un producto fresco y original, dentro de un género en el que ya es muy difícil innovar. Propuestas recientes como “Babadook”, “It Follows” y, por supuesto, “The conjuring” y cualquiera de las dos “Insidious” de James Wan, no suponen más que un refrito de referentes de lo más acertado, pero que apostillan que el terror como fuente de innovación prácticamente ha fallecido.

“We Are Still Here” viene a ser otro ejemplo más de que estamos condenados a mirar hacia supuestos tiempos mejores si queremos disfrutar de algo mínimamente inédito en apariencia, pero bien nutrido de décadas de vida del fantástico. En este caso, los ingredientes son bien conocidos. Una casa apartada con una siniestra historia a sus espaldas. Unos nuevos inquilinos ajenos a que son observados por entes del más allá. Y un sótano que guarda macabros secretos. Es decir, la premisa original de “Aquella casa al lado del cementerio”, del maestro Fulci, de “Terror en Amityville”, del indomable Stuart Rosenberg, o de la reivindicable “Pesadilla diabólica”, de Dan Curtis.

En su debut tras la cámara, el actor y productor de segunda fila, Ted Geoghegan, consigue un solvente dominio de la puesta en escena y la atmósfera, manejando prácticamente en todo momento la cámara como si fuera los ojos de los que acechan a ese matrimonio que huye de un pasado traumático, y desprendiendo en sus imágenes puro aroma retro. Y aunque consigue momentos realmente escalofriantes, como todos aquellos que transcurren en el sótano, la cinta tarda demasiado en arrancar, da demasiadas vueltas al punto de partida sin avanzar. El guión suscita alguna que otra duda, aunque los créditos finales tratan de arrojar algo de luz sobre el pasado de la casa y de resolver más de una incógnita. Además, las interpretaciones no son una maravilla, y son sobre todo secundarios como Larry Fessenden los que, aunque sobreactuados, consiguen insuflar algo de vida y carisma a sus personajes, algo que no logra su protagonista, Barbara Crampton, todo un icono del fantástico (“Re-Animator”, “You’re Next”).

Y sin embargo, “We Are Still Here” no deja de ser recomendable para todos aquellos amantes del terror. No sólo por sus referencias, que harán las delicias de los fans del género, sino porque todo su arco inicial es una preparación para el festín gore que acontece durante sus últimos veinte minutos, y que elevan el film a otro nivel. Quizá no al nivel de las muchas películas que homenajea, y ni siquiera a ese cine “transgresor” que toda una nueva hornada de realizadores logra a base de resucitar viejas tendencias. Pero sí que es muy superior a otras muchas propuestas que llegan a nuestras pantallas, y que consiguen una mejor difusión.

A favor: las referencias, la dirección y los últimos veinte minutos
En contra: las interpretaciones no son una maravilla, y le cuesta bastante arrancar
kubrick_is_alive
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
3 de octubre de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe una cierta tendencia a añadir la coletilla “parece americana” a los filmes que los cineastas españoles realizan con clara vocación internacional. Pero todos, desde Jaume Balagueró hasta J.A. Bayona, pasando por Jaume Collet-Serra, han demostrado poseer un estilo a medio camino entre lo americano y lo europeo que les diferencia de cualquier realizador de género surgido del otro lado del charco. Y por supuesto, está Alejandro Amenábar, cuya “Los otros” desprendía un inconfundible aroma entre patrio y británico, pese a ser un producto destinado a arrasar en la taquilla estadounidense.

Con “Regresión”, esta sensación de nacionalidad se ha perdido. Está muy bien dirigida, se nota oficio en cada fotograma, en la dirección de actores, pero acusa una preocupante falta de personalidad que la hace hermanarse más con esos otros tantos thrillers hollywoodienses que nos llegan cada año que con nuestro cine. En ese sentido, su dirección es totalmente plana.

Pero también es plana en cuanto a trama y desarrollo. Comienza con una escena que ya de por sí no atrapa al espectador, como sí ocurriera en sus tres primeros y aún insuperables trabajos tras la cámara. Y así de plana continúa. Nunca llega a despegar del todo y no consigue quedar en la retina del público, a pesar de los vanos intentos de tensión que se reparten a cuentagotas durante el metraje. El resultado final es monótono, un dossier de “Cuarto Milenio” con graves carencias de ritmo.

Amenábar juega a sugestionar al espectador, a engañarle llevándole por la senda de la sospecha, a liarle para hacerle dudar entre realidad y fantasía, pero hasta en este punto la jugada le sale mal. Porque no es difícil intuir dónde está el secreto en “Regresión”. No consigue imprimir la tensión que necesita la película, no hay intriga en una historia más simple de lo que parece pero que su responsable rellena con artificios para tratar de hacerla interesante. Ni siquiera en el momento de la gran revelación hay un ápice de emoción.

Y es que quizá uno de los grandes problemas de Amenábar es todo el aparataje promocional que siempre rodea a sus creaciones, la gran expectación que continuamente le pisa los talones, y que esta vez ha terminado por engullirle. Seis años después de la irregular “Ágora” nos sirve la que posiblemente sea su obra menos conseguida y la más difícil de vender en el extranjero, más un drama con tintes de thriller psicológico de suspense que lo que su campaña de promoción nos promete. “Regresión” es pura sugestión plana a todos los niveles, un traspiés en la carrera de un director con mucho cine corriéndole por las venas, pero del que aquí ha quedado más bien poco. Podría haberla dirigido cualquier otro, y ni nos habríamos dado cuenta.

A favor: los actores y una dirección que, aunque impersonal, sigue siendo efectiva
En contra: su plano desarrollo, cómo la han vendido, y su falta de personalidad
kubrick_is_alive
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
25 de marzo de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Echaba de menos al Joe Carnahan de los comienzos de su carrera, al director descarnado, febril y cargado de esteroides de “Narc” y, sobre todo, “Ases calientes”. Sí, defiendo al responsable de esa locura palomitera que es “El equipo A” –ningún otro director podría haber llevado mejor la mítica serie a la gran pantalla- y de la estilosa, trascendental y vibrante “The Grey”, pero seguía echando de menos al realizador que había antes de ser carne de la industria. Y con “Stretch” le recuperamos en parte.

Lo de esta película es una mezcla entre “Cita a ciegas” y “¡Jo, qué noche!”. Una noche interminable en la que el protagonista, un malogrado actor de segunda que sobrevive como conductor de limusinas para las estrellas, sufrirá para conseguir la astronómica suma de dinero que unos mafiosos le reclaman antes de que acabe el día. Un Hollywood anclado en los 90 –magistral el uso de los créditos, la música y el hilarante cameo de David Hasselhoff para recordar toda una década- en el que el personaje principal tendrá que lidiar a su vez con las excentricidades de un multimillonario adicto a los excesos o las iras de la competencia.

Carnahan hace sufrir hasta el ridículo a un Patrick Wilson puteado y carismático, al borde del abismo de la desesperación, en la noche en la que romperá sus ataduras y recobrará eso que los americanos llaman el “mojo”. El talento y el talante, el sex appeal que todos llevamos dentro, esa esencia que nos define y que clama por brotar a la superficie. Y a la vez, “Stretch” es el grito desesperado de un cineasta que ansía recuperar su propio “mojo”. Porque ésta es la película más difícil de Carnahan, ésa que nadie quería distribuir y que supone un riesgo a asumir por un realizador que ya tiene un pie asentado dentro de la industria. Sería como si Michael Bay dejase de vilipendiar clásicos de terror poniéndolos en manos de otro y asumiera el rol de un film de género, por eso de quitarse la espinita clavada de “qué habría pasado si…”.

Por eso, estamos ante la cinta más libre del cineasta desde aquella “Ases calientes” que sigue siendo su mejor trabajo hasta la fecha. Un ritmo endiablado y un reparto tan potente como desatado –especialmente Chris Pine, que parece que tiene en Carnahan al director con el que desmelenarse del todo- completan el espectro que ofrece “Stretch”, una propuesta que puede hacerse excesiva pese a su corta duración, pero que nos devuelve en plena forma a un artista que ha recuperado parte de su esencia. No del todo, que la película pudo haberse desbocado aún más, pero ya es algo.

A favor: Patrick Wilson, Chris Pine, y recuperar al Carnahan desatado
En contra: podría haberse desbocado aún más, y aún así puede resultar excesiva para más de uno
kubrick_is_alive
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
10 de abril de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Tú eres el siguiente” suponía el punto de inflexión en la carrera del tándem formado por el cineasta Adam Wingard y el guionista Simon Barrett, un giro hacia un cine más equilibrado que el que venían esgrimiendo hasta entonces. Era un producto que no buscaba crear algo nuevo, no ansiaba innovar, sino que se contentaba con coger los clichés del género de terror y sus múltiples referentes ochenteros y hacerlos propios, sirviendo un divertidísimo y cachondo survival en el que la víctima acababa convirtiéndose en justiciera, en cazadora en lugar de presa.

“The Guest” viene a ser la confirmación de que estos niños malos disfrutan apropiándose del trabajo de otros y vendiéndote lo mismo de siempre, pero con tal atino que acabas con la sensación de que has visto algo muy distinto a lo que estás acostumbrado. Es una película que empieza como carne de telefilm, con una historia que aspira a un thriller dramático al uso, en la que un ex combatiente se presenta ante la familia de un compañero caído en combate y poco a poco acaba inmiscuyéndose en sus vidas.

Ya desde su sinopsis sabemos que ese David –fenomenal Dan Stevens, uno de los grandes aciertos de la propuesta- de aspecto tan servicial pero mirada fija en la oscuridad esconde algo turbio, pero los maliciosos creadores de esta cinta van mutando la trama sin ningún tipo de prejuicios hacia el thriller de acción, hacia “Terminator” y las conspiraciones gubernamentales con pinceladas de humor negro, hacia el slasher ochentero y el cine de John Carpenter, al que hacen rinden pleitesía ya desde sus créditos iniciales y esa banda sonora tan repleta de sintetizadores, rematada por una excelente selección de temas musicales. Y esta nada acomodaticia mezcolanza de géneros y temáticas obligan a no encasillar a estos dos traviesos cineastas.

Pero también, más allá de los posibles agujeros de guión y de que tarde un poco en preparar el terreno antes de mostrar sus verdaderos rostros, esta imposibilidad a la hora de etiquetar a sus responsables y esa imprevisibilidad de la que hacen gala puede dejar fuera de juego a más de uno y se les hará una cinta de lo más extraña, algo que ya le ocurría a “Tú eres el siguiente”, a la que no consigue superar, ni parece pretenderlo. Para todos los demás quedará un divertimento que juega a devolver la esencia del cine de los 80, de todas esas películas que antaño llenaban las estanterías de los videoclubes de barrio, antes de que la llegada de los formatos digitales y las descargas ilegales arrasaran con el cine tal y como lo conocíamos hace poco más de una década.

A favor: Dan Stevens, y esa mezcla imposible y desvergonzada de géneros
En contra: su imprevisibilidad y homenajes la pueden hacer extraña a más de uno
kubrick_is_alive
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
21 de marzo de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En “Miedo azul”, Daniel Attias, en la que sería su primera y única incursión en el largometraje, enfrentaba al malogrado Corey Haim a un vecino licántropo que estaba sembrando el terror en el pequeño pueblo en el que vivía. Salvando las distancias, lo nuevo de Adrián García Bogliano podría considerarse un remake inconfeso de aquella adaptación de Stephen King, pero cambiando al niño paralítico protagonista por un veterano de Vietnam ciego. Y si no puede considerarse estrictamente una nueva versión de aquel clásico que cumple ya 30 años, sí que no se puede negar que ha tenido una enorme influencia en este film.

“Late Phases” comienza de manera potente, sus primeros veinte minutos tienen pulso y entretienen, y compensa sus defectos cinematográficos –se nota la falta de presupuesto- con un saber hacer por parte de su director a la hora de generar tensión y manejar los mecanismos básicos del género, sobredosis de hemoglobina incluida. La propuesta apunta maneras gracias a ese comienzo, pero pronto empieza a apagarse.

Entre dos fases consecutivas de luna llena, el protagonista irá preparando lo que parece ser una trampa que nos dejará con la boca abierta, pese a las dificultades a las que se enfrenta siendo invidente –sorprenden no obstante ciertas capacidades suyas, como el hecho de saber hacia dónde llevar sus manos cuando no conoce un entorno-, e irá limpiando su conciencia con el párroco del pueblo y con su propio hijo por si su próximo enfrentamiento con el monstruo acaba siendo también su carta de despedida. Y es este largo tramo el que falla. La subtrama con el hijo y el pasado de su protagonista no acaban de enganchar, y finalmente la trampa acaba siendo más sencilla y dependiente del azar de lo que parecía en un principio. La cinta se relaja en extremo y se vuelve bastante aburrida, y ofrece un drama que no acaba de cuajar ni de interesar. A esto no ayuda tampoco un guión que no sabe exactamente qué camino tomar en cuanto a tono, y cuya construcción de personajes es bastante simple. Si este segmento de la película no acaba por hundirse del todo es gracias al trabajo de su actor principal, un Nick Damici que llena la pantalla con su interpretación.

No es hasta que quedan veinte minutos cuando “Late Phases” remonta el vuelo y ofrece un digno entretenimiento con aires ochenteros, con ciertas reminiscencias a clásicos como “Un hombre lobo americano en Londres”. Curiosamente, este final era precisamente el que le faltaba a “Miedo azul” para acabar tirando la casa por la ventana, pero aquí acaba sabiendo a poco y llegando demasiado tarde, no respaldado con fuerza por el resto del metraje. Una lástima, de haber acortado la parte central y haber insertado sutiles pinceladas de comedia negra que nos preparasen para el desenlace, el conjunto no sería tan irregular, especialmente en vista de lo que dan de sí su prólogo y su epílogo. Interesante, pero pudo aprovechar mejor su premisa.

A favor: Nick Damici, el tramo inicial y el final
En contra: todo el segmento central, totalmente desprovisto de tensión e interés
kubrick_is_alive
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 11 12 20 27 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow