Constatado su alto nivel general, le encuentro un problema de guión grave a la película. No se explica bien, o, directamente, no se explica, al principio de la historia, cuál es la motivación exacta del personaje de Di Caprio con respecto a la intensidad o autenticidad de la vida que él busca de joven, y en qué medida su novia a partir de entonces, el personaje de Winslet, comparte, y de qué modo, las aspiraciones de su pareja, con lo cual, cuando Winslet propone, primero, y se obsesiona, después, con el traslado de toda la familia a París, no se entiende por qué es tan trascendente para ella o para la vida que ella piensa que debe llevar él, lo que resta parte del dramatismo o emoción que implica la historia.

Un lujo este tipo de cine de suspense/terror en los años 70 en España. Dicho lo cual, destaca más por la historia y sus giros que por su narración y la caracterización de sus personajes, eficaz pero pesada una vez que se sabe qué está pasando. La buena ambientación y el avance medido de la historia contrasta con la ligereza de los comportamientos de los protagonistas, que son tan tontainas, especialmente ella, que contribuyen artificial y gratuitamente a que se estire demasiado la historia.

Me parece una comedia romántica con encanto, pero tanto en su comicidad como en el aspecto romántico se queda lejos de películas españolas del mismo estilo como "Amo tu cama rica" o "Los peores años de nuestra vida", curiosamente las dos dirigidas por Emilio Martínez-Lázaro, escritas por David Trueba y protagonizadas por Ariadna Gil.

Curiosa que esta segunda película documental sobre la vida de Whitney Houston, en realidad la primera en ser rodada (un año antes que la más conocida y prestigiosa de Kevin Macdonald), es más realista y menos creativa, pero paradógicamente ofrece menos información, se centra más - y en mi opinión con más acierto - en un aspecto relevante: la descripción psicológica de la estrella, sus inseguridades y falta de autoestima como determinantes de su incapacidad para evitar su hundimiento en el pozo de las drogas. Menos sensacionalista, más modesta, pero más acertada que la película de Macdonald.

Esta película puede ser calificada por medias partes.

Contiene una parte de comedia y otra de romance. La primera funciona bien a ratos, la segunda casi nunca.

A su vez, la parte cómica se puede dividir en dos: aquélla en la que sale Juan Carlitros (Julián López) y, en menor medida, el personaje de Secun de la Rosa, en que se acierta de pleno (ellos, sus diálogos y casi casi las situaciones) y a veces se consigue incluso la carcajada; y aquélla en la que prima la historia de enredo, que debiera ser la parte más importante y, sin embargo, resulta notoriamente fallida.

En cualquier caso, un logro evidente es la simpatía que irradian los personajes y el tono general de la cinta.

Es curioso el aspecto un tanto lamentable de Unax Ugalde (pelo-casco paleto y sobrepeso a la manera de Alejandro Sanz: hasta en la cara), que no creo que se deba únicamente a la caracterización de su personaje.