Homenaje a los cómicos televisivos que pulularon por la Tv en la época anterior a internet y que terminaron en muchos casos malviviendo y haciendo sesiones triples en hoteluchos de Benidorm. Una generación de cómicos que sacó muchas risas y buenos ratos a varias generaciones de familias españolas. Desde la nostalgia y la memoria estos trabajos siempre son bien recibidos mientras quedemos interesados en verlos, ya que las nuevas generaciones acostumbradas al tiktok y otras mierdas les sonará rancio, recordar a esta gente nos acerca y nos reconcilia con el mundo. A nivel particular Marianico el corto siempre me pareció un humorista muy malo, con el que solo se reían las abuelas del "no te rías que es peor", pero Miguel Ángel Tirado con una interpretación real y sincera, bajo una dirección notable y un acertado guion nos deja a un Marianico de leyenda, un personaje entrañable que habrá que recordar aunque sea desde la ficción y el drama.

Un asesinato sin resolver, treinta y cinco años después una jugosa recompensa y la necesidad, agudiza el ingenio de un peculiar investigador sináptico donde los haya, que junto con otros tres personajes no menos excéntricos con los que se va topando nos hará pasar un rato placentero y tragicómico. Noir acido diferente a lo que nos tienen acostumbrados por los fiordos, aunque mantiene la intriga y el frío junto con el buen hacer realizador, suma elementos de comedia disparatados muy acertados, dejando una serie redonda para todo tipo de público que quiera pasar un buen rato.

El siempre complejo trato hacia las enfermedades mentales y todas las desgracias que acompañan a los familiares y enfermos a lo largo de una vida. El planteamiento parece simple, y tambien parece un dramón aburrido del cual escapar, pero para eso esta un buen guion basado en una buena novela y para levantar todo esto y salir airoso se necesita un gran actor y aquí aciertan de pleno, Mark Ruffalo realiza la interpretación más redonda de su carrera, difícil de superar, toda una oda a la profesión de actor. Los que conocen el mundo de la esquizofrenia agradecerán que se visualice de forma tan cercana la enfermedad y los que quieran acercarse a esta serie por curiosidad podrán observar un ejercicio narrativo e interpretativo, aunque duro, profundo, real y magistral.

Narra las vicisitudes de una singular pareja compuesta de una caprichosa Sra. venida a menos que lo fue todo en el mundo del espectáculo y su joven y acida ayudante-guionista, dentro del antagonismo y choque generacional intentaran "poner de su parte" para realzar la carrera y renovar el repertorio de la otrora grandiosa comediante.
Se bebe de un sorbo, es agradable al paladar, fina, atinada y lucida en cada capitulo. No se busca el chiste fácil, se nota el esfuerzo y trabajo por apartarse de la comedia liguera y no caer en el burdo entretenimiento a cualquier precio, lo complicadísimo de una comedia es hacer reír (por supuesto) y cuando eliges esta opción es para que te saquen unas risas, y eso Hacks lo cumple con creces. Las dos protagonistas rebosan vena cómica y sus personajes, cada uno a su manera, nos hace creer en el relevo generacional de la comedia, y terminada la segunda temporada solo podemos pedir otra más para seguir disfrutando y sonriendo delante de la pantalla con esta pequeña maravilla de la comedia con mayúsculas.

Valiente y novedosa, no por el guion o calidad narrativa o fotográfica o interpretativa, que podrían ser el de una serie cutre más entre cualquier fondo de catalogo, si no por contarnos algo tan poco tocado en series como es la ortodoxia judía desde un punto de vista crítico, contra el extremismo de esta religión, y filmada en el mismo Israel. Abusos, oscurantismo, familia, enfermedad mental. El judaísmo conservador tocado con maestría para hurgar en los entresijos de una sociedad que muchos, hasta ver esta serie, ni se podían imaginar. Como interpretación destaco el papel de la chica policía israelí, que dota al personaje de humanidad y muestra la parte lucida y abierta del país que Israel dice ser.