Esta fantástica película, basada en la novela homónima, tuvo una merecida excelente acogida, y reforzó aún más la sólida carrera de su estupendo director, reclamado por Hollywood para la segunda entrega de la saga "Sicario". Igualmente y debido a su éxito tuvo a posteriori una serie a modo de precuela en una conocida plataforma que había cofinanciado el film.

Especializado en el "Neo-Noir", Sollima facturó una deslumbrante propuesta visual, acompañada por una original e impactante banda sonora. La historia es tan dura como fascinante, y está muy bien construida.

Magníficamente interpretada (gran trabajo de casting), mantiene el interés de principio a fin, y refleja de forma precisa los diferentes ambientes que conviven en Roma. El cine italiano se apuntó aquí un buen tanto.

Basada en hechos reales, esta estupenda película logró un gran éxito de público, y es recordada por su dureza en la larga escena clave, y por la excelente interpretación de una joven Jodie Foster (no tan joven como en "Taxi Driver", claro), que se llevó el Óscar a mejor actriz principal, preparando el camino para el segundo tres años después por Clarice Sterling y sus corderos.

Con un eficaz guion de Tom Topor, Jonathan Kaplan supo mantener el interés del espectador, generalmente atraído por los buenos dramas judiciales. Los dos personajes principales se complementan a la perfección (gran trabajo igualmente de la entonces en boga Kelly McGillis) y ofrecen interesantes matices a la impactante historia, sobre un asunto que siempre está presente en nuestra sociedad.

Bien interpretada, y con una solvente producción, es una película recomendable.

Esta nueva adaptación de la famosa novela homónima de F. Scott Fitzgerald, publicada en 1925, después de sortear diversos problemas en la fase de producción, cosechó una buena acogida entre el público, y como todas las obras de su personalísimo director, juicios controvertidos por parte de la crítica.

Una vez más, el autor australiano se luce en los que sin duda son sus puntos fuertes: la película es fastuosa, impactante y bella a nivel visual (diseño de producción y vestuario fueron los merecidos Oscars que se llevó), y a ello añade una sorprendente banda sonora contemporánea (Lana del Rey, Florence and the machine…), pero que le sienta de maravilla a la cinta, a pesar de estar ambientada en los años veinte.

A destacar también las excelentes interpretaciones del muy bien escogido reparto, especialmente de la adorable Carey Mulligan, virtudes todas ellas que ayudan a sobrellevar otros aspectos en los que el film no es tan redondo, como una cierta morosidad y embarullo a la hora de desarrollar la trama de intriga. Con todo y con eso, a mí me gustó verla, y disfruté con su aire romántico y nostálgico.

La extensa filmografía de Steven Spielberg incluye trabajos destacados en prácticamente todos los géneros (justamente ahora se ha embarcado en su primer musical). Una de sus películas más recordadas y valiosas es esta impresionante cinta bélica, que ganó cinco Oscars de once nominaciones, el famoso año en que la elegida como mejor película fue “Shakespeare in love” (¿?).

Técnicamente apabullante (desde su famosa escena inaugural de 27 minutos con la “retransmisión” del Desembarco de Normandía), el muy ajustado guion de Robert Rodat nos lleva por una densa, emotiva historia, fenomenalmente dirigida por Spielberg, que cosechó su segunda estatuilla como director.

Muy bien interpretado por un estupendo elenco de actores, y con una producción de primer nivel, el film consiguió un merecido gran éxito de crítica y público, y está considerada una de las mejores películas de guerra.

Esta fenomenal película, nominada a siete Oscars de los que no se llevó ninguno (¿?), destacó en un periodo plagado de obras mayores. Con otra genial interpretación de Daniel Day-Lewis (mucho tiempo considerado el mejor actor de su generación), pero también de los excelentes Pete Postlethwaite y Emma Thompson, la cinta reunió a lo más granado del cine británico, pues el magnífico guion corrió a cargo del reconocido Terry George a medias con el director Jim Sheridan (“Mi pie izquierdo”).

Basada en unos durísimos hechos reales narrados en la autobiografía de uno de los condenados, y ambientada en los sangrientos años del IRA, el film causó un gran impacto social y obtuvo un gran éxito de público y crítica, que valoró la estupenda factura de la cinta y el buen pulso de Sheridan contando una historia que siempre interesa al espectador, y que trata temas universales, como el amor paterno-filial.