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España España · Valladolid
Críticas de Quiscol
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Críticas 89
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
22 de febrero de 2017
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo que puede resultar una película fácil. Defender la brillantez y el talento de tres mujeres discriminadas en su propio trabajo, en su propia ciudad y en su propio país en 1961, puede parecer fácil. Tratar de explicar los que significó el segregacionismo en los estados sureños de Estados Unidos, lo han hecho otras muchas películas y puede ser fácil. Pero contar bien una historia y transmitir emoción con cada escena ya es más complicado.
Lo reconozco, me pase suspirando, moqueando y derramado lagrimones, unas dos terceras partes de la película. Y no era un lloro contenido, sino lágrimas acaudaladas, acompañadas de temblores de cuerpo entero.
Al margen de las ataduras raciales de la época y de la defensa de los derechos civiles me gustaron otros aspectos:
El primero la perseverancia. La insistencia en los objetivos de cada quien o del común, que permiten a una mujer negra alcanzar sus sueños o a un país llegar a la Luna. Los principios ni los primeros han tenido sus caminos expeditos para llegar a ninguna parte.
El segundo relacionado con la potencia multiplicadora del trabajo en equipo y cómo los líderes de estos equipos pueden amplificar sus resultados o lastrarlos en función de su amplitud de miras o de sus expectativas más pacatas. La película explica bien que la función de los líderes es encontrar talento y enfocarlo. Enlazando con el principio de esta reseña, puede resultar un tema fácil y recurrente.
El tercero relacionado con el trabajo de los actores, dominadores de la pantalla, bien naturales y colaboradores necesarios en hacernos creer la historia y en hacerla crecer conforme pasan los minutos. Me apetece destacar a Kevin Costner, al que hacía tiempo que no veía en la gran pantalla. En el lado contrario pondría a Jim Parsons, al que aprecié algo encasillado en su personaje de la serie The Big Bang Theory.
El cuarto y último relacionado con la banda sonora, algunas canciones de los albores del rock and roll y otras interpretadas por Pharrell Williams, que encajan a la perfección con las secuencias que acompañan.
En resumen una película bonita, con final feliz, no apta para sensibleros o quizá todo los contrario.
Quiscol
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8
16 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta tan dolorosa y tan vívida, que lejos de alejarte de tú realidad, la de cada uno, te sumerges, te empapas, te introduces de tal manera en la piel de cada personaje, que respiras su aliento, que avanzas al mismo ritmo de sus pasos, que sueñas sus mismas imaginaciones y hasta reproduces sus mismos esquemas mentales autodestructivos en busca de una flagelación que nunca resulta suficiente.
Lo que me tenía intrigado de esta película, es que Manchester en el Reino Unido está en el interior, no tiene costa marina a la que asomarse. Esperaba ver una película británica, con sus personajes bien construidos, pero distantes y estirados. Sin embargo, según inicia la película te das cuenta de que estás en EEUU, con personajes bien cercanos a la realidad y bien cercanos a la vida de los espectadores.
El trabajo de peluquería, de vestuario y de los actores ayudan mucho a captar esa realidad y servírtela en bandeja. Aunque si tuviese que destacar algo serían a los actores, algunos reconocidos, otros no tanto, pero todos a un nivel excepcional. Más que los diálogos, que resultan absolutamente naturales, me gustaron los gestos y los movimientos de los cuerpos, los cuales acaban haciendo creíble cualquier escena. A través de pasos adelante y atrás, ladeos de cabeza, pestañeos no controlados, cambios de peso de una pierna a otra, movimientos de hombros, consiguen hacerte sentir a su lado. Ponen sus sentimientos en una bandeja que te brindan y te la comes entera durante las dos horas largas que dura la historia.
Además, la historia no tiene un final feliz ni triste ni esperado ni sorpresivo. Tiene el final que tienen las historias bien contadas, un desenlace lleno de sentido, bien hilado, redondo, aunque nada esperado ni deseado por los espectadores.
A las personas que visionan esta película no les está permitido ni un momento de descanso ni cierto sosiego argumental. Me río yo de las películas de acción, mientras en Manchester frente al mar te asomas a la sima sin fondo de cada personaje y te arrojas al hoyo de cada uno tratando de encontrar respuestas que no llegan, tratando de levantar ánimos que pesan toneladas, tratando de modelar voluntades graníticas.
No es una comedia, está claro. Si no estás preparado para afrontar las consecuencias de tus actos, aún no ha llegado el momento de que veas esta película.
Quiscol
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7
18 de enero de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que el cine español en general y esta película en particular se atreven con grandes producciones, con efectos especiales que ayudan a dotar de realismo cada escena, con momentos históricos duros para el sentir nacional del pueblo español.
Ahora que el manejo de los drones se ha generalizado en el cine, las tomas aéreas de la selva llaman mucho la atención. Aunque lo que de verdad me ha resultado sorprendente es descubrir a un pueblo filipino honesto, amable, respetuoso con los españoles, inteligente, valiente. La película les trata especialmente bien y no dudo de que fuese así en realidad.
Después de ver la película, me he apresurado a corroborar en Internet cada uno de los detalles relatados en la cinta. Después de bucear en Wikipedia y de leer 2-3 blogs sobre la materia, puedo concluir que el equipo de producción se ha documentado muy bien y que la película relata fehacientemente este momento histórico del final del Impero Español. Fueron 400 años de ocupación que terminaron de la peor manera posible: con nuestro destacamento en la isla incomunicado, receloso de todo lo que acontecía a su alrededor, manteniendo artificialmente la idea de que luchaban por mantener una posición para España, que no se rinde a ningún precio.
Por otro lado, después de 400 y contando con la buena disposición de los filipinos, fuimos incapaces de establecer un marco de relación con ese país: de tipo comercial, de tipo cultural o de cooperación, que permitiese estrechar los lazos con Filipinas y dar cobertura a la amplia colonia de españoles establecidos en el archipiélago, fundamentalmente en la isla de Luzón y en su capital Manila.
Por el contrario, desde España, avergonzados por la derrota y consumidos por la pérdida de todas las colonias del antaño gran Imperio Español, preferimos echar tierra sobre el asunto y tratar de olvidar completamente este capítulo de la historia. De manera similar se intentó y se intenta olvidar el Sahara Occidental, entregándolo sin contrapartidas a Mauritania y a Marruecos inicialmente, para que Marruecos se haya adueñando paulatinamente y de facto del territorio, sin aportar soluciones a sus moradores originales, que rechazan dicha ocupación, pero que no encuentran ningún tipo de respaldo por parte de España ni de la comunidad internacional.
Volviendo a la película, consigue que vivas con sus protagonistas el sufrimiento de 11 meses de asedio autoinfligido del destacamento español en Baler. Todos los actores, jóvenes y no tan jóvenes, están a un nivel muy alto, lo que contribuye al realismo de la cinta y a mantenerte atento a la pantalla hasta el final.
Quiscol
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6
18 de enero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine japonés moderno, que dibuja una sociedad apegada a los valores tradicionales. Supongo que, como en anteriores películas de este director, es la imagen que nos quiere transmitir, algo clásica, en espacios urbanos sin excesivos ruidos ni estrés, con árboles en floración y zonas verdes, y ciertamente distanciada de los afanes tecnológicos que predominan nuestro imaginario colectivo respecto del país nipón. Al menos nos queda la esperanza de que estos retazos de vida sencilla se mantienen, como reductos aislados, en la locura que suponen las ciudades atestadas.
Además de esta escena social, la historia gira en torno a la profunda insatisfacción interior del protagonista, instalado en plena crisis existencial de los cuarenta, que no es capaz de relacionarse sinceramente con su madre ni con su hermana ni con su mujer, de la que está divorciado, ni con su hijo ni con su trabajo. Toda la serenidad que trata de transmitir la vida de barrio japonés, se rompe en el interior de este hombre que no es capaz de encajar las piezas de su puzzle interior. Por otro lado, el protagonista parece que provoca su propio malestar al tomar decisiones desordenadas, intentando caer bien a todo el mundo, no siendo capaz de escapar de sus pequeños egoísmo y complicando en exceso su cotidianidad.
La vida es sencilla, somos nosotros los que la complicamos. A través de esta frase de cierre, me he sentido identificado con los avatares y los problemas interiores del protagonista.
Quiscol
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8
17 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una película a medio camino entre el western y el género policíaco se esconde una crítica feroz al conjunto de los bancos, que siempre han utilizado su fuerza para aprovecharse de las personas y de las empresas necesitadas de financiación. En este caso, la crítica me parece más sutil y la venganza mejor organizada que en El Desconocido, por ejemplo. Pero entre ambas películas hay un montón de similitudes, incluso en el cruento desenlace final, disimuladas por la diferencia de localizaciones y de latitudes. Parece que, en esta ocasión, la cinta española sirvió de inspiración a los guionistas norteamericanos.
De cualquier manera, la película me encantó.
Enfrenta diferentes maneras de ser de los personajes, logrando mantener el respeto entre ellos, encajando las ofensas que se lanzan y derrochando sentimientos los unos por los otros.
Es una película de hombres, contada para hombres, en la que cada protagonista no puede ser más diferente del otro y, sin embargo, se quieren. Parece apostar por la idea de que el roce hace el cariño, para juntar y mantener unidos al valiente y al temeroso, al cuerdo y al loco, al intuitivo y al racional, al alterado y al pausado.
También aprovecha la película para sopesar la juventud y la madurez, reflexionando sobre que no todos los jóvenes son caóticos o impulsivos ni todos los hombre maduros son ordenados o reposados. La sangre y la forma de ser se lleva dentro al margen de la edad.
El ritmo lento, que no aburrido, de la historia narrada, te permite apreciar matices y detalles que pierdes en las películas de acción pura, llenas de escenas aceleradas, de borbotones de adrenalina y de fuego allá donde mires en cada escena.
Historia sencilla y bien contada, para saborear y para reflexionar.
Quiscol
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