Estamos ante una nueva propuesta de Pixar que nos invitará a hacernos muchas preguntas sobre lo que hacemos con nuestra vida, cuáles son nuestros propósitos y qué forma tenemos de disfrutar el regalo que es vivir.

Se puede catalogar como una comedia, pero también tiene momentos dramáticos, fantasmales y simpáticos. La película comienza haciéndonos un retrato de cómo es la vida del protagonista, que aspira a algo más que a ser profesor de unos niños que en su mayoría no saben tocar ni les apasiona lo que hacen. Y por algunas circustancias que no voy a revelar se presenta la oportunidad de su vida, pero sufre un percance importante.

Es un cuento para adultos, de hecho es posible que muchos niños no la entiendan aunque la podrán ver. Visualmente es un espectáculo, tiene sus momentos bellos, todo un universo creado para la ocasión, no defrauda en ese aspecto.

Tiene una moraleja bonita, esperanzadora y nos anima a descubrir esas pequeñas cosas por las que vale la pena vivir. No todo es vivir una vida con significado, ni estar llamado a hacer grandes cosas, con las pequeñas cosas también podemos ser felices.

La película me genera muchos interrogantes, cuestiones sin resolver y sin explicar, momentos en los que no entiendo qué está pasando aunque luego lo expliquen, pero me he dado cuenta que esta película es más para sentirla que para entenderla, sobre todo al final.

Se ve a Un Steven Spielberg que iba marcando un estilo que quedaría totalmente definido ya con E.T. Los efectos especiales no son gran cosa pero están muy bien para la época.

La temática de encuentros extraterrestres me llama muchísimo la atención pero esta película no cumple plenamente esas expectativas. Me gusta el misterio y la intriga que genera pero no cómo está resuelta, podrían haber exprimido el tema mucho mejor.

Aún así entretiene y era una película típica en los videoclubs de la época. Todo un clásico.

La película es entretenida, simpática y para todos los públicos. Pero lo que más me llama la atención es que a ella la tratan como a una tonta y no me gusta nada eso. Más que nada porque el personaje de David se presenta como un mujeriego sin escrúpulos y que su pecado capital es la lujuria. No parece el hombre ideal del que se cuelga una adolescente. Por otro lado su hermano quiere quitarla del medio y comparte una tarde con ella y ya está confundida, ya tiene un lío en la cabeza y ya no sabe lo que quiere. Así Sabrina se retrata como un personaje inmaduro, que vale, que tiene poca edad, pero va dando tumbos.

También llama la atención que David no la reconozca al volver sólo porque haya cambiado de peinado y de ropa.

Veo la película un poco plana y previsible. Le doy un 6 porqu4e entretiene y el personaje de David está bien diseñado para que te caiga mal desde el principio y no quieres que la joven Sabrina acabe con él. También le doy esa puntuación por las actuaciones, que no están mal, pero la historia no da mucho de sí para que saquen sus mejores registros.

Estamos ante una película bonita, una comedia light de simpáticos momentos y con escenas inolvidables. Es todo como una gran huída del deber, ella quiere ser libre, dedicarse tiempo a sí misma, ser feliz, disfrutar de la vida. Y no encuentra el placer entre las cuatro paredes de su palacio, no es feliz, y huye de eso sin saber muy bien por qué.

Se encuentra con Gregory Peck, que en principio ve en ella a una loca vagabunda, y luego, cuando se entera de quién es, ve la oportunidad de ganar dinero fácil con una exclusiva sin precedentes.

Juntos escapan de lo que es la mediocridad de su propia vida, cada uno a su modo, disfrutan del momento, ella hace cosas que siempre quiso hacer y él cae en la dulzura de ella.

Me ha recordado mucho, aunque salvando las distancias, a "Sucedió una noche". En el fondo trasluce una historia de amor que se fragua poco a poco. Ninguno de los dos es inocente, ninguno dice la verdad, él sabe quien es ella y ella descubrirá quién es él.

Destacaría sobre todo la buena ambientación de la película, todo el elenco está perfectamente caracterizado para que parezcan muy chungos, quizás podrían haber elegido a gente del propio de las 3000 viviendas. Lo que no me ha gustado tanto es ver a Mario Casas forzando el acento andaluz, me saca del personaje saber que finge la forma de hablar.

También me gustaría destacar que en España también se pueden ambientar películas sobre drogas y venganzas. Tenemos barrios muy conflictivos que dan mucho de sí en las que podríamos hacer el The Wire español no hace falta irse a EEUU o a Italia. Esta podría ser la película Gomorra o Suburra española.

Sobre la película podemos decir que tiene buenos puntos de tensión, de conflicto, aunque a veces se pierde en sí misma y hay que recoger el hilo para enterarse de qué está pasando en ciertos tramos. También hay puntos bastante predecibles, pero se puede perdonar.

Una buena película, que han tratado de hacerla poética y con trasfondo, pero que no llega a ese punto.