Muy interesante el planteamiento. Al igual que en Matrix se utiliza la realidad virtual como argumento, aquí es el mundo de los sueños el motor de la historia. Fascinante.

Otra cosa es que la originalidad y el interés suscitados por el planteamiento, se emborronen en una narración farragosa, confusa, con incoherencias, giros excesivos, además de la tendencia habitual en el cine americano de llenarlo todo de escenas de acción. Exagerada teatralidad que no era necesaria pues el tema de los sueños conjuntos tiene gracia por sí mismo.

Pero en fin, es cine americano. Nos quedaremos con lo bueno, agradecidos del rato de entrenimiento. Aunque algunos ratos no nos hayamos enterado de nada.

Con tanto avance tecnológico en cuanto al diseño gráfico por ordenador, cuando se va a ver una nueva entrega del género animación se espera siempre algo interesante. Yo está vez me marché un poco decepcionado.

En cuanto al diseño y el aspecto visual no me pareció nada espectacular. Ni siquiera demasiado trabajado algún detalle. Y aparte de algún aislado apunte gracioso, en general el guión no pasa de rutinario. Los personajes no terminar de hacerse querer y la historia no convence. Nada que recordar.

Sin duda alguna lo mejor de Tim Burton. Todo un espectáculo que hizo ver en su momento a lo podía llegar a convertirse la magia de la animación.

Acostumbradas nuestras navidades a los tostones de la factoría Disney, de repente del cuento infantil que se cuenta en la pantalla empiezan a salir a chorros colorido, originalidad, sentido del humor y mucha, mucha imaginación. Para mi, un mito del arte gráfica del siglo XX. Sin dejar de ser un cuento para niños, claro.

Luego al señor Tim Burton se le fundieron los plomos y ha terminado ensuciando su currículum con bodrios como el de Alicia en el País de las Maravillas, por poner un ejemplo.

Si una película no tiene mayor objetivo que el de mostrarnos la belleza de una señorita puedes dar por seguro que te vas a aburrir. Pero es que además la señorita en cuestión tiene ya demasiados años para dar el perfil de Sex Symbol y lle hacen falta kilos de maquillaje para no deslucir demasiado.

¿El guión? Pues alguna escena copiada de James Bond, un poquito de intriga imitación Le Carré y un final a lo Disney con amor, perdices y beso.

Pues eso. Aburrimiento, incoherencia, sinsentidos, previsibilidad y falta total de originalidad.

Nada prometedor, apenas unos minutos transcurrían y se auguraba un pastelón romántico de los de chico conoce chica, complicaciones, malentendidos y final feliz con beso. Pero afortunadamente y tras unos momentos de crisis donde algún diálogo pedantorro a punto está de echarlo todo a perder, la película coge ritmo, empiezan a sucederse guiños graciosos, alguna que otra reflexión intresante y empezamos a entretenernos. A partir de ahí, sin apenas darnos cuenta empezamos a empatizar con unos persoajes por momentos creíbles, viviendo una situación extraña que tiene algo de mágica. La tontorrona historia termina por convencer.

Romanticismo sin lágrimas ni heroicidades. Una agradable sorpresa.