Creía que tras ver "Frankenstein a la italiana" ya lo había visto todo, que había visto la película más inmunda del mundo, pero está claro que los listones siempre pueden estar más altos, y, por supuesto, más bajos. Es entonces cuando llega este bodrio en forma de película y te descoloca los cánones.

Más de dos horas de infumable guión, pretenciosos aires de comedia absurda y mucho, mucho, demasiado poco sentido común. Ya se han hecho comedias de películas dentro de películas, y es bastante difícil superar, en este sentido, a "Escándalo en el plató"... Es curioso que al comienzo creyese estar viendo algo similar a "Héroes fuera de órbita". Craso error.

Comprendo que el coronavirus, más pronto que tarde, terminaría llegando a nuestras pantallas a través de las películas, pero ciertamente, a decir verdad, resulta desagradable encontrar esta temática en una película, cuando de lo que se pretende huir es de esta insidiosa realidad en la que vivimos, condicionados día y noche por un virus microscópico que ha trastocado al mundo entero, y que sigue haciéndolo.

Es descorazonador ver cómo el cine actual está tomando caminos desconcertantes: Diálogos de poca monta, argumentos completamente vacíos, duraciones extenuantes para finalmente no contar nada... Y si hablamos del aspecto técnico es un despropósito: los diálogos son poco entendibles y las escenas en que hay acción o música, el volumen está a toda pastilla.

Rotundamente NO. No acepto que esto sea un producto para entretener. No considero que esto sea comedia, y si realmente lo es, es que entonces, a día de hoy, el negro futuro pronosticado en "Idiocracia" es ya una realidad. Dios nos libre...

La he visto porque quería ver a Luis Escobar, pero al final ha sido tiempo perdido. Ni siquiera López Vázquez salva la película, que es mortalmente aburrida de principio a fin. Ni existen momentos cómicos, ni contiene diálogos espumosos ni tan siquiera actuaciones aceptables, más allá de Escobar y López Vázquez, pero que en realidad, tampoco aportan gran cosa. Me da a mí que el tal Juan Pinzás era realmente malo en esto de ser director y en esto de ser guionista. Ahora bien, para correr el año 88 ya era algo tarde para ponerse a enseñar alguna teta que otra. Película absoluta y completamente prescindible. Es un bodrio infumable.

La letra de una canción al principio de la película resume tu sentir cuando la ves. ¿En serio, cómo puedo estar tragándome este troñaco? Será el calor, un verano desabrido o yo qué sé, pero ahí estás, sin dar crédito.
Actuaciones lamentables, una continua rotura de la cuarta pared que raya la manía, canciones espantosamente mal cantadas, un sonido bastante malo, pues es difícil entender los diálogos a momentos y motivaciones infra-mundanas. Como guinda del pastel, una historia de reptilianos que... ¡mátame, camión!

La mierda que cago cada mañana tiene más arte que este catálogo de enfermedades mentales.
Esta-película-es-una-monumental-mierda.
Si aún leyendo esto quieres verla, allá tú... avisados estáis.
Repugnante.
Quien valore positivamente este burdo y grosero intento de cine debería hacérselo mirar, por el bien de la sociedad.

Ni es comedia, ni es policíaca, ni es, tan siquiera, interesante.
Con escenas que no aportan nada, personajes bastante poco creíbles y un personaje principal que es un absoluto imbécil, poco bueno hay que decir de esta paja mental de un director que quiso marcarse una "policíaca"...