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España España · Alicante
Críticas de Titacho
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Críticas 90
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
23 de julio de 2018
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
30 años tiene ya uno de las mejores películas de la Historia del cine y una de mis cintas favoritas, un recorrido por la historia de la China del siglo XX y por la vida de Puyi, uno de los personajes más interesantes de ese siglo.

Bernardo Bertolucci, que siempre había ido con el puño en alto, se rebajó y le puso la mano al imperialismo yanki para recoger 9 merecidísimos Oscars de la industria capitalista de Hollywood. El renombre y la comercialidad que le supuso le sirvió, entre otras cosas, para regalarnos pocos años después otra joya: "Pequeño Buda".

Visualmente impecable, con imágenes bellísimas, una dirección artística de las que pasan a la Historia, espléndidos decorados y vestuario, y una ambientación perfecta hasta el más mínimo detalle, "Él último emperador" es una obra maestra visual y un espectáculo irrepetible. Pocas veces se han aprovechado tan bien las localizaciones, y no era para menos; fue la primera vez que el gobierno chino permitió que una cámara de cine entrara en la Ciudad Prohibida de Pekín, que Bertolucci nos muestra en unas imágenes espléndidas, especialmente en la escena de la coronación en la que se utilizaron miles de extras y que ya es un icono del cine de los 80.

Mención aparte merecen la fotografía magistral de Vittorio Storaro y la inolvidable banda sonora compuesta, salvo un único corte de Cong Su, por David Byrne (curiosamente el guitarrista de Talking Heads escribe las piezas de música tradicional china), y Ryuichi Sakamoto, que firma los cortes de música sinfónica más occidental; no lo entiendo, pero me da igual, la BSO es una joya.

El impecable guión nos lleva por la vida de Puyi (interesantísima, pero lo cuento en la zona spoiler, aunque la peli tenga tres décadas siempre habrá quien todavía no la haya visto). Como todas las películas basadas en hechos reales (el guión se inspiró en la autobiografía de Puyi), tendrá incorrecciones históricas pero yo siempre digo que vamos al cine, no a clase de Historia.

En la parte interpretativa Jhon Lone y, sobre todo, un enorme Peter O'Toole, están geniales, dando verosimilitud a sus personajes, uno reflejando el proceso por el que una persona considerada un semidios tiene que acostumbrarse a ser uno más, y el otro encarnando al perfecto gentlemen escocés. Nunca entenderé que a O'Toole se le recuerde siempre por "Lawrence de Arabia" pero jamás se mencione su fantástico papel en "El último emperador".

Una película histórica para la Historia. Cine con mayúsculas. Imprescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Titacho
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8
23 de julio de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia muy bien hecha y absolutamente disparatada con personajes estrambóticos y surrealistas para disfrutar de principio a fin (siempre que no seas crítico de cine de los de verdad, de los que cobran, esos pusieron la peli a parir ¿pero dónde tiene esa gente el sentido del humor?). Da igual que no tenga ni pies ni cabeza lo que te están contando, da igual que sea chabacana, de mal gusto, desmadrada, brutal, descarriada, escatológica o políticamente incorrectísima, te estás riendo de principio a fin y al mismo tiempo flipas con la osadía de un director y unos productores que le echaron (muchos), huevos para meterse absolutamente con todo.

Prostitución, tráfico de armas y drogas, pederastia, matones, vudú, alta sociedad, cocaína por kilos, iglesia, bombas lapa (en un momento en que la cosa no hacía mucha gracia precisamente), narcotráfico, políticos corruptos, fútbol, banderas, apuestas ilegales, nacionalidades y autonomías, guardias civiles de chiste, todo cabe aquí y todo es motivo de cachondeo y rechifla sin respetar absolutamente NADA (y lo del lehendakari negro ya es de antología , juo juo juo).

Además de su principal virtud (reírse de todo lo que se mueve), la película se beneficia de un reparto absolutamente de lujo con un desfile interminable de caras conocidas, algunas en papeles de apenas unos segundos. Los actores principales están que se salen, pero sobre todo hay que destacar a Manuel Manquiña (un personaje ya para la historia del cine español), y sobre todo la que se lleva la película de calle es una DESCOMUNAL Rosa María Sardá en uno de los mejores papeles de su carrera.

Suerte que esta película se estrenó en 1997, hoy no hubiéramos podido disfrutarla porque con la sensibilidad mediática exacerbada que sufrimos en nuestros días no se hubiera podido rodar, no quiero ni pensar la de denuncias que le hubieran llovido de todas partes.

No nos tiene que dar vergüenza, ni miedo, ni tener complejos a la hora de hacer este tipo de películas en España, nos tiene que sudar el níspero que nos digan que copiamos a Tarantino o a las comedias alocadas americanas... aunque a la vista está que seguimos con los complejos porque no hemos vuelto a ver comedias disparatadas de este nivel (ni de ningún otro, para qué nos vamos a engañar), en nuestro cine patrio. Una lástima.
Titacho
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4
21 de julio de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fallida cuarta entrega del personaje de Jason Bourne con Matt Damon (vamos a olvidar que existió la película con Jeremy Renner de protagonista), en la que utilizan exactamente los mismos ingredientes que en las anteriores pero que aburre a las piedras, y esto lo escribe un fan casi fanático de la saga.

El personaje de Jason Bourne ya es cuarentón, no sonríe JAMÁS, está prematuramente envejecido (pero muy cachas ¿eh?), harto de todo y ya casi le da igual morir de una vez y dejar de sufrir, este ocaso del personaje ya no interesa, y no interesa principalmente porque nos están volviendo a contar exactamente lo mismo pero con otros personajes, lo que antes era un guión sólido ahora no tiene interés ninguno.

El montaje y la fotografía (y toda la parte técnica en general), vuelve a ser espectacular pero todo lo que antes funcionaba bien ahora nos resulta ...más de lo mismo: si este estilo nos encantó en las entregas anteriores ¿por qué ahora nos resulta todo tan aburrido? ¿por qué las escenas que antes nos dejaban con la boca abierta ahora nos parecen ridículas? ¿Por qué cuesta tanto creerse a Tommy Lee Jones como director de la CIA? ¿Por qué Alicia Vikander es (todavía), más sosa de lo que suele ser en otras películas? Y desde luego el que aparezcan Víctor Manuel y Ana Belén en uno de los planos no presagia nada bueno sobre el resultado.

La escena de Atenas es espectacular pero es interminable y pesada. Las escenas de huída de Bourne antes eran también espectaculares pero ahora son simples, chorras y ridículas, se carga a gorilas que protegen al director de la CIA con solo rozarlos, eso no se lo cree nadie (teniendo en cuenta que estamos en una película de espías en la que ya de entrada no te crees muchas cosas). Más ejemplos: el director de la CIA solo y sin escolta con lo que el amigo Jason se cuela en su habitación con una patadita en la puerta, Bourne inconsciente que se levanta como un robot, Bourne con un tiro en el estómago que sigue corriendo como si nada....

La principal virtud de las primeras entregas era que no se parecía a James Bond con sus gadgets estúpidos y sus escenas surrealistas pero aquí Bourne se le acerca demasiado (incluso en alguna escena recuerda a Terminator, es flipante).

Para acabar de rematar este desaguisado la guinda perfecta que tenían las primeras películas aquí también desaparece: la versión del "Extreme ways" de Moby es UN ESPANTO.

¿Por qué nos habéis hecho esto con Bourne?

Una pena.
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Titacho
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6
5 de julio de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Riddley Scott vuelve al cine épico-histórico para contarnos “una de cruzadas” y desde luego consigue transmitir grandiosidad porque todo el diseño de producción es ESPECTACULAR, pocas veces se ha visto en pantalla ese despliegue de medios; cuánto estandarte, cuánto extra, cuánto caballo, qué vestuario, qué fotografía, qué movimientos de masas (muchos generados por ordenador, pero también hay muchos reales), qué música más chula (demasiada y en demasiados momentos que no la necesitaban, diría yo), y qué decorados, tanto los reales (fantásticamente bien aprovechadas las localizaciones en edificios históricos en España), como los creados para la película y los generados digitalmente. Las escenas de batallas no están al nivel de Braveheart o Gladiator y en algunos momentos resultan hasta cutres, pero son dignas y contribuyen a la espectacularidad de toda la película.

Sin embargo hay otros aspectos que lastran el resultado final. El montaje es bastante caótico, sobre todo en las primeras escenas no tiene ni pies ni cabeza, pasa de una situación a otra sin relación de continuidad y algunos planos parece que estén montados a tijeretazos. Especialmente surrealista es el momento en que un personaje naufraga medio muerto en una playa, empieza a caminar…y de repente está en medio del desierto ¡¡¡¿¿¿¿????!!!. Leo por ahí que hay una versión extendida (que no he visto), que soluciona estos problemas y hace la historia más creíble y el argumento más claro.

Otro problema: el guión. En la versión extendida no sé cómo será pero en la versión comercial es UN TOSTÓN, la historia se hace lenta y confusa, hay situaciones inverosímiles y la mayoría de los diálogos dan vergüenza ajena, da bastante pena una producción tan buena para acabar contando este rollo. Curiosamente las licencias artísticas que se tomaron con los personajes reales no ayudan a hacer la historia más cinematográfica e inteligible para el espectador sino que lo confunden aún más, cuento este detalle en la zona spoiler (gracias al equipo de FA por señalarme que aquí contaba demasiadas cosas).

Y lo peor de la película (bueno, de esta y de muchas otras): Orlando Bloom. Por qué un actor con esa inexpresividad absoluta tanto facial como corporal y sin las más mínimas dotes interpretativas está en todas las superproducciones de los últimos 15 años es algo que no entenderé nunca. Sólo pone una cara el tío y está con ella toooooooooda la película. Pero es que pone la misma expresión (o sea, ninguna), para hacer de elfo, de herrero pirata en el Caribe, de herrero francés en la película que nos ocupa o de príncipe griego en Troya, es que no tiene músculos en la cara que se le muevan. Pasan los minutos y esperas que cambie de expresión, que haga un sutil gesto, que sonría, que se enfade, que levante una ceja, yo qué sé que llore un poco, pero nada, inexpresividad absoluta y hala, a ocupar minutos y minutos en todas las sagas multimillonarias.

Una pena todo esto porque el envoltorio es buenísimo, la ambientación es sencillamente perfecta y te deja con la boca abierta en cada escena, pero la historia no tiene interés ninguno y sólo consigue que prestes atención en las escenas finales del sitio de Jerusalén. Y eso que ver esta peli ayuda a entender el lío que tienen montado aún hoy en día en aquellas tierras, como muy bien dice el comentario final de la película “casi mil años después siguen sin encontrar la paz”.
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Titacho
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Muchos hijos, un mono y un castillo
Documental
España2017
7.2
10,432
Documental, Intervenciones de: Julia Salmerón, Gustavo Salmerón
4
2 de julio de 2018
18 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre sentí una debilidad especial por el Gustavo Salmerón actor, en los 90 se lució en varias películas (me gustó mucho en “Más que amor, frenesí” y, especialmente, en “Mensaka”), y tenía muchas ganas de ver su debut en el largometraje, pero el resultado no me da ni frío ni calor…bueno, más bien frío.

No entiendo el revuelo mediático, las alabanzas y los premios que ha recibido lo que no es más que un vídeo casero de una familia acomodada venida a menos, es innegable que esta señora es graciosa y que tiene sus puntazos (yo desde luego me he reído a carcajada limpia en algunas escenas), pero es que ...no hay más. Después de unos primeros minutos en los que la cosa promete luego se va perdiendo, va desvariando y quedándose sin gracia. Las primeras escenas en las que la madre del director va dando las primeras pinceladas de su particular filosofía te enganchan pero a los 20 minutos la cosa se reduce a un simple sucesión de grabaciones caseras en las que aparece toda la familia, en las que te muestran a una señora que vive (literalmente), rodeada de trastos (voy a ser bueno y no lo voy a llamar “basura”), y en el que dan tanta vergüenza ajena algunas situaciones que uno se pregunta cómo se le ocurre a alguien hacer públicas esas escenas íntimas familiares.

Es inevitable recordar otra "película- homenaje -a -mi -madre" estrenada hace ya seis años por otro director novel, "Carmina o revienta" de Paco León, pero desde luego comparando ambas me quedo con Julita, ambos nos muestran a sus madres en estado puro pero por lo menos Gustavo Salmerón tiene la decencia de presentarlo en formato documental, con la señora Carmina se nos quiso hacer creer que su madre interpretaba y que eso era una película...que la verdad es que no sé qué es peor, llamar "película" a eso que hizo Paco León o creer que esa choni de 70 años está interpretando.

Estoy seguro de que Gustavo Salmerón tiene mucho más que aportarnos como director y espero que en próximas películas se pase a la ficción y se deje de tonterías. Todas nuestras madres y abuelas tienen sus manías y pueden ser graciosas si uno las graba, pero llamar “cine” a esto me parece un poco exagerado
Titacho
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