A través de planos secuencia que nos llevan por la película a un ritmo tranquilo, Cuarón consigue transportarnos a una vivencia ajena haciéndonos participe de ella como si fuera propia. Y con ese ritmo calmo de sus planos, sin ni siquiera música que le ayude, transmite perfectamente lo que se vive en ellos, ya sea rutina, angustia, tensión o algo impactante, doloroso, o inesperado..de todo eso hay y todo con ese ritmo hipnótico, sin ningún aspaviento.

Atrapa Cuarón en esta película un trocito de vida en cierto momento, en cierto lugar... Sin necesidad de que pase nada extraordinario, lo cotidiano, la normalidad... está cargada de verdad y de pasión.
Desde el primer al último plano rebosa intención y cuidado, formando un círculo conmovedor.

Con Hijos de los hombres, éste director ya me ganó con sus planos secuencia captadores de momentos, porque con ellos traslada al espectador, y le hace vivir y sentir lo que ocurre allí, en su película.

Roma es nostalgia, puro sentimiento. Arte sencillo y directo...y planos secuencia capturando realidad.

La sinopsis deja claro lo que vas a ver. Ninguna complejidad en cuanto a guión. Ninguna sorpresa.
Otra de boxeo y de superación.
Pero su contención, su sobriedad para no caer en recursos vacíos y superficiales y, sobretodo, el trabajo de sus actores, la hacen una buena película. Y una gran película de boxeo, sólo por detrás de las tres insuperables en el género.
Jake Gyllenhaal, otra vez, suma y sigue, crea otro personaje lleno de personalidad y de energía. Principalmente él y Rachel McAdams son el motor y el alma de la película. Ellos consiguen darle el peso que impide que caiga en la mediocridad.
La película tiene romance, tiene drama, tiene épica y tiene, sobretodo, boxeo. Y lo bueno es que tiene todo eso en la medida justa. Ese control, como el que necesita su protagonista, y el acierto en el reparto son las bazas ganadoras de la película.

Enigmática y contundente. Con un ritmo lento y demoledor que irá envolviendo con su elegante e inquietante atmósfera al espectador que se entregue a ella hasta dejarlo atrapado durante días.

Trabajo sobresaliente de todos los actores. Jake Gyllenhaal sigue sin decepcionarme. Nos regala una interpretación cargada de delicadeza, de matices, de contención y de extremos, ofreciéndonos una montaña rusa de emociones desde la debilidad más desconsolada, pasando por la impotencia mas frustrante hasta explotar en la rabia más profunda y sobrecogedora en el mismo plano.

La historia enfrenta una personalidad fría y pragmática a otra sensible y...débil, mostrando la diferencia entre ambas a la hora de afrontar una carencia. Una muere poco a poco ahogándose en su vacío, y a la otra le sirve para realizarse, usándola como inspiración para una descarnada obra.

Acaso el dolor no sirve a los artistas para crear sus mejores obras?

Algo desconcertante. Pero los actores lo hacen totalmente creíble. Jake Gyllenhaal... Simplemente inmenso. No sólo no me decepciona, si no que cada vez crece mas mi admiración. Qué fenómeno. Sólo por él merece la pena ver la película. Está muy bien acompañado, y la película es distinta y por momentos brillante. Sólo me dejó un poco bluf el final.
Me provocó carcajadas en los momentos más insospechados, y la sonrisa en otros, siendo la historia bastante triste. De esas que hace que viajes a tu interior. Toca.
¿Cómo se reconstruye el alma?

Después de ver la película pensé en como hubiera interpretado el De Niro de los setenta y ochenta al personaje protagonista. No conozco mejor actor que aquel De Niro y no creo que lo hubiera hecho mejor que Jake Gyllenhaal. Me quito el sombrero ante este actor. Tenía puestas expectativas en él y las ha superado.

Dicho esto, la película me ha hecho sentir incómodo, me ha puesto nervioso y me ha divertido.

Ese personaje sin escrúpulos nos enseña hasta dónde puede llegar el ser humano en la sociedad en la que vivimos.

Inquietante, incómoda y emocionante. Y con un nuevo personaje para la historia del Cine.