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Voto de GUSTAVO:
8
Drama. Intriga En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
28 de diciembre de 2010
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En el contexto de un pueblo alemán de estructura socioeconómica casi feudal, con un barón dueño de las tierras y de la voluntad de sus habitantes, regidos, además, fanáticamente, por las normas religiosas que originan una educación represiva, se respira permanentemente un aire subversivo, rebelde. Es en ese ambiente que los niños del lugar crecen, se desarrollan, descubren culposamente su propia sexualidad y también conocen la injusticia, los bajos instintos y, en general, las miserias humanas sucediendo paralelamente hechos violentos, extraños e inexplicables.
La película parece estar inspirada y de hecho tiene los ingredientes del “realismo mágico” de “Cien años de soledad” de Gabriel García Marquez, pero no los desarrolla literalmente ni los llega a adoptar, solo los insinúa para tomar caminos distintos.
Es una cinta, más bien, que tiene voluntad tétrica, con una fotografía en blanco y negro que genera la sensación de un álbum de fotos puesto en movimiento a la que se ha adherido una carga incorpórea, fantasmal, ancestral, con una iluminación que juega con la trama de una manera muy original y que es capaz de comunicar emociones y sentimientos por sí sola. Era la mejor forma de hacer la puesta en escena y el director Michael Haneke fue muy consciente de eso con la presentación de una historia con mucha profundidad y de conclusiones abiertas, que ayudado con el tratamiento visual, nos transporta a la época ambientada de principios del siglo XX, con una exactitud que causa admiración y un poder hipnótico que nos sugiere muchos conceptos, temas y situaciones pero no las impone, las da a elegir entre varias opciones a gusto del espectador. ¿Se trata del caldo de cultivo que desarrolló el nazismo? Puede ser. ¿O será la génesis del terrorismo? Si usted quiere. ¿Desarrollo dicotómico sobre la pureza y el pecado, el bien y el mal? Quizás. ¿O simplemente un ajuste de cuentas adolescente por toda la hipocresía de la sociedad autoritaria? También. ¿Estudio sobre liberalismo, dictadura y democracia? Tampoco exageremos.
Lo que es invariable e innegociable para Haneke es el clima de terror, en este caso con una variante ominosa y latente, esa sensación de miedo y confusión que se produce a partir del planteo de los hechos misteriosos cuya investigación conduce a todo y a nada, cual juego macabro, con lo que regresamos a la fuente de la mayoría de filmes del austriaco y que se muestra aquí, incólume y premunida de sorpresa, como si fuera la primera vez.
Pero ante tanta maestría técnica nos preguntamos si era necesario poner un personaje como narrador en off retrospectivo y opinamos que, si el verdadero propósito era fechar la historia, era una inclusión innecesaria pero como el filme tiene la apariencia de un testimonio, es un acierto porque éste se convierte en un oscuro cuento auroral donde muere la inocencia y nace la inquietud malévola, esa misma que, muchas veces, ha cambiado el destino del mundo.
GUSTAVO
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