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Léolo

Drama Léo Lauzon es un niño que vive en un humilde barrio de Montreal, atrapado en una sórdida existencia. Cada noche intenta evadirse por medio de los recuerdos, los sueños y su desbordante imaginación, pero la cruda realidad familiar interrumpe siempre sus fantasías: tiene un padre obsesionado por la salud intestinal de toda la familia, un hermano culturista que vive preso del miedo, dos hermanas que padecen trastornos mentales, un abuelo a ... [+]
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Críticas 147
Críticas ordenadas por utilidad
1 de enero de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos tiempos modernos e innegablemente aciagos, donde la creencia por lo que nos rodea se sitúa y coquetea con lo cercano y el ahora, el exceso es todo lo que ruboriza al individuo de a pie y no quedan pues senderos de fe ni panaceas sagradas a las que una conciencia aun no derrotada pueda aferrarse. Una percepción robotizada, insaciable y en celo, pero que no ve más allá del exceso —y solo mediante este— es lo que queda. Ya no es tanto, que no vea más allá, el allá es lo que nos lleva a la suma, al exceso sumado al exceso. Sería pues, más correcto decir, que no vemos más acá, en la complejidad de un interior que hemos olvidado, y de esta forma, el apodado nihilismo rebota por toda la coyuntura cinematográfica. Lauzon construye así, y con dudosas intenciones, una historia de seres humillados y con tintes de parodia burlesca donde lo noble y puro queda sepultado bajo un manto de suciedad emocional, donde la profundidad narrativa y la savia nueva quedan manchadas por una relación de sumas y excesos. Es pues, que Lauzon se propone una única meta y golpea al espectador con el “todo vale” para llegar a ella. Se abre ante nosotros una senda unidireccional en la que se suman elementos de impacto y en la que el ávido espectador podrá dilucidar la patente pobreza de recursos ya en las primeras instancias, cuando la cámara hace ahínco en un gran cerdo y por el cual, cuando la mirada queda fijada en éste, un brusco corte nos lleva a la imagen de la madre (Ginette Reno), gruesa y ancha también —y para más inri, único personaje exento de maldad—; de esta forma se impregna nuestra mirada con esta cruel analogía, ejemplo e inicio del ciclo de sumas en las que la mente queda embotada con la molesta insistencia por el gusto a la humillación y a la bajeza humana; vejaciones por terceros, la recreación onanista y el asesinato bajo la mirada jocosa son algunos de los procesos, con cierta aura pseudo-poética, con los que pretende instruirnos el director canadiense en su doctorado sobre la vida y la desvalida infancia.

No hay que olvidar, jamás, las palabras que nos dejó Rivette respecto a la mirada del director y su honestidad a la hora de mostrarnos los hechos, palabras que heredó Daney más tarde y con las cuales aprendimos que un director es un padre que nos coge de la mano y nos muestra su sabiduría, pero nunca nos impone, simplemente nos invita a la reflexión. Qué clase de reflexión podemos realizar, cuando toda solución se inscribe en la sucesión de iguales adornados de diferente forma, pero sin olvidar —por desgracia— la —¿tal vez inconsciente?— pornografía emocional que tanto molesta a algunos de nosotros.
alexterol
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14 de agosto de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los misterios insondables del Arte es cómo puede variar según el ente receptor; incluso dentro del mismo ente, según la hora del día en que es recibido; según su momento vital o según averigüe usted qué. Me resulta particularmente curioso ver que una misma obra puede pulsar con firmeza y afinación unas cuerdas, y en la persona siguiente, con formación similar a la primera, causar los efectos contrarios.

Ahora bien:

Supe de esta película porque una chica vallisoletana, amiga de un compañero de piso, vino de visita a Madrid. Ella había visto la película en la Seminci, y quería volver a verla en (casi como siempre) las salas Alphaville, en su estreno comercial. Nos citamos con ella a la salida del cine (ella nunca nos invitó a ver la peli juntos, porque después entendí que no es una película que se pueda recomendar a cualquiera). Allí vimos que casi toda la gente que salía del cine lo hacía con la cara anegada en lágrimas, ella incluida. No, no es usual que el 95% de la audiencia se conmueva de esa manera. Supe que entonces que tenía que verla.

1. Decir que lloré sería quedarse muy corto. Y nada que ver con esa supuesta pornografía emocional que he leído por aquí, nada que ver con películas del tipo "Cafarnaúm"; ni hablar. Cuando alguien como Jean-Claude Lauzon te habla de sí mismo, cuando se muestra a sí mismo como el más miserable miembro de su miserable mundo, no puede ser un pornógrafo.

2. Hubo un tiempo, en que a modo de integrantes de una hermandad secreta, los cofrades de la misma nos reconocíamos mutuamente cuando, al preguntar algo tan inocente como "¿Has visto una peli que se llama Léolo?" la respuesta era no solamente afirmativa sino contraseñal, a veces del tipo "Parce que je rêve, je ne le suis pas...". Reconfortaba mucho encontrar a otros hermanos, a esos seres con los que poder hablar de ciertas cosas y ser comprendidos. Éramos miembros de Leólicos Anónimos. Si alguien, por ejemplo, quería pasar a mayores con otra persona, era requisito imprescindible que fuese leólica (también cabía la conversión ceremonial, claro). Años más tarde, me casé con una mujercita preciosa, leólica conversa, que cuando quiere decirme algo especialmente cariñoso, me susurra "Mi Italia...".

3. Cuando después de verla docenas de veces, todavía crees que Léolo acabará sus días, feliz y pleno, en Italia, en esa Italia tan bonita que no puede pertenecer solamente a los italianos.

4. Cuando años después, publicada por Ediciones Doctor Domaverso, por fin conseguí leer "El valle de los avasallados", y comprender tantas y tantas cosas, y seguir sin entender mil otras.

5. Cuando una de las mejores librerías de Valencia se llama "Léolo", y que en una de sus paredes reza la misma frase que, en momentos de continuidad, sonó durante años en el programa "La estación azul" de RNE, una frase que comparten novela y película, con la voz española en off del film: «Lo único que le pido a un libro es que me inspire energía y valor, que me diga que hay más vida de la que pueda abarcar, que me recuerde la urgencia de actuar.»

6. Porque siempre que la veo no puedo evitar acordarme de "Equus". Hay mucha gente que no ha entendido que el tema central es el mismo.

7. Porque es la historia de un alma sensible en un universo hostil; es más, hostilmente hereditario, y eso debiera sonarnos mucho a la mayoría.

8. Porque aún, y seguramente por siempre, todavía algunos rebuscan entre la basura pequeñas perlas de Poesía.

9. Porque una película es INMENSA si uno no tiene tiempo de fijarse en interpretaciones actorales, ni en fotografía e iluminación, ni en montaje, ni en el guión, ni tan siquiera en la música (dicho sea de paso, por una de las mejores bandas sonoras de la Historia del Cine, donde suenan gentes tan especiales como sor Marie Keyrouz o como The Tallis Schollars, aparte de otras joyas algunas más conocidas que otras).

10. Porque me adhiero a ver, otra vez, otra vez más, esta película con el usuario Travisloock, volando cerca del sol cuando los rayos ya queman. Me gusta la idea calderoniana de apurar (cielos) y pretender; sin embargo, yo no diría tanto como que es LA MEJOR PELÍCULA DE LA HISTORIA (sobre todo cuando me faltan tantas y tantas películas por ver); pero sí que digo que es, de largo, mi película preferida. Porque es la que, de largo, más hondamente ha sabido tocarme.
ElMundoTengoDelante
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27 de marzo de 2007
29 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es desagradable, fea, grotesca, cruel, desoladora, dantesca, desgarradora... y mil adjetivos calificativos que tengan las mismas connotaciones. Por muy buena nota que le den, no veo en esta película una obra maestra ni mucho menos. Hay escenas que me llegaron a resultar hirientes. La película te muestra una porquería de vida. Le doy un 2 y no un 1 porque hay momentos en los que la voz en off nos regala una bonita poesía. Es lo único que vale la pena. El resto, un asco. Imágenes horrorosas.

Abstenganse sensibles y estómagos delicados. Sobrevalorada.
Ana Cervantes
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16 de agosto de 2009
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Problema de matemáticas Nº1.

Introducción:
Tu amigo Fulanito, con quien compartes el 90% de gustos cinematográficos, te recomienda una nueva película: Leolo. La historia de un niño en pleno despertar sexual, su vida en un entorno difícil, sus sueños como modo de evasión de ese entorno en el que vive...

"Vale Fulanito, me has convencido, voy a verla!".

Resultado 1: OH, qué maravilla de obra. Mi cerebro intelectualoide ha sabido apreciar todos los matices de ésta. Es poesía en estado puro.

Resultado 2: Es una buena película. Me gustaría ver películas así para poder desarrollarme más como persona.

Resultado 3: Me han entrado ganas de hacer caca. Y a continuación hare caca sobre el cd de la peli que Fulanito me prestó y se lo enviaré por correo.



*Resultado correcto en la página 208.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Clo
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27 de julio de 2005
15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque la vida es sueño, porque sin sueños no quiero vivir, porque la imaginación es la base de nuestra existencia, porque en este mundo de hipocresía nadie se atreve a expresar sus pensamientos, sus sentimientos, sus emociones...porque el materialismo puede con todo y ya nadie quiere pensar ni sentir, todo es interés y afán de superación; porque pareciera que ya todo está escrito, porque somos auténticos borregos, por todo esto y mucho más opino que la historia de Léolo debería ser vista por toda la humanidad y si después de verla no te ha despertado ninguna clase de emoción, entonces mira en tu interior, mira alrededor e intenta averiguar que es lo que te está pasando. Este niño poeta, inalcanzable, hipnotizador, se nos revela como un auténtico torrente de esperanza ante la miseria y la lucha competitiva de esta vida perra.
Porque sueño no lo estoy, gracias Léolo por compartir conmigo tus pensamientos y tus sueños, tu historia quedará grabada en mi mente hasta los restos y aún después, en la eternidad de mi memoria, espero algún día encontrarte en el valle de los avasallados.
Porque en este mundo de locos, ser cuerdo es una locura
brujo
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