Irene, yo y mi otro yo

La paráfrasis del Dr. Jeckill y Mr, Hyde no funciona. El planteamiento es interesante pero el desarrollo no llega a ningún sitio. Hay algunas ideas ingeniosas que se malogran con el desarrollo de la trama. Jim Carrey tiene una vis cómica indiscutible pero se limita a explotar el filón de "La máscara". A su oponente femenina, Renée Zellweger, le falta "feeling". Es una lástima que una película que empieza de forma prometedora termine languideciendo de tal forma que se pierde todo el interés. Las escenas de exteriores están bien rodadas y es lo único que da un mínimo aliciente. Lo demás son golpes bajos que no vienen a cuento y horteradas una detrás de otra.

Si los hermanos Farrelly hicieron carcajear a medio mundo con “Algo pasa con Mary”, esta locura con Jim Carrey no es menos graciosa que aquella.
El alocado actor se vuelve a poner al servicio de estos directores tras “Dos tontos muy tontos” y consigue combinar de manera muy acertada el humor muy gamberro de los Farrelly con su histrionismo y muecas habituales.
El resultado es una película tremendamente divertida, que cuenta con momentos desternillantes como lo de la vaca o el extraño albino que da la sensación de ser un psicópata asesino.
Pero, como siempre, lo mejor es el propio Carrey, con esa doble personalidad que, sobre todo cuando se pelea consigo mismo, saca una gran interpretación cómica de este actor.
Se trata de una buena comedia que cumple con creces su cometido (hacer reír), lo cual ya es algo en un género donde muchas se quedan en el mero intento de conseguirlo.
En su contra, que quizás sea demasiado larga y que tarde un poco en arrancar la historia.

Los hermanos Farrelly son unos directores que tuvieron un gran éxito con algunas películas que crearon en los 90, y eso produjo que se le coronara como reyes de la comedia en ese momento. Pero claro, no es justo que se defienda todo lo que hacen simplemente porque es de los hermanos Farrelly.
Porque la verdad, es que estos directores tienen más fracasos que aciertos; y eso hace que no confíe mucho en su criterio para hacer cine. Así que hay películas que me parecen divertidas dentro de su humor absurdo como "Dos tontos muy tontos" o "Algo pasa con Mary", pero hay otras que lo absurdo se queda de lado y pasa ya a lo chabacano y a lo estúpido.
En esta ocasión nos encontramos ante un claro ejemplo de película que decepciona en casi todo, y por consiguiente hace que la carcajada no esté presente salvo en algunos momentos puntuales.
Su historia que puede parecer en un principio divertida, y que se le puede sacar mucho juego; al final se queda en algo mediocre y sin sentido, que se pierde en unas direcciones que desconciertan y no conectan ya que las escenas están muy mal planteadas, además de contar con una serie de personajes mal dibujados y creados que únicamente decepcionan.
Sin lugar a dudas lo mejor de todo es Jim Carrey. Es verdad que no es una actor que me entusiasme mucho, pero para personajes histriónicos de comedia es un genio. Es impresionante la capacidad que tiene para diferenciar a los dos personajes. Un diferenciación no solo vocal; sino que corporalmente su trabajo es sobresaliente, ya que uno es capaz de ver ese conflictos de los dos.
Junto a él nos encontramos ante una Renée Zellweger que empezaba ha abrirse camino en Hollywood. Es cierto que ya se le había visto en otras películas, pero todavía no llegaba a tener la fama actual. Su trabajo es simple y la verdad es que no aporta mucho, ya que su personaje no tiene mucho jugo ni sustancia.
Sí que hay algunos personajes secundarios puntuales que pueden hacer gracia, y que es donde uno puede apreciar esa locura de los hermanos Farrelly. Personajes como el enano negro y el loco albino son un claro ejemplo de ese mundo extraño y cómico que siempre exponen.
En fin, "Yo, yo mismo e Irene" es un film que no convence en mucho salvo la fantástica actuación de Jim Carrey y alguna escena puntual que realmente te hace reír. Pero dichas escenas no son muchas, y uno en todo momento busca esa comedia absurda que tanta fama les dio a estos directores. El problema es que esa búsqueda no es fructífera y acaba uno teniendo también un desdoblamiento de personalidad al sufrir con lo que uno le haría al guionista de este film.

Pocas películas han conseguido hacerme reír al nivel de esta, ahí lo dejo. El gran Jim Carrey, el mejor actor cómico en mi opinión, se come en todo momento la pantalla con una interpretación inolvidable. Por supuesto, ayuda el hecho de que tenga un papel perfecto para él. En este caso hace de un policía que sufre un trastorno de doble personalidad, y el resultado no puede ser más desternillante. No deja de sorprenderme lo bien que se mueve este hombre en la comedia. Y es que dudo, y mucho, que esta producción hubiera salido igual de tronchante con otro actor. El film resulta tremendamente divertido de principio a fin, lo cual tiene muchísimo mérito, y más todavía teniendo en cuenta que su duración se aproxima a las 2 horas, algo inusual en los productos de este género. Hay que decir que los personajes secundarios cumplen aportando su granito de arena a la historia. Renée Zellweger tiene bastante protagonismo y firma una actuación muy realista. El resto de intérpretes también se sabe adaptar al rol que le corresponde. Aviso de que se escuchan tacos en varias ocasiones, y esto lo digo más que nada porque puede que no sea del agrado de muchos. Termino recomendando esta cinta a todos los amantes de las comedias noventeras, y, especialmente, a aquellos a los que les encanta Jim Carrey, y lo dice alguien que no es precisamente un fan del cine de humor. En fin, risas enormes te esperan si la pretendes ver.

"Yo, Yo Mismo e Irene" es una comedia dirigida por los hermanos Farrelly, conocidos por su estilo de comedia irreverente y humor físico. La película presenta a Jim Carrey en el papel principal como el oficial de policía Charlie Baileygates, un hombre con múltiples personalidades, y Renée Zellweger como Irene, la mujer que se convierte en el objeto de su afecto. La película ofrece una comedia a menudo burda y exagerada que puede no ser del gusto de todos, pero que tiene sus momentos de risa genuina.

La historia gira en torno a Charlie, un hombre apacible y amable que trabaja como oficial de policía en una pequeña comunidad de Rhode Island. Sin embargo, debido al estrés extremo y la represión constante de su enojo, desarrolla una segunda personalidad llamada Hank, que es todo lo contrario: violento, audaz y rudo. Cuando Charlie e Irene se embarcan en un viaje por carretera juntos para proteger a Irene de criminales, las dos personalidades de Charlie compiten por su afecto.

Jim Carrey ofrece una actuación impresionante al interpretar dos personalidades opuestas. Su habilidad para cambiar de una a otra en un abrir y cerrar de ojos es impresionante y es el punto focal de la película. Renée Zellweger también hace un buen trabajo como Irene, proporcionando un equilibrio necesario para la energía frenética de Carrey.

La película es conocida por su humor físico y su estilo humorístico a menudo irreverente. Los hermanos Farrelly no se detienen en la creación de situaciones incómodas y vulgares, lo que puede ser polarizante para el público. Algunos encontrarán estas escenas y chistes divertidos, mientras que otros pueden considerarlos inapropiados o de mal gusto.

En cuanto a la trama, "Yo, Yo Mismo e Irene" sigue una estructura de comedia típica con situaciones cómicas que se desarrollan a medida que los personajes viajan por carretera. La película no se centra mucho en el desarrollo de personajes o en una trama profunda, ya que su objetivo principal es hacer reír al espectador a través de la exageración y la locura.

En última instancia, "Yo, Yo Mismo e Irene" es una película para aquellos que disfrutan del humor irreverente y físico de Jim Carrey, así como de las comedias descabelladas de los hermanos Farrelly. Es una película que no se toma en serio a sí misma y que ofrece risas para quienes estén dispuestos a sumergirse en su mundo de comedia estrafalaria.

Nota: 5/10