El secreto de Anthony Zimmer

Es así como se podría definir este film francés, en el que nada es lo que parece y en el que, en menos de 90 minutos, hay introducción, nudo y desenlace.
Todo dirigido sin prisa pero sin pausa, en la que priman más las interpretaciones que los efectos especiales y en la que por encima de todo está Sophie Marceau como protagonista del film, sin despreciar el trabajo de Yvan Attal.
En cuanto al film, su problema radicaría en que quizás el director nos da poca información en algunos casos y esto hace que a veces cueste encajar algunas partes del film.
Si tuviera que destacar una secuencia sería sin duda la del baño en la playa.
Todo esto hace que el film resulte en su contenido más que satisfactorio.

Lástima que Salle no sepa rematar la jugada porque esa casi primera hora, el arranque de este film tan hitchcockiano está realmente muy bien realizado y engancha al modo del maestro inglés. Sucede que el suspense va cayendo en pos de un facilón y rápido desenlace. Yvan Attal de hombre corriente metido en lios y Marceau como femme fatale están muy bien y en general todo el reparto. Mención especial para la música de Frederic Talgorn también subrayando la intriga al estilo Herrman. En general un film entretenido, muy entretenido por momentos pero que deja un sabor agridulce habida cuenta de cómo bajan las expectativas ante movimientos erróneos o por lo menos decepcionantes y facilones de guión.

Zimmer, un trápala de la estafa y del blanqueo de dinero internacional, está buscado por la policía y la mafia del mundo mundial, pero no lo pueden reconocer porque se ha hecho la cirugía estética. La agente Chiria, antigua novia suya, es encargada para tenderle una trapa a fin de que se dé a conocer para lo cual ella, que tampoco sabe la identidad de su propio novio -ya se necesita ser inútil- escoge al azar en un tren París-Niza a un viajero que le recuerda a su novio. Lo demás son carreras van y carreras vienen tratando de huir de los perseguidores que quieren matar al presunto Zimmer, quien al final se descubre [no os voy a fastidiar el secreto de A.Zimmer] cuando las mafias están a punto de cargarse a la agente-novia. Ella está a punto de liarse sexualmente a las bravas con el susodicho, pero la policía le disuade porque puede haber menores en la cercanía del salón del chalet. Entretenido thriller con muchas incoherencias que lo hacen poco creíble. El director podría haber articulado un argumento sin tantos cabos sueltos. Menos da una piedra.

Es de estas pelis que desde el principio enganchan, con todos los aspectos muy bien cuidados, una ambientación excelente, su punto de intriga que te mantiene espectante, pequeñas pero intensas dosis de acción, todo muy bien pero..., sí, hay un pero. Lo explican tremendamente bien las críticas que pone Filmaffinity en la pantalla del título, así que no lo repito aquí para no restar protagonismo a lo bueno que tiene el film, el que quiera saberlo lo tiene a mano.
No me arrepiento de haberla visto pero no la quiero volver a ver, lo pongo aquí para acordarme. (suelo releer mis propias críticas).
Saludoss

Descafeinado thriller francés de un director debutante y con una Sophie Marceau cada día más atractiva, probablemente lo único destacable del filme.

Con un comienzo interesante, el desarrollo de la cinta escapa a las mínimas exigencias de lo que se considera un thriller: el filme carece de ritmo, presenta la información de manera confusa y ni siquiera intenta arreglarlo atando cabos hacia el final. Jeróme Salle dispone bien las fichas en el tablero pero no sabe jugar con ellas, lo que promueve la apatía y la falta de interés en más de una ocasión.

Las interpretaciones tampoco llegan a ser solventes, incluyendo a una Sophie Marceau algo distraída, aunque siempre sin perder ese encanto tan característico que llena toda la pantalla. El papel de Yvan Attal es interesante pero no lo hace creíble, y lo transforma hacia la parte final de una forma desacertada.

Podríamos quedarnos con la fotografía de exteriores y con la Marceau, motivos suficientes para aprobar el filme, pero se necesita mucho más que eso para conseguir mantener un buen nivel y, sobre todo, el interés del público por una buena historia.

Regulera.