La peor noche de mi vida

Comedia barata, plana y sin gracia; esto es lo que nos ofrece esta película. De todos es sabido que sobre gustos no hay nada escrito, pero la simple idea de ponerle un 7 a esto (o similares) significa estar frente a alguien que no tiene ni idea de cine. Está claro que el sistema de notas medias está adulterado, es decir, no es fiable, ya que algunos usuarios, por ''compensar'' notas que ellos consideran bajas, les ponen notas altísimas para intentar subirla. Esto, además de inútil, es lo que hace quitarle toda credibilidad a las medias.
En este caso que hoy nos ocupa no es que se note mucho este factor, pero un aprobado después de ver lo que ofrece me parece de risa. Posiblemente estemos ante una de las ''comedias'', entre comillas, más burdas y malas de los últimos años. ¿Qué se le pide a una comedia? Pues, como mínimo, que haga reír y esta no lo hace en ningún momento. Repleta de situaciones absurdas, previsibles, sin gracia y llenas de tópicos son los calificativos que mejor la definirían.
La historia, además de poco o nada creíble, avanza a trompicones, sin calar al espectador en ningún momento y dando, a ratos, vergüenza ajena. Al tratarse de una cinta cómica no es importante tener en cuenta el asunto de la credibilidad, pero un mínimo sí que se exige y aquí en eso falla. Los primeros minutos, antes de entrar en materia, son aburridos y sobran por completo. Una vez que ya entra en el asunto la cosa mejora un poco, pero es tan poco el margen de mejora que apenas se nota. Los minutos van pasando y se van aconteciendo situaciones pobres, sin miga y sin gracia por allá donde pisa la protagonista. La típica trama de telefilm, para que os hagáis una idea. Simplemente es eso, desde la introducción, pasando por el nudo y luego el desenlace. No atrapa ni entretiene realmente en ningún momento.
El reparto es otro bodrio. Cogidos todos ellos con pinzas, incluso la protagonista, Elizabeth Banks. Ella, al menos para mí, es la única realmente conocida, pero aquí ni fu ni fa. No destaca, no hace creíble su personaje y, no sé, lo he notado todo muy sobreactuado. Hay momentos mejores y otros peores, pero a niveles generales he visto escenas muy sobreactuadas que te sacan por completo de situación (tampoco es complicado). El resto son mero relleno, personajes vacíos por completo que solo están ahí como simples espantapájaros. Todo este apartado, bajo mi punto de vista, suspende estrepitosamente.
Sobre el apartado cómico. Tratándose como se trata, en teoría, de una comedia, la idea de hacernos reír y pasar un buen rato debería ser la principal prioridad del director y guionistas. Pues parece que ellos tenían otra cosa en mente, porque hacer reír no lo consiguen en ningún momento. Esto era algo que ya me esperaba, las cosas como son, pero siempre te da impotencia estar frente a presuntas comedias y no reírte en todo el metraje. Esta no es la única, que conste. Este aspecto es horrible, no provoca ni meras sonrisas, nada. Si alguien se parte el pecho con algo de todo esto, en serio, te ríes por nada compañero.
En resumen ''Vaya resaca'' es una basura de principio a fin. Entra directa en el bloque de cine de sobremesa, del que emiten los fines de semana por la tarde en televisión cuya calidad es nefasta o como carnaza de videoclub. Como comedia es un asco y como cinta independiente está llena de tópicos y es previsible a más no poder. No se la recomendaría a nadie, ni siquiera gratis, es una pérdida de tiempo garrafal. No exagero, su nota media no le hace justicia y algunas críticas que he leído todavía menos. Una auténtica porquería.

Lo mejor: Nada.
Lo peor: Todo.

* Mala *

Esta tiene un aire, por el trasfondo periodístico, a aquella de Rachel McAdams, "Morning Glory" (2010), o la de Jim Carrey, "Como Dios" (2003), pero en el fondo lo que pretende Steven Brill es ofrecernos la versión femenina de la franquicia de los Resacones que empieza con "Resacón en las Vegas" (2009). Pero quién me lo iba a decir. Las de Bradley Cooper y compañía son bastante mejores que "Vaya resaca", precisamente porque a pesar de sus disparates se hacen mucho más creíbles. Ese es el mayor problema de este trabajo, que sólo la estupidez supina explica que la reportera Meghan Miles (Elizabeth Banks) no salga de inmediato de ese paseo de vergüenza que nos anuncia su título en el inglés original, "Walk of Shame".

De este modo se van encadenando enredos que resultan totalmente forzados e inverosímiles, pero que por añadidura no tienen ninguna gracia. Elizabeth Banks, es buena actriz además de guapa, se esfuerza con su vena cómica natural pero es que el guión no le da la más mínima oportunidad. El remate de esta historia llega con las amigas de la protagonista, que son bastante golfas. Me da la impresión de que las mujeres, ya sea buscando la igualdad, ya la liberación sexual, desean acceder al estatus de guarras. De hecho, se dicen unas a otras calificativos de este tipo, pero de forma positiva. Ahora bien, ser soez, acosar o tratar a los hombres como carnaza sólo te convierte en la versión más censurable y vulgar del varón.

Aunque lo cierto es que hay tantos candidatos que creo que no tiene demasiado sentido decir que es la peor película de un año, década o época X, al existir tantos horrendos largometrajes, sería más preciso indicar que simplemente es mala, horrible.

Cuando la empecé a ver no me imaginaba que iba a ser así, esperaba ver una aventura nocturna pero digna de verdad. Algo típico, pero desternillante, efectivo, que duda cabe. Elizabeth Banks puede ser divertida, pero todo, incluso ella está horrorosa en esta película que no puede ser más estúpida.

Me produce tirria hasta hablar de lo mala que es, pues me veo obligado a recordar, asqueado esa política de 'humor' por la que se rige esta película, que cree que es gracioso ver hora y media de subnormalidades exageradas hasta el colmo de lo bizarro, (de veras, me entro la risa cuando me enteré que toda la película iba a ser así) cuando todo se podría atajar con una simple exposición de elocuencia que no llevaría ni un minuto. Y Elizabeth Banks lo podría hacer sobradamente. Pero es que claro, entonces no habría película, y eso de hacer una trama inteligente, o al menos DIVERTIDA DE VERDAD no va con los responsables. Por eso nos vemos expuestos a una guionizada y medida al milímetro tortura de hora y media de aspavientos, diálogos y escenarios ridículos y lamentables, siempre bajo un tono burlón, mordaz, que supuestamente hace gracia y tiene la intención de resultar rebelde, moderno ¡incluso ingenioso!, pero que no son más que gilipolleces propias de subnormales, pero da igual, mientras que sea dicho de manera 'ingeniosa' y 'guay', aunque en realidad no hayas dicho nada importante, parece como que sí. Eso resulta muy acorde con el rollo hipster, entre los que seguro que este engendro de película procura encontrar a su público.