El Gran Hotel Budapest

El mágico cuentacuentos Wes ha vuelto a la ciudad.
Es hora de dejarse llevar a la imaginaria Europa de Zubrowka y visitar el hermoso y decadente Grand Hotel Budapest.
Hoy refugio de almas solitarias pero antaño uno de los hoteles más prestigiosos y refinados del continente.

Una estética preciosista e imposible, cromatismos salidos de la paleta de un pintor, planos medidos al milímetro, un reparto de lujo encarnando un ejército de personajes teatrales y carismáticos (quizá un tanto particulares, pero ya saben cómo es Wes, con él poco o nada es convencional), un florido lenguaje y ese halo nostálgico tan característico de las creaciones de su director, es lo que encontrarán.
Ya verán como disfrutan en la compañía de Gustav y su pupilo Zero. Seguro que se encariñan con ellos.

Además la película está llena de pequeñas travesuras que les harán mantener una sonrisa casi perenne durante su metraje. Atrezos estrambóticos, diálogos juguetones, slapsticks recurrentes, requiebros de guión y todo tipo de juegos con la cámara se encargarán de ello.
Ah! Y nuestro hilo musical... el maestro Desplat les encantará.

En definitiva, Anderson cinco estrellas. Vengan a visitarnos, no se arrepentirán.

Las películas de Wes Anderson tienen la particularidad de ser luminosas tratando temas profundos como el amor o la familia, y de contar en tono de comedia con personajes excéntricos y peculiares interpretados por grandes actores. Su último film, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en la pasada Berlinale, no es una excepción, al contrario. Escrita por el propio realizador, la historia es compleja y ambiciosa aunque no lo parezca en su realización ligera: cuenta la amistad entre un veterano conserje y un joven trabajador de un lujoso hotel, donde se ha cometido el robo del un valioso cuadro y hay una disputa familiar por una fortuna, todo esto ambientado en el periodo de entre guerras del siglo XX. Esta es una inteligente y maravillosa comedia, de personajes con ternura, interpretados por un elenco extraordinario, en que destacan Ralph Fiennes, Saoirse Ronan, una muy maquillada y anciana Tilda Swinton, Willem Dafoe, Jude Law, Léa Seydoux, Mathieu Amalric y hasta Harvey Keitel, junto a veteranos del director como Owen Wilson, Adrien Brody, Bill Murray o Edward Norton. Visualmente fascinante, como es propio de Anderson en que cada plano está detallado, esta es una de las mejores propuestas de estas semanas, una joya que vale la pena disfrutar.

Con mucho retraso, porque había algo en ella que no terminaba de llamarme la atención, pero por fin he decidido caer en las redes de Wes Anderson y dejarme seducir por el encanto y simpatía de una película que acabará en los Top de media crítica mundial. Y no es para menos, porque creedme que ‘El Gran Hotel Budapest’ lo tiene todo.

Emoción, amor, intriga, comedia, robos… No falta ,ni siquiera, un gran tiroteo final para aderezar la vibrante e imaginativa historia que nos encontramos. Cuando piensas en una escena de la película, entiendes perfectamente que era necesaria para el siguiente acontecimiento de la historia y lo bien preparada que estaba.

Todo filmado con las características de Wes Anderson. Los aficionados al cine van a alucinar con algunos encuadres y la dirección de muchos de sus planos. Me quito el sombrero con la magnífica dirección artística y actoral de la película. El momento “fuga”, es de los más redondos del cine de este año.

Encima, no puede tener mejor reparto (Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Edward Norton, Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Jude Law, F. Murray Abraham, Adrien Brody, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Mathieu Amalric, Jason Schwartzman, Tom Wilkinson, Bill Murray, Owen Wilson, Léa Seydoux…) repleto de caras conocidas que tienen pequeños papeles, pero que todos aportan para tener su momento en la historia.

Han pasado ya unos días desde que la he visto, y cada vez que recuerdo una escena, se me pone inmediatamente una sonrisa en el rostro. Película encantadora donde las haya. Pasaos por ‘El Gran Hotel Budapest’. Visita recomendada: alojamientos de lujo y personal que derrocha simpatía. ¿Qué más le podéis pedir?

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Es una muy buena película. La trama es divertida (no es de aquellas que te morís de la risa) pero tiene una picardía que la convierte en algo disfrutable. Aún no entiendo como no nominaron a Ralph Fiennes al Oscar y si a Bradley Cooper.
Las imágenes geniales y la música impecables.

Vaya por delante que siento gran debilidad por Wes Anderson, el autor de ese pastel dulce y deliciosos llamado "El gran hotel Budapest". Me arrodillo ante su humor fino, sus personajes, su fotografía y sus enredadas y alocadas tramas. Y creo además que con esta película ha conseguido su trabajo más redondo hasta la fecha.

Los actores están maravillosos, los saltos temporales, la química entre los personajes, las localizaciones y el tono de la película me resultan acertadísimos. Ralph Fiennes se encuentra en estado de gracia y nos regala las mejores escenas de la película.

De hecho, un leitmotiv dentro del film son los pasteles a los que el personaje del bueno de Ralph es adicto. Pues bien, esos pastelitos que aparecen son una gran metáfora de cómo es esta película: bonita por fuera y tierna por dentro, colorista, dulce y que deja un gran sabor en la boca.

Puede parecer una película menor por su estilo y premisa, pero transmite gran veracidad en cada uno de sus fotogramas. Las diferentes capas que componen la historia están perfectamente hilvanadas y todo el guión se sostiene sobre un reparto de lujo que no permite que el ritmo de la trama flaquee en ningún momento.

He de avisar que no se trata de una película de carcajada. Es una comedia inteligente y fina, más de sonrisa. Pero de una sonrisa continua que a mí me mantuvo feliz durante todo el metraje y hasta que llegué a mi casa. Es el relato de un lugar y de una época convulsa que ya nunca volverá. Y, mientras ves la película, te dan ganas de pertenecer a esa gran familia que es El Gran Hotel Budapest. Te implicas con sus pequeñas historias, tan ricas en matices. Te encariñas de los actores y de sus defectos. Y tengámoslo claro, cuando uno se enamora de verdad de alguien es cuando uno es capaz de apreciar los defectos del otro, y quererlos.

Lo mejor: Los actores, sobre todo Ralph Fiennes, los decorados, Ralph Fiennes, la fotografía, Ralph Fiennes, el ritmo... ah, y Ralph Fiennes.

Lo peor: Que pueda parecer una comedia menor. Y que no podamos tener una película de Wes Anderson cada año.