Historias cruzadas

A los cinco minutos supe de qué iba; a los diez comencé a ponerme nervioso. Tuve que abandonar el cine a los tres cuartos de hora, harto de tanta estupidez encarnada en las protagonistas de color blanco y de tanta sabiduría como atesoran las protagonistas de color oscuro. Archisabida, previsible y odiosa. Seguramente las artistas lo hacen muy bien y la ambientación y el vestuario son de primera. Así pues, que les den un Óscar y que se vayan a paseo.

Una buena manera en que el cine hace al mundo un lugar mejor es educándonos a todos. Por ejemplo el día de hoy aprendí que la gente negra no reclamó sus derechos en EEUU porque se aburrieran de tener que usar los asientos traseros de los autobuses o por la indignación de ser tratados como subhumanos.

¿Malcom X? Ni idea de quien es ¿Martin L.K.? En serio no sé quienes son esos. No, como todos sabemos ahora, la gente negra consiguió sus derechos gracias a que una niña rubia y pretenciosa quería restregarle en la cara a sus amiga cuan buena y no racista era. Porque como todo el mundo sabe a menos que la asombrosa gente blanca les impulse sería imposible que simple gente negra pudiera lograr algo.

Vaya, la gente blanca es fantástica... Tate Taylor me debe una escena de Denzel Washington interpretando a Malcom X cazando amas de casa rubias de clase media con un rifle de asalto; sólo así compensará esta película.

"Nadie puede darte tu libertad. Nadie puede darte tu igualdad o justicia o cualquier otra cosa. Si tú eres un hombre, tómalas."

Malcom X