Los Miserables: La leyenda nunca muere

Adaptación cinematográfica de la excelente obra de Victor Hugo "Les miserables", en donde pese a mutilar bastante la novela, resulta una excelente historia, que refleja a al perfección el París de principios del siglo XIX, con un excelente vestuario y unos exteriores muy logrados.
La obra se asienta en un gran reparto encabezado por Neeson (como Jean Valjean) y a Rush (como Javert) que representan de manera sobria a los antagónicos personajes, aunque sin llegar a la calidad interpretativa de Depardieu o Malkovich en la versión de la obra para TV.

Muy buen ritmo narrativo, esto es lo que destacaría de la película. Además de la ambientación y de los actores, magníficos todos ellos.

En cuanto a lo de las adaptaciones, siempre he creído que hay que valorar la obra original literaria de una forma, y su adaptación cinematográfica de otra completamente distinta, como si fuesen entes separados y autónomos, porque de hecho lo son, sobre todo para el que no ha leído previamente el original.

Quizás como negativo el hecho de que algunas escenas de las más terribles carecen un poco de intensidad dramática, pero esto no es extraño en historias tan terribles y límites.

No he tenido contacto directo con la novela original, pero sí que antes de ver esta película vi la que protagonizó Gerard Depardieu, al parecer muy fiel al texto y por ende más larga (270 min. contra los 134 de aquí) y más compleja en su desarrollo.
He de decir que ambas son de una gran calidad y que ésta, a pesar de adaptar solo una parte del relato y de comerse bastantes cosas, como película no tiene nada que envidiarle a la versión gala. Liam Neeson realiza un buen papel y Rush, a pesar de faltarle un poco de profundidad para explicar sus actitudes finales, compone un antagonista logrado. No me hicieron olvidar a Depardieu y Malkovich, pero casi. El resto de actores cumplen con sus cometidos de forma muy aceptable. La fotografía está bien, el relato es fluído y yo pasé un buen rato visionándola. La recomendaría.

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Bille August dirige con buen gusto a un reparto excelente que sabe captar muy bien la atmósfera de la exigente "Los miserables", una de las grandes piezas literarias de Víctor Hugo. Con Liam Neeson como creíble y convincente protagonista (gran presencia), volvemos a sumergirnos en el turbulento París que cambiaba de siglo.

No lo hace solo, muy bien acompañado por un implacable Geoffrey Rush como Javert, aunque quizás, el desenlace de esta enemistad no queda del todo claro, más por la premura en la adaptación, que por falta de talento en dos actores soberbios. Asimismo, entre el elenco femenino, Uma Thurman sobresale desde el primer instante y que, aparte de musa de Tarantino, hablamos de una de las mejores actrices que han salido en los últimos tiempos.

Sin lugar a dudas, el trabajo de 1998, aparte de un correctísimo ejercicio de eclecticismo y buena puesta en escena, no aporta ninguna nueva perspectiva que nos permita hablar de "la definitiva", aunque, da la sensación de que las ricas páginas de la novela del XIX harán que, cada generación, tenga su versión de Jean Valjan y el universo que explora.

Correcta y sin alardes, dando eso sí, la desagradable sensación, de que hubo premura a la hora de acabar.

A pesar de existir innumerables adaptaciones de la obra de Víctor Hugo, fue con esta versión de Bille August con la que descubrí el famoso clásico.
Y no solo disfruté con la película, sino que me animé a leerme la novela en su versión íntegra, que es más larga que un día sin pan.
Esta versión cuenta lo más esencial de la historia, teniendo en cuenta la magnitud de la misma.
La ambientación de la Francia del siglo XIX en los albores de la Segunda Revolución Francesa es espectacular.
Los actores están a la altura de las circunstancias. Los dos protagonistas están sublimes, pero también hay buenos papeles de Uma Thurman y Claire Danes, entre otros.
Al protagonista le pasa casi de todo en su vida, pero lo más importante es su confrontación con el personaje de Geoffrey Rush, garante de la justicia y de la ley. Es una historia de redención y de venganza, de injusticias, de persecución y de aventura, en la que la obsesión de un hombre marca la vida de otro, que solo quiere vivir en paz.
Es un drama intenso y emocionante en el que no paran de pasar cosas. De hecho, se nota el afán por contar la máxima cantidad posible de cosas del libro, a pesar de ser una tarea prácticamente imposible sin recurrir a ser una serie televisiva.
Absolutamente recomendable.