Tabú

Doy por hecho que no seré capaz de convertir en palabras el cúmulo de evocadoras sensaciones de este folletín que condensa de forma simple y magistral toda la esencia del cine. Como homenaje al septimo arte me parece perfecto. Gomes y Marianna Ricardo desarrollan un guión alambicado que no escatima elementos nobles y básicos de este arte de sueños, para destilar de forma invisible y sencilla un elixir tan único e irrepetible como volatil. Aquellos que hallamos tenido la suerte de tener los sentidos despejados y libres de prejucios durante 100 minutos, (lo siento por mi admirado Boyero) habremos recibido un shock inesperado, una fragancia de aromas pasados, presentes y futuros dificiles de olvidar.

Dicho esto, "Tabú" muere inmediatamente como los ruiseñores si se la encierra en salas comerciales donde el nombre de Griffit o Melies ya nada importa. Aún así el melodrama funciona como a funcionado siempre, el humor (me he reido más que en muchas comedias) podría estar firmado por Woody Allen en muchas de sus lineas y la actuación de las actrices en su primera mitad "hablada" es fantástica.

La soledad vital de Pilar, te deja temblando en la escena del cine junto a su acompañante y a uno le cabe la sospecha de si toda la historia no es más que una ensoñación de la propia Pilar que toma de la pantalla la ficción para construirse una realidad que suplante la mediocridad de una vida de "buena persona".

En este caso los personajes no salen de la pantalla sino que el espectador los traslada fuera de ella para introducirlos en su propia realidad alternativa.

En fín...la mirada colonial, la magía de los ojos pintados en la penumbra del blanco y negro inmortal, la utilización tan descarnada y brutalmente efectiva de la música, empujando en el momento justo para que rueden cuesta abajo los sentimientos. !Uf¡

Me rindo. Les dejo con el comentario más acertado pero menos apasionado del New York Time, el cual subscribo en su totalidad:

"Tabu es la palpitante demostración de cinefilia en acción. Para el Sr. Gomes, antiguo crítico de cine, el extinguido estilo y tono del cine clásico no es base para la imitación o la parodia, sino más bien sustento para el material onírico comunal, para ser explotado por algo nuevo y misterioso."

Que grande es el cine.

Cada tanto aparece (o, mejor dicho, se difunde) alguna película que rompe la monotonía del cine actual, en el cual, si bien se suele popularizar a directores que están en los límites de Hollywood (pienso en directores como Cronenberg, Lynch, Malick, von Trier, etc.), no es común que se difundan obras tan extrañas como ‘Tabú’. Lo más recientemente extraño que vi fue ‘Holy Motors’ de Leos Carax, aunque su relación con el espectador es de otro orden, si se quiere, “intelectual” (con ‘Tabú’, creo, es la de un disfrute sin pretensiones). Miguel Gomes apuesta a la añoranza para acercar emocionalmente al espectador a su obra, a la vez que lo distancia haciéndolo consciente del hecho cinematográfico. Es el placer del director por el artificio del relato filmado el que genera un clima enrarecido, ambiente ideal para amalgamar la realidad, la fábula, la vigilia y el sueño.

LEE LA CRÍTICA EN http://quecinemirar.blogspot.com.ar/2013/04/tabu-2013-portugal.html

Tabú, de Miguel Gomes, es una propuesta formalmente irreprochable, que juega con dos elementos (el blanco y negro de la fotografía, y la alternancia sonoro/silencioso en los diálogos) de manera hábil y sensible, pero que, en su debe, cuenta con una historia de amor que no aporta nada nuevo a las convenciones temáticas en la materia y cierto desaprovechamiento de un entorno físico (el africano), que no pasa de ser una ubicación irrelevante para la trama. De todos modos, recomendable: el disfrute estético está garantizado...

Un engendro entretenido, entendiendo por "engendro" la acepción menos grave, es decir, una muy sui generis composición del director Gomes, sobre los amores africanos de Aurora. Todo ello muy "kitsch" , y aquí seguiré a la Real Academia parcialmente , que define kitsch "Estética pretenciosa, pasada de moda y considerada de mal gusto". Le quitaría lo de "considerada de mal gusto" , pues para mí no despierta los furores cinematográficos, ni en un sentido ni en el otro, que he leído de los "doctos críticos". Como decimos en mi país, "ni carn ni peix" ( ni carne ni pescado)

Y , lo siento, no hay ningún spoiler a escribir, así que "colorín colorado, este cuento se ha acabado" .
Bueno, el posible spoiler ya lo he adelantado en el título: buscaré las de Murnau, en quién --según leo de uno de los doctos - bebe Gomes. O así lo he entendido yo, simple espectador de a pie...

Tengo que comenzar esta crítica diciendo que he ido a ver Tabú, sin haber visto previamente la homónima de Murnau. Por ello, no puedo compararlas y hablaré simplemente de la más reciente. Es una película con dos partes muy diferenciadas; la primera narrada en la actualidad, es fresca y en muchas partes enteramente cómica (destacar a una enorme Laura Soveral). Rodada con un sentido del humor y despreocupación maravillosas. La segunda es el relato de una historia de amor con una belleza visual impactante y onírica. Es una narración muda con una voz en off eficaz y para nada invasiva.
A pesar de ser tan diferentes integran un todo magnífico, sin hablar de su prólogo, una fábula que nos recuerda a la más pura Amelie.
En la película pueden sentirse influencias además del obvio Murnau, de muchos grandes como Allen, Bergman, Dreyer , y hasta por momentos el más poético Von Trier. Rodada con un exquisito gusto, es una película muy recomendable, para reír y disfrutar a partes iguales. Imprescindible visualizarla en VOSE.