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Redención (Tyrannosaur)

Drama Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan ... [+]
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Críticas 77
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tyrannosaur no es el spin-off de Parque Jurásico. Sin embargo ambas albergan minutos que dejan sin aliento al espectador. Desde un prisma muy distinto a la obra de Spielberg, la cinta consigue emocionar. Y lo hace por la cercanía con la que está expuesta. Considine debuta en la dirección cinematográfica de una forma contundente, sin medias tintas, abofeteando como pocos noveles hacen. Con una historia incómoda, esperanzadora y sobre todo realista. Sin florituras, mostrando en carne viva el sufrimiento de dos individuos y el vínculo que se crea entre ellos. Dos almas necesitadas la una de la otra. Una para superar su turbio pasado y la otra su ensombrecido presente. Las acciones del uno se convierten en paradigma para desterrar la tortura del otro.

Para Joseph (Peter Mullan) la vida no es más que expirar violencia mientras que para Hannah (Olivia Colman) sus días transcurren inhalando temor. Él es un ser amargado que encuentra en la ira su válvula de escape. Ella, una samaritana que vuelca en el cristianismo sus debilidades. De él poco sabemos. De ella demasiado. Los personajes están estudiados al milímetro, sin embargo expuestos de manera desequilibrada. La inteligencia del guión radica en la necesidad imperante de conocer el pasado de Joseph con el objetivo de entender su comportamiento y para ello hemos de hundirnos en la vida miserable de Hannah.

La película apenas permite que salgamos a la superficie a coger aire. Los cuidados detalles logran una ambientación sórdida, casi marginal, necesaria también para navegar por la mente de los protagonistas. Tanto Mullan como Colman se dejan la piel ante sendos personajes. Su entrega es demoledora. Interpretar al dolor en su vertiente física y mental no es sencillo y en ambos recae el peso de una cinta que en momentos peca de excesos. Sin embargo esa catarata dramática adquiere su redención en un final atípico. Se agradece sobremanera como el director cuenta una historia sin caer en el vicio espantoso del obligado enamoramiento.

A diferencia del animal al que se hace mención en el título, la ópera prima de Considine llega sin apenas ruido. Hasta ahora sólo ha visto la luz en algunos festivales dejando un buen sabor de boca pero allí por donde pasa, como apreciamos en los Premios del Cine Independiente Británico, va dejando huella.

Lo mejor: su falta de moraleja.
Lo peor: recurrir a lo incómodo en ciertos pasajes es muy cómodo.
Ulher
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16 de enero de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que olía bien y así ha sido, "Tyrannosaur" es una buena película, intensa y muy sentida. Con una historia de dos almas heridas, dejadas de la mano de Dios, completamente antagónicas y que el caprichoso destino consigue que se encuentren. Surge entre ambos una conexión espiritual y se alivian, se consuelan, se temen y se respetan y todo ello bajo un realismo atroz.

El gran logro de Paddy Considine es la honestidad, todo en "Tyrannosaur" luce muy pero que muy auténtico. Tiene escenas realmente jodidas de digerir, sí, pero no son gratuitas. Ira, angustia, auto-destrucción, ingredientes todos ellos muy presentes en la agobiante atmósfera de la película que sin embargo, opino, no impiden la redención y el optimismo en el tono general de la película.

De sus protagonistas diré que sencillamente estamos ante un casting colosal. Lo de Peter Mullan es tremendo, qué mirada tiene el cabrón. Te gana desde el primer momento en que aparece en pantala. El carisma es algo tan difícil de conseguir.. Luego está Olivia Colman, inmensa, con un papel complicado por la miseria que arrastra el personaje y que resuelve a las mil maravillas. Me dejo para el final al amigo Eddie Marsan, desde ya, el mejor trabajo masculino de reparto del 2011, ni Plummer, ni Brooks ni pollas en vinagre, lo que hace este señor en doce minutos de aparición es terrorífico, acojonante.

Argumento muy recurrido? Tal vez. Algo excesiva? Es posible, lo que está claro es que sorpresas de este tipo se cuentan todos los años con los dedos de una mano (y siempre me sobran dedos).

Un "7" para esta pequeña historia de amor con durísimo telón de fondo.
Sanjuan
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26 de julio de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tyrannosaur (Redención, Tyrannosaur, 2011) es una película ciertamente dura. El director, Paddy Considine que debuta con esta película en el cine, previo paso en el cortometraje, consigue crear una atmósfera muy singular para la película. Una atmósfera opresiva, que no permite al espectador ni un minuto de relajación. No hay felicidad en Tyranossaur. Incluso en los momentos que podríamos destacar como alegres a los personajes les pesa una losa de perdición y derrotismo.

Por este motivo, también es justo decir que Tyrannosaur puede pecar de cierto pesimismo artificial, que parece insuflado de manera arbitraria en la película, con tal de conseguir un mayor efectismo en la reacción del espectador. En ocasiones, el drama de Tyrannosaur está tan viciado que es imposible respirar entre secuencia y secuencia. El dramatismo de la película es pues un arma de doble filo, porque si es cierto que aporta una de las mejores características de la película (su ambientación), también es cierto que es parte del lastre que acaba haciendo que Tyrannosaur no sea una obra maestra.

Hay que decir que el primer cortometraje que realizó Paddy Considine, Dog Altogether (Dog Altogether, 2006) es una especie de obra que anticipa la propia Tyranossaur. Contando con los mismos actores (Peter Mullan y Olivia Colman) y con el mismo argumento. Un cortometraje que allanó pues, la opera prima del director.

El argumento es fácil de seguir. Nuestro protagonista, interpretado por Peter Mullan es un hombre viudo que se encuentra totalmente derrotado por la muerte de su mujer, cinco años atrás. Se trata de un personaje que podemos seguir con facilidad, pues el arquetípico del hombre que se contrapone contra el mundo entero es un tipo bastante común en el cine contemporáneo, acostumbrado a mostrarnos personajes que pagan su frustración con el uso de la violencia. El arquetipo aparecía perfectamente definido en The Wrestler (El Luchador, 2008) de Darren Aronofsky, aunque podemos rastrearlo con mucha más anterioridad en el cine. También hay que decir que la interpretación de Peter Mullan hace que la película gane enteros, construyendo un personaje que a pesar de cometer una y otra vez actos que rozan lo criminal, sigue inspirando lástima en sus acciones. De voz gangosa y gestos bruscos, nuestro protagonista se enfrenta continuamente contra el mundo, en una lucha perpetua donde tiene todas las de perder. Uno de los temas que más ha tratado el arte contemporáneo, como es la lucha del hombre, aislado de la civilización moderna, frío e incapaz de mostrar sus sentimientos a nadie.

Pero la redención vendrá precisamente cuando nuestro protagonista conozca a un personaje que se encuentra en una situación de desesperación similar. Se trata de una mujer, ferviente creyente, que nuestro protagonista conoce por trabajar en el mismo puesto en el que conoció a su primera mujer. Interpretado por Olivia Colman, rápidamente veremos sus propios fantasmas, pues este personaje recibe malos tratos de su marido, que interpreta el siempre eficaz intérprete Eddie Marsan. Si Peter Mullan bordea la excelencia con su interpretación, poco menos se puede decir de Olivia Colman, que asombra con un personaje que a priori parece mucho menos provechoso que el principal, pero que sin embargo brilla con luz propia gracias a ella.

Evidentemente el romance entre los dos queda proyectado desde el primer minuto en el que se conocen, aunque debido a los traumas de cada uno, la película es reticente en explorar esos caminos. Lo que plantea la película es más una recuperación de la dignidad de cada uno de los dos personajes mediante el conocimiento y aceptación de su compañero.

Sin embargo y como ya comentaba anteriormente, la película tiene encima una losa bastante pesada. El director sacrifica el naturalismo de la película en pos de un dramatismo exacerbado, que en múltiples ocasiones hace que la película se acabe convirtiendo en una perpetua serie de desmanes argumentales que incluso pueden rozar lo que popularmente diríamos como culebrón.

Las calles de los degradados barrios por donde se mueven los personajes también tienen un papel importante en el filme. Sirven para acompañar el estado de ánimo de la película, enseñando una galería de personajes secundarios que además cumplen un cometido dentro de la trama. La película, que en parte se rodó en Leeds, nos muestra una de las pocas amistades del protagonista masculino, como es un pobre niño de los suburbios, así como otro personaje que se mantiene a base de alcohol. De dura y lastimera condición, Tyrannosaur es un filme necesario visto el oasis de realidad que abunda en las carteleras.

http://neokunst.wordpress.com/2014/07/27/tyrannosaur-2011/
Kyrios
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23 de marzo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los siempre incomprensibles designios de los estrenos en nuestro país han querido que en una semana compartan cartelera dos cintas que, de fijarse los incautos solamente en su título, seguramente saldrían de la sala con un alto grado de decepción y cabreo. Una de ellas, 'Extraterrestre', del gran Nacho Vigalondo, en la que los marcianos, de manera similar a aquella otra maravillosa engañifa de Gareth Edwards titulada 'Monsters', se limitaban a deleitar al respetable con alguna que otra aparición más bien efímera. La segunda la que ahora nos atañe, se ha visto exenta de este más que posible handicap de cara ala valoración final por parte del espectador, merced a una traducción que juega el efecto contrario al original.

En nuestro país, con 'Redención', a pesar de que no tengamos demasiadas pistas respecto a la sinopsis, sí podemos hacernos a la idea de por dónde irán los tiros. En el resto del mundo se lee 'Tyrannosaur' en el cartel... y los pobres desprevenidos que vayan con la intención de ver una de dinosaurios, corren el riesgo de salir escaldados de la experiencia. ¿Estamos ante el enésimo caso de publicidad engañosa? ¿O tal vez se trata de otra licencia artística incomprensible? La segunda opción es la más plausible, pero en realidad, ni una ni otra. En este sentido, mira uno el debut como director (y como guionista en solitario) de Paddy Considine y efectivamente se da cuenta de que no hay ni rastro de ninguna criatura prehistórica... al menos no lo hay en el sentido literal.

Sí hay sin embargo un pobre diablo que en estado de semi-embriaguez (tirando de eufemismos) hace rondas nocturnas por unas calles que parecen aterrorizadas ante su presencia. Sus terribles andaduras son el claro reflejo de esa idea que tantos cineastas han tratado plasmar en sus filmes (y que otros tantos van a hacer en el futuro), pero que tan bien condensó el inmenso Paul Thomas Anderson en una sola frase: ''Puede acabáramos con el pasado... pero el pasado no había acabado con nosotros''. Así, poco a poco, al igual que el paso errático de los borrachos, el filme va hilvanando un hiriente discurso sobre el peso de ciertos sucesos, que independientemente de que en su momento tuvieran o no su correspondiente castigo, pueden tornarse más adelante en la peor de las condenas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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14 de julio de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Mullan tiene uno de esos caretos que la cámara quiere sí o sí. Últimamente anda encasillado en papeles muy parecidos pero uno tiene la sensación de que el objetivo le amaría igual se ponga en el pellejo que se ponga. Ademas resulta que es buen actor y mejor director.

Otro actor de esos a los que les dan premios sigue cosechandolos con esta su opera prima bien realizada y cuyo guión, del propio Cosidine, a mi juicio es su punto flaco. Película violenta sobre la violencia que sin mostrarla explícitamente, nos violenta durante hora y media.

Independientemente de que no soporto la violencia con los animales y me apunto a aquello de que los niños y los animales no tienen la culpa sino los padres y los amos. Lo de amo ya se las trae, menos me gusta que de alguna manera Cosidine justifique la bestia que llevamos dentro en función de como nos vaya la vida y que asumamos un castigo proporcional.

"He hecho lo que todos querríamos hacer y nadie se atreve", declara en un momento dado el protagonista. Pues mire, no. Lo del ojo por ojo nos deja a todos ciegos y el director no se molesta en sugerir las causas y los remedios antes de que todo explote en nuestra cabeza y agarremos el bate.

Entronca en este sentido con "Harry Brown" de Daniel Barber. Parece que algunos ingleses y su forma de mejorar la sociedad se esta radicalizando con mensajes que empiezan a oler a fascismo.

Nada que objetar al excelente trabajo de Olivia Colman y a la denuncia sobre el sangrante, y nunca mejor dicho, problema de la violencia de genero.

Alguien no obstante debería escribir un ensayo sobre la proporcionalidad que se da últimamente entre los film violentos o sobre la violencia y la cantidad de premios que cosechan. Cuanto más carne cruda macerada más estatuillas.
ELZIETE
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