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Cortina rasgada

Intriga Michael Armstrong (Paul Newman) es un físico norteamericano que viaja a la República Democrática Alemana con Sarah Sherman (Julie Andrews), su novia y secretaria. Una vez allí decide solicitar asilo político. En realidad, ha fingido ser un desertor y traicionar a su patria con el fin de acceder a un prestigioso investigador de la Alemania Oriental, y poder así obtener datos sobre una peligrosa tecnología nuclear soviética. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
20 de octubre de 2008
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En manos de otro que no fuera Hitchcock, esta película hubiera quedado confusa y mal hilvanada por culpa de la inoperancia del director. Pero Don Alfred consigue mantener el interés de una enrevesada trama cada vez que el guión puede decaer en trivialidades. Especialmente bastan tres escenarios para lograr esto en más de dos horas, al igual que dotar de cierta razón de ser a algunos personajes que parecen "de relleno" (ver spoiler).
También funciona la química de sus dos atractivos protagonistas, Paul Newman y Julie Andrews (alejada aquí del musical), los cuales curiosamente no volvieron a trabajar con Hitchcock.
Además, la película contiene unos cuantos mensajes a propósito de la Guerra Fría, realizando una crítica política a la misma dentro del contexto de la "fuga de cerebros" de brillantes científicos de ambos lados del Telón de Acero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis Miguel
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7 de mayo de 2020
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
De los grandes directores clásicos que empezaron a trabajar entre el ocaso del cine mudo y los albores del sonoro, a parte de las indiscutibles obras maestras que legaron, es de admirar lo extensas que son algunas filmografías. Mientras les dejaron trabajar, Ford realizó más de cien títulos, Walsh cuenta con más de noventa y Hawks con más de cuarenta, por poner algunos de los más notables ejemplos.

No es difícil pues, pasa por alto o dejar de ver películas de estos autores que son catalogadas como "menores". Realmente, poco importa que algunos críticos (o la mayoría) tengan la valentía de catalogar un film de estos directores como menor, nos podríamos preguntar incluso si tiene sentido esa etiqueta. Visto desde el ángulo correcto, debería verse como un milagro que estos directores fueran tan creativos y prolíficos. Saber que, por poner otro ejemplo, aún me quedan más de veinte películas de Fritz Lang por ver, es algo magnífico.

En el caso de Alfred Hitchcock -del que también me falta una cantidad considerable de títulos por ver- Torn Curtain es la película número cincuenta que realizó. La reseña más valorada en Letterboxd comenta sobre esta película algo así como "Hitchcock en piloto automático". Todo lo contrario pienso yo.

Cierto es que, después de la serie de obras maestras que había realizado Hitchcock en los cuarenta y cincuenta -no hace falta ni mencionarlas- el director británico no tenía nada que demostrar. Puede ser cierto también que nos encontramos con una trama encorsetada en su tiempo (espías internacionales, el temor a la guerra nuclear, el telón de acero). Lo que es indiscutible es que viendo Cortina Rasgada nos encontramos con un director en la cima de sus habilidades, desplegando todos y cada uno de los recursos reconocibles de su cine, con el fin de manipular y llevar en volandas al espectador. Conmigo al menos, lo consiguió. Estuve flotando durante dos horas, como me ocurrió con North by northwest (con la que comparte el ritmo frenético desde la primera escena y el sentimiento de peligro constante), película que por algún motivo o por otro tiene una reputación infinitamente superior a esta.

En North by northwest, la trama se desencadena por el error de unos espías, que confunden al personaje de Cary Grant con George Kaplan, un agente del gobierno. Vemos entrar a estos espías en el restaurante donde está reunido Cary Grant. Vigilan por todo el restaurante buscando a Kaplan. El camarero pregunta en voz alta por Kaplan un par de veces, cuando justo en ese momento Grant, ajeno a los espías, tiene que irse. Hace el gesto para llamar al camarero. Los espías entienden que Grant responde al nombre de Kaplan y vemos una grúa que va desde el gesto de Grant al primer plano de donde están situados los espías. Ya no hay vuelta atrás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
uryenbg
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21 de febrero de 2008
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Don Alfredo consiguió lo que se creía imposible, que Julie Andrews abandonara los gorgoritos con aires cursis, se dejara de trajecitos muy cubiertos y carita de no comerse una rosca y se lo pasara bomba con ese cuerpazo que más de una moderna querría. Así que no se sabe cómo, Hitch lo consiguió. Con la censura de la época, claro, pero mucho más osado que en otras: aquí hay besos con Paul Newman, nada menos, y en la cama. Tapados, claro, antes y después de hacérselo, pero besos de verdad y un aire a movida muy apetecible que recorre todos los encuentros de la parejita.

Años después en S.O.B., Blake Edwards fue más allá; aprovechó que la Andrews era su esposa y la convenció de que podía demostrar al mundo que era toda una hembra, así que la sumergió en una comedia muy desmelenada y la desnudó de la cintura para arriba, exhibiendo hermosos pechos de mujer madura.

Pero primero fue esta Cortina rasgada de bien sostenido suspense con un asesinato muy impactante y la participación especial de dos célebres artistas del este: la veterana Lila Kedrova y la bailarina Tamara Toumanova representándose a sí misma con un toque de sabrosa ironía.
horacio
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20 de febrero de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los ingredientes para pasar un buen rato además de un gran cine.
Cortina Rasgada, un gran título y de esos imprescindibles en la filmografía de Hitchcock.
Ya bien establecido como director del género y con reconocida fama coge una vez más a dos grandes actores.
Tensión desde el principio hasta el final y aunque uno ya sabe como suelen terminar las películas de Hitchcock también se sabe que si la película es buena no te dejará respirar hasta el final, como en esta película.
Esta vez sitúa la acción en Suecia y más tarde centra la acción en la Alemania de Oriente, la Alemania del telón de acero, película que servirá no solamente para llevar a cabo una historia de suspense sino una gran crítica al sistema comunista.
Un científico va a intentar sonsacar la fórmula secreta a otro científico alemán y colaborador de los rusos, de por medio se comete una muerte, siendo además una escena Impresionante dentro del cine de Hitchcock (la escena del horno de gas) siendo esta muerte la que le dará problemas a nuestra pareja para intentar salir del país.
Paul Newman actúa muy bien pero no es muy creíble su papel de gran científico, digamos que es demasiado guapo para ese papel pero es verdad que lo lleva a la pantalla muy bien.
Una historia tensa desde el principio hasta el final con todo tipo de detalles característicos de Hitchcock como las escenas superpuestas en los coches, buses e incluso de las ciudades pues aunque la película se narra en Berlín y Leipzig no aparecen escenas de los actores dentro de un paisaje real, se da por entendido que no se le dio el consentimiento de rodar una película que va en contra del comunismo dentro de Berlín.
Hitchcock aprovecha además su película para hacer una gran crítica al sistema comunista y dar una palmadita en la espalda a sus amigos los americanos.
Consigue llevar muy bien a la pantalla ese espíritu del comunismo y sus gentes con sus temores y miedos dentro de esa incertidumbre y control de cada uno de los actos de cualquier ciudadano.
Escena definitiva para tal crítica es el encuentro de la pareja con la polaca en la calle, polaca que intenta hacer lo imposible para que la avalen y la lleven a América, una escena que demuestra la desesperación de los ciudadanos dentro del telón de acero, una escena soberbia.
Gran película y gran crítica.
manuel
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17 de junio de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
84/04(05/05/16) A priori tiene grandes ingredientes para provocar dulces expectativas, Hitchcock en la dirección, las dos estrellas más rutilantes del momento como pareja, Paul Newman y Julie Andrews, y una thriller de espías, pero tras verla una vez más sus costuras no aguantan, se deshilachan a trompicones, quedando en un muy envejecido film, con un guión de Brian Moore bastante ramplón, de mucha simplicidad, con una construcción de personajes bastante pobre, una sucesión de situaciones que denota poco trabajo y una puesta en escena que roza lo patético. Quizás todo lo malo sea debido a los muchos problemas que tuvo la producción, el libreto pasando por muchas manos, los protagonistas no eran del agrado del realizador londinense, hubo varios enfrentamientos Hitch-Newman, sumado a un rodaje apresurado por la apretada agenda de la Christie, o quizás simplemente es que al realizador ya no estaba en forma. La idea para del relato nace de la deserción de los diplomáticos británicos Guy Burgess y Donald Maclean a la URSS en 1951, Hitchcock estaba intrigado sobre la vida de Maclean en la Unión Soviética y sobre Melinda Marling, esposa de Maclean, que siguió a la nación comunista un año más tarde con los tres hijos de la pareja. El título “Cortina rasgada” es una referencia al Telón (cortina) de Acero y como se puede romper.

Thriller de espionaje con el telón de fondo de la Guerra Fría, donde hay acción, suspense, intriga, romance, persecuciones, tiroteos, duelos psicológicos, traiciones, espías, asesinatos cruentos, y algunas dosis desengrasantes de humor, en lo que se quiere recrear como la eterna lucha entre el Bien (el Occidente Capitalista) y el mal (el Comunismo). En lo bueno queda un film que no aburre, entretiene, sabe meternos en el ambiente temeroso de la Alemania Oriental, una dictadura policial opresora, regida por el miedo, aunque sobrepasándose en sobreexponer las lacras de este estado, compone situaciones que van de lo trepidante, a lo angustioso, a lo tenso, transmitiendo sensación de carrera contrarreloj, con lo que te atrapa en saber cómo acabaran los protagonistas.

Un film que denota muchas arrugas, orgánicamente liviano, con unos personajes muy superficiales, con un desarrollo que transcurre a empujones, con muchas lagunas argumentales, con muchos agujeros, con mucho subrayado panfletario propagandístico, con excesivo maniqueísmo, una cosa es que las autoridades comunistas pueden ser “maléficas” y otra es que parezcan entrenada por el Pato Lucas, no pueden ser más ineptos, más torpes, se añaden recursos ya manidos en Hitchcock y no me refiero a sus cameos, es lo de resolver una situación de acoso de los protagonistas en una sala concurrida con una marabunta en estampida para camuflarse los perseguidos, a pesar de su pretendido giro sorpresa nadie con un mínimo de inteligencia lo había dudado, quedando todo muy previsible. Incluso la escena con la que ha pasado a la historia este film, vista ahora me resulta bastante tosca y con muchos fallos y elementos surrealistas (spoiler).

Paul Newman se nota fuera de lugar, sin saber a qué juega su personaje, sin fondo, sin alma, con cara de estreñido todo el tiempo, sin transmitir emociones, más plano que una mesa camilla. Julie Andrews, más de lo mismo, gélida, sin sentimiento, sin expresividad, y entre los dos no podía ser de otra forma, una química inexistente, no hay calor alguno entre ellos, no hay sensación de amor, todo denota estar forzado. Ludwig Donath como el profesor Lindt es el único que parece tomarse en serio su rol, el que deja impronta de actor de carisma. Lila Kedrova como la condesa resulta de un histrionismo atroz. Tamara Toumanova como la bailarina tiene la complicada papeleta de ser un recurso humorístico, lo malo es que sin gracia.

La puesta en escena resulta demasiado frugal, no transmite un mínimo de realismo, se nota por todos lados que no han salido de un estudio, que todo está rodado en platós, con la persecución de bus filmada con retroproyecciones que cantan a la legua, anulando la tensión, esto en otra historia tendría un pase, pero esto se supone que va de transmitir que estamos tras el Telón de Acero, y lo que se nos emite es decorados de pladur y cartón piedra, con calles más falsas que una moneda de tres euros, no parece haber el mínimo esfuerzo por crear realismo, esto podría entenderlo en una comedia pero no en un thriller de Hitchcock. Destacable es el aspecto de la música pues supuso la ruptura de Hitchcock con Bernard Herrmann, la composición que creó no fue del agrado del realizador y se pasó John Addison (“La huella” o “Un puente lejano”), sin dejar marca, en la escena del el ballet en Berlín, la música es un extracto de Tchaikovsky's Francesca da Rimini.

Spoiler:

Momentos recordables: Uno sobre todos, el del sanguinario y agónico asesinato del agente Gromek por parte de Armstrong y la rubia, con momentos escalofriantes de gran crudeza, la imagen en contrapicado de la rubia con el cuchillo, en un calco de la de Psycho en la ducha (autoplagiándose Hitch), los brutales golpes con pala en las rodillas de Gromek o como lo llevan al horno y asfixian, en un conversación con François Truffaut , Hitch dijo que creó la escena para el público viera lo difícil que puede ser matar a un hombre, ya que él creía que esto se estaba banalizando en el cine. Está bien esto, pero tampoco se ve que Armstrong tenga sufrimiento interior después de haber asesinado. Asimismo es una escena que con la revisión se detectan muchos fallos, que casi la dejan en un borrador de lo que debió haber sido, los expongo abajo.
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TOM REGAN
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