Papillon

La frase que da título a mi crítica la pronuncia en un momento dado el personaje interpretado por Dustin Hoffman. Qué gran frase y qué gran personaje.
Descubrí esta película por casualidad un buen día haciendo zapping. Ni siquiera sabía de su existencia, y me atrapó desde el primer momento. Película profunda, pero para nada aburrida. Muy entretenida, emotiva. Con grandes personajes y excelentes interpretaciones. Sin duda recomiendo verla.

El tiempo no ha tenido misericordia con "Papillon". Su arma secreta era insistir en una serie de golpes de efecto para descolocar al espectador, pero ya no estamos a principios de los 70 y nadie puede sorprenderse porque un preso oculte objetos en el trasero, se zampe insectos con deleite o sufra los cariños homosexuales de un maromo de 2 por 2.

Es el triste destino de las películas que no buscan la calidad sino el impacto: ser olvidadas y acabar pareciendo ingenuas, justo lo contrario de lo que pretendían. Si uno vivió la época en cuestión la experiencia puede resultar entrañable, pero si se analiza fríamente no hay mucho que rascar. Y no me pregunten la razón, pero el género de aventuras envejece especialmente mal.

No se engañen, puede que Steve McQueen sea el tipo más cool de la galaxia pero sobreactúa y la evolución de su personaje no es creíble. El resto de los personajes son planos y hay una serie de elipsis de quedarse con el culo torcido como esa en la que el protagonista cae a un río tras una persecución y en la escena siguiente es amablemente acogido por unos aborígenes caribeños, que además tienen rasgos más propios del Pacífico.

Entre la temática carcelaria, la falsa culpabilidad y la amistad con Louis Dega (Dustin Hoffman), que por cierto apenas está desarrollada, he echado de menos la muy muy muy superior "Cadena perpetua" (Frank Darabont, 1994), realizada más de 20 años después. Entonces me surge la pregunta ¿no habíamos quedado que el cine involuciona continuamente y que nada interesante ha ocurrido en los últimos 30 años? Y lo dice alguien que descubre con horror cada día como sus gustos son cada vez más parecidos a los de un tertuliano de Garci.

Hay un detalle todavía más desconcertante, esta vez en la caja del DVD. Reza la contraportada que la duración es de 98 minutos, pero en realidad son 142. Así que en lugar de irme a la cama a las 12, como tenía previsto, me he ido casi a la 1. Ya sé, problemas del Primer Mundo, pero me jode igualmente el peculiar sentido del humor del gañán que diseñó la carátula.

(si quieres leer la crítica con links, fotos y algún detalle más: http://enbandejadeplata.tumblr.com)

Esta película dirigida por el polifacético Franklin J. Schaffner se basa en la genial novela (y "bestseller) de su propio protagonista, Papillón, tras su escape de la prisión.

"Papillón", al igual que el libro, es la crónica de la supervivencia. Es la lucha de un hombre que se resiste a dejarse llevar por las injusticias de un sistema penitenciario inhumano y que solo tiene una cosa en mente: la libertad. Sin embargo, como buen film penitenciario, acierta en la inclusión de la relación de amistad entre los presos, con la presencia de un magistral Dustin Hoffman. Y por último, es una magnífica oportunidad para redescubrir a ese fenomenal actor como es Steve McQueen, en posiblemente, su mejor película.

Destaca sobre todo la parte inicial, el planteamiento, la situación de los reos en la isla. Todo lo que es el factor histórico es muy sugerente porque es una temática desconocida a priori por el espectador (Habrá excepciones, claro está).
A destacar la gran labor de Steve McQueen en su tremenda temporada en la prisión de aislamiento. Impresionantes imágenes de dolor y sufrimiento.

Al final la película se desinfla tomando un rumbo argumental en el que no se sabe muy bien hasta donde se quiere llegar.

Un hombre, llamado Papillon (Steve McQueen) por el tatuaje en su pecho es condenado al infrahumano penal de la Guayana francesa por un crimen que no cometió. Para acometer su plan de huida necesita la ayuda del falsificador Luis Dega (Dustin Hoffman) Juntos emprenderán una lucha por el mayor de los bienes de nuestra existencia donde la amistad y la lealtad mutua sea lo único que les quede a nuestros protagonistas.


Sin duda es esta película toda una obra de arte, las interpretaciones del dúo protagonista son sublimes, además de una cuidada fotografía y dirección. La ambientación es muy correcta, contando con unos secundarios muy convincentes en su papel. Lo que se dice una obra maestra en toda regla.

Viendo esta película, no pude evitar llorar y emocionarme, al ver los esfuerzos constantes del dúo protagonista para alcanzar la Libertad y salir de ese nido infecto que es el penal de la Guayana.

Y viene reflexionar, que en un país como Francia, tuvieran semejante penal, siendo ellos los precursores de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, eran tan hipócritas como para mantener un sitio que se pasaba por el forro todos y cada uno de los derechos humanos, un antro de corrupción y vileza semejante. Menos mal que el penal cerró en 1938, pero no hay que olvidar estos hechos para no volver a cometer los mismos errores.


Por lo demás pienso que esta película debería ser proyectada en todos los colegios para que los niños aprendan a amar la Libertad y que la Dignidad Humana esta por encima de todo.


La película es para un 10