La ola

Lo siento, pero yo tampoco creo que las cosas que narra la película transcurrieran como se cuentan allí.

Pero, en todo caso, si hay un problema de verosimilitud, ello no debe ser achacable a los que han hecho la película, pues han seguido fielmente lo que el profesor Ron Jones, de Palo Alto, ha contado en libros y entrevistas.

En mi opinión es imposible que los hechos sucediesen en apenas cinco días, con la acelerada cadencia que Ron Jones cuenta en sus escritos; y un experimento de todo un curso de duración, sin duda es imposible que hubiera sido aceptado por la comunidad escolar. Por otro lado, es muy sospechoso como Ron Jones hace intervenir a un rabino (¡un rabino, precisamente!) y a varios padres de alumnos (un militar, abogados, profesores) como intentando representar los poderes fácticos de la sociedad que aceptaron el fascismo)

Dicho ésto, contemplemos la historia de Ron Jones y la película de Dennis Gansel como lo que es, seguramente: una durísima advertencia de que lo que pasó en la Europa de los años treinta del pasado siglo, puede pasar en cualquier momento, pues todos estamos tentados por lo que representa la disciplina, la comunidad, la uniformidad, el orgullo de pertenecer a un grupo elegido, el orgullo de pertenecer a un grupo superior al resto, el atractivo de saberse diferentes...

Yerran quienes ven la denuncia como "lo fácilmente manipulables que son los jóvenes". No. La película muestra cómo los padres aplauden las medidas del profesor, la directora le muestra su apoyo, incluso muchos ciudadanos muestran seguramente su apoyo por jovencitos bien vestidos que acaban con los "desharrapados" anarquistas. Y en los artículos de Ron Jones, sean verídicos, o no, se muestra aún más esa aceptación por la sociedad burguesa.

Pero es que la Historia nos muestra que eso se produce entre los adultos, incluso más que en los jóvenes. Los experimentos en psiquiátricos de EEUU en los años 30, los colaboracionistas franceses, muchos filonazis en la Europa de entreguerras, discursos colaboracionistas de Churchill y su amistad personal con Mussolini… para terminar en Abu Ghraib y la CIA

El mensaje de la película es ése: el fascismo no está a la vuelta de la esquina, está en todos nosotros. Haremos bien en estar vigilantes para no dejarnos arrollar nuevamente por "la ola".

Pero es que, incluso los contados rebeldes que aparecen en la película, usan métodos dudosos para conseguir sus fines: acceden a direcciones privadas, roban contraseñas, descerrajan candados y no consiguen hacerse del todo simpáticos para el espectador avisado.

La actuación de los protagonistas, tanto de Jürgen Vogel como de los alumnos, es excelente. Nota especial para quien interpreta a "Tim", Frederick Lau, magistral
(Ver spoiler)

El fantasma de la Alemania nazi es algo que forma parte de la herencia histórica alemana, por mucho que las nuevas generaciones intenten superarlo con el argumento que aquello fue algo excepcional y que ya han aprendido la lección para evitar que se reproduzca. El director alemán Dennis Gansel trata de cuestionar este argumento a través de este film basado en un hecho real sobre un experimento realizado en Estados Unidos a finales de los años 60. El director traslada la acción a la Alemania de nuestros días para dar más fuerza a lo que quiere expresar.

El film se inicia en un instituto, donde un profesor (de marcada tendencia ácrata como se encarga de remarcar el director en más de una ocasión), trata de explicar a sus alumnos como funciona la autocracia. Para ello, nada mejor que la práctica, por lo que experimentará con ellos cómo se organiza un grupo autocrático y totalitario, empezando con una fuerte disciplina, y resaltando las excelencias de la fuerza de un grupo unido. Como es previsible, el experimento se le escapará de las manos.

Lo más interesante de este film es lo que cuenta, o pretende contar, mucho más que la forma en que lo cuenta. Si nos ceñimos a los aspectos estrictamente cinematográficos, el film es bastante normal, de bajo presupuesto, sin actores conocidos, y con un desarrollo general un tanto previsible, simplista e incluso facilón. Toda la acción sucede en una semana, y a base de unas mínimas dosis de disciplina y cohesión, que tiene unos frutos excesivamente rápidos, lo que afecta un tanto a los resultados finales.

Realmente se puede considerar como un film de tesis por lo que se entiende que se descuiden ciertos aspectos más puramente cinematográficos. A pesar de ello, por encima de la modestia de la puesta en escena, y ciertas licencias destinadas a simplificar el mensaje, subyace de fondo una idea que a poco que nos pongamos a pensar puede provocar más de un escalofrío, y eso teniendo en cuenta que el experimento que propone el profesor está totalmente despolitizado y descontextualizado. Realmente es bastante fácil manipular a un grupo de jóvenes, con ideas simples y poco elaboradas.
En realidad sólo es necesario saber pulsar las teclas adecuadas y tener un poco de carisma para ello para conseguir arrastrar a un colectivo a donde se desee. Y en este sentido asusta bastante lo que se puede llegar a conseguir con un grupo de personas dispuestas a obedecer ciegámente las órdenes de un líder.

Bueno, asusta tanto como atrae la idea. Y es que de forma bastante simplificada, en pequeña escala y despolitizada, Gansel nos muestra lo que se puede llegar a conseguir, lo que nos lleva a pensar que no es tan complicado que se vuelva a repetir. Sólo es necesario que confluyan las circunstancias adecuadas. Quizás por esto merece ver el film, más por la enseñanza que contiene que no por sus valores puramente artísticos.

Una película de bajo presupuesto y con actores poco conocidos, pero que me ha parecido muy buena en casi todos los aspectos. Brillante actuación de Jurgen Vogel interpretando al profesor Rainer Wenger. Todos tenemos claro cuáles son los detonantes para que surga una dictadura o el fascismo: desempleo, alta inflación, grupos de incomprendidos, injusticia y desencanto social, etc. Pero lo que me ha gustado de este producto es que nos enseña el lado atractivo y cautivador de la ideología del fascismo: Los sentimientos de pertenencia a un grupo, de unidad, de un fin común, de ayuda mutua, la exclusión de todas las opiniones que no son como la tuya, etc. Son las trampas que paulatinamente van minando la mente de los individuos hasta caer en lo más radical y que posiblemente, como ocurre en la película, más de uno cuando nos quisieramos dar cuenta sería demasiado tarde, estaríamos totalmente perdidos como personas. El acierto de la Ola es que te pone los pelos como escarpias. Mete el dedo en la llaga para mostrarnos como un líder carismático y manipulador puede hacernos perder la perspectiva y vendernos el fascismo como algo patriótico, como algo bueno. Cuando terminas de ver la película te preguntas: sería posible? y la respuesta se contesta sóla: claro que sí, incluso en países que creen tener una democracia fuerte y sana.

Quizás el único defecto que le encuentro a la película sea el marco temporal en el que se desenvuelve. El hecho de que todo se desarrolle en el transcurso de una semana, sin lugar a dudas, es muy poco tiempo para inculcar una ideología de tal magnitud de forma tan eficaz en los individuos y que se olviden por completo de sus principios.

Pelicula para pensar. Las actuaciones, excelentes, destacando a Jürgen Vogel, quien caracteriza a un carismático profesor.
El ambiente escolar, muy real y los personajes, muy bien encajados.
Muchas personas, al verla, se daran cuenta de como pueden ser persuadidas las personas.
Excelente.

Magnifico ejemplo el que nos plantea Dennis Gansel de cómo las situaciones se nos pueden ir de las manos, pero es muy probable que si jugamos con fuego acabemos quemándonos, eso lo vemos todos y lo vemos desde el principio, ya intuyes hacia donde apunta el tema, lo que no crees es que pueda llegar tan lejos, pero locos en el mundo debe de haberlos en todos los países y Alemania no está precisamente privada de ellos. Desde la distancia parece reconfortante que los alemanes le estén dando vueltas a ese pasado tan oscuro (o tan claro) pero que sin duda lastra y condiciona. Supongo que para superarlo necesariamente hay que hablar de él.
Un tanto exagerada en ese desenlace impactante, sales de la sala como esos boxeadores que se levantan del tapiz pero que siguen groguis. Desde el punto de vista narrativo es eficaz, esta bien contada y el interés va creciendo a la par que en metraje avanza, lo cual quiere decir que nunca decae la atención. Jürgen Vogel el actor que interpreta al personaje principal, no le conocía, y francamente me perece muy bueno. Creo que la película consigue lo que pretende, tal vez no sea una cinta para recordar, pero de momento golpea y hace reflexionar.
Es más fácil manipular a la gente cuando está en una edad determinada, eso es cierto, pero manipulados en mayor o menor medida lo estamos todos, y no pretendo ser catastrofista pero eso es una realidad tan evidente como el respirar. A la vez también nosotros manipulamos, lo sabemos, y seguro que en nuestro interior muchísimas veces decidimos que el fin justifica los medios, por lo tanto y con seguridad ni somos mejores ni merecemos más que la mayoría de los que nos manipulan. Lamentable conclusión sin duda pero real como la vida misma.