Ciudad del silencio

Hace unas semanas se estrenaba en España "Diamante de sangre", una película que combinaba el cine de acción con la denuncia social.
Pues parece ser que esta forma de hacer cine está muy de moda porque ahora llega "Ciudad del silencio", una película con una temática similar, ésta vez centrada en los asesinatos sin resolver de cientos de mujeres de la ciudad de Juárez, en Méjico.

Sin embargo, aunque "Diamante de sangre" haya encontrado un vehículo adecuado para denunciar un hecho gravísimo, no es el caso de ésta película, puesto que como se demuestra a lo largo de ella han adornado el tema con los clichés del cine hollywoodiense. Y esta vez no pega.

El comienzo es muy prometedor, mostrando de forma cruda y violenta la agresión a una joven, pero a continuación se van sucendiendo acontecimientos que no acaban de encajar con el asunto de la película.
El director Gregory Nava ha querido abordar el problema en una película con tintes de drama social y thriller con el fin de llegar al gran público, pero se ha olvidado de darle credibilidad al conjunto. Y es que hay cosas en la cinta que chirrían, como la aparición de un cantante muy popular, al estilo de los que aparecen en series de televisión cuando les toca promocionar su último disco.

Las buenas intenciones del equipo son evidentes. Es importante que actores reconocidos por todo el mundo, como Jennifer Lopez y Antonio Banderas participen en estas películas para que puedan llegar a cuanta más gente mejor. El problema llega cuando el mensaje no cala hondo y la gente se olvida del tema al abandonar la sala del cine. La película conmueve, pero se queda corta.
Se necesita más realismo y menos edulcorante y artificio.

Un tema muy interesante, una película que se queda a medias.

¡Que pena de película!, ¡Que pena de guión! y ¡Que pena de actores!. Ante la gran posibilidad que ofrece estos sobrecogedores sucesos de Ciudad Juárez, la película no consigue en ningún momento que te impliques con ella.
El ritmo de la película es cansino y las vueltas y giros que toma la historia son, o bien previsibles o bien absurdos. El director abusa de los planos de calles y gentes, como en un documental, pretendiendo acercarnos a estos sin lograrlo en ningún caso.
Jennifer López esta correcta, dentro de no ser una excelente interprete, pero su compañero de reparto, Antonio Banderas, se marca un peliculón de escándalo. En total, no creo que esté más de 15 minutos en pantalla, representando un personaje que, en un principio se intuye como relevante, pero que ni corta ni pincha en la película.
Por último apuntar a Ciudad de Silencio como otra película, de las miles que hay, basada en una historia con muchísimas posibilidades, que se queda en nada. ¡Una pena!

Si cadena dial tendría su hueco propio en televisión, pondría cine como este.
Y sería número uno en audiencia. Después de la publicidad, nos deleitarían por ejemplo, con otra gran película del cine social de postal, En tierra de hombres.
Tengo que decir que no he podido acabar con la peli, en la parte en la que aparece el Diego Botto ese, he tirado la toalla, me he rendido.
Inolvidable interpretación de Juanes, en el papel de Juanes.

Inspirada en derechos reales, perdón en hechos reales y sobre derechos feministas. “Ciudad del silencio” habla sobre maquilladores, jornadas duras de trabajo sin un Zara cerca, el diablo y querer formar parte de ese cine llamado ‘ONG’. La película podría resumirse en cruce inenarrable de “Único testigo” y una subtrama policial de infiltración (no a la policía, que está corrupta) y la frase del millón:
- ¿Te gusta la música?
- Sí, es Juanes. Me gusta mucho.

El problema es que la denuncia y lo que quiere contar es tan válido que se piensa que el mero hecho de darnos un discurso es suficiente… pero, ¿el medio? Los medios son mediocres: tanto a nivel dramático, técnico (esos efectos de video y sonido como si fuese un filme de terror). Giros del guión entre lo previsible… y la absoluta incredulidad.

Momentos sublimes: «La gente como tú no debería existir en este mundo». No sé en que mundo vive la Lopez pero los responsables de este tipo de engendros deberían plantearse si es la mejor manera de denunciar las cosas tan tremendas y necesarias que cuentan.
Aunque el guión está sin pulir y son hojas de papel higiénico barato tiene algún detalle interesante como que el 'diablo' regresa al infierno.

Es la historia de los hallazgos en Ciudad Juárez, México, de los cuerpos de mujeres jóvenes brutalmente violadas, asesinadas y ocultadas a lo largo del desierto que hay a las afueras de la ciudad. La principal característica de dichos crímenes es que todas las víctimas siempre eran trabajadoras de las fábricas de la frontera entre México y los Estados Unidos.

Dichos asesinatos llevan ocurriendo desde el año 1993, hasta que, los medios de comunicación norteamericanos comenzaron a informar sobre las continuas desapariciones y la falta de acción tanto por parte de las autoridades mexicanas como de los dueños de las fábricas para detener a los responsables.

Ciudad Juárez es una ciudad mexicana, y la urbe más poblada de la frontera norte y a su vez del estado de Chihuahua, que se ubica frente a El Paso, Texas, Estados Unidos, a orillas del Río Bravo. Su población es de 1, 301,452 habitantes para la ciudad.

Los "feminicidios en Ciudad Juárez", es una expresión que hace referencia a la suma de homicidios y asesinatos de mujeres ocurridos en Ciudad Juárez, por lo general de mujeres jóvenes y pobres a las que se les tortura antes de matarlas.

Algunos informes refieren 1060 casos en 14 años, si bien los datos varían según las fuentes, pese a todo, estarían por encima del índice de criminalidad de una ciudad de características comparables. La cifra más reciente indica que son 544 las mujeres y niñas asesinadas en lo que va del 2008.

Las complicidades entre grupos políticos que se han sucedido en el poder en el estado mexicano de Chihuahua han contribuido al mantenimiento en la penumbra y en la impunidad del que es quizá el mayor asesinato serial de mujeres en la historia.

Lo que es un hecho es que las autoridades policíacas del Estado de Chihuahua y del municipio de Ciudad Juárez, han demostrado a lo largo de todos estos años una indiferencia y un descuido sospechoso a la hora de investigar los crímenes.