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El ángel exterminador

Drama Después de una cena en la mansión de los Nóbile, los invitados descubren que, por razones inexplicables, no pueden salir del lugar. Al prolongarse la situación durante varios días, la cortesía en el trato deja paso al más primitivo y brutal instinto de supervivencia. Una parábola sobre la descomposición de una clase social encerrada en sí misma. (FILMAFFINITY)
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Críticas 166
Críticas ordenadas por utilidad
3 de febrero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi concepto no es una obra maestra, pero tengo que reconocer que es una de las pelis más interesantes que he visto en mi vida, no tanto por sus pinceladas surrealistas sino porque esconde un mensaje sumamente original y poderoso, absolutamente realista.

Además de realista, muy actual por ejemplo en mi país Colombia, me explico:

Recientemente se han destapado una serie de escándalos al más alto nivel; se roban la plata de la salud, se roban la plata de los impuestos que pagamos sobre todo los más pobres y los ricos se la distribuyen entre ellos, los señores senadores y congresistas se colocan salarios elevadísimos, mientras que a la mayoría de la población le suben una miseria al salario mínimo, todos estos abusos los debemos gracias a los políticos padres de la patria.

Pues resulta que esta gente está en el poder por que nosotros los colocamos ahí. El extraordinario parecido con la película es que nosotros mismos creamos esta situación y la toleramos, y lo que es peor: no hay un motivo aparente que nos impida cambiarla, no se vislumbra un impedimento para salir de ella, sabiendo que somos mayoría y tenemos todo el poder para hacerlo, pero por un motivo que desconocemos la seguimos tolerando: increíble.

Como la película es una metáfora, y se le han dado múltiples interpretaciones, no sé si este era el propósito del director, pero siento que la película me leyó la mente.

Creo que el punto bajo es la interpretación de los actores, en la mayoría de las escenas no parecían estar actuando sino recitando el guion, parecían robots leyendo frases, si hubiera habido más naturalidad o emoción en este sentido, estaría cerca de ser una obra maestra.

En fin, por su planteamiento tan original y su argumento único, la recomiendo mucho.
GAC
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24 de mayo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
168/29(22/05/22) Con motivo del 60 aniversario del estreno (16/Mayo/1962 en el festival de Cine de Cannes) de esta cinta parteaguas, la he vuelto a revisionar y no ha perdido ápice de mordacidad. Una de las grandes Obras Maestras del director aragonés Luis Buñuel, film epítome del surrealismo del realizador y guionista de Calanda. Sobre una historia que sigue a un grupo de invitados adinerados que, tras escuchar tocar piano a una mujer, por una razón inexplicable no pueden irse después de una lujosa cena y el caos que sigue. Producción mexicana que es una sátira cargada de simbolismos y alegorías (Buñuel, inteligentemente, nunca dijo lo que representaban los elementos a discernir, apuntando: "Quizá la explicación de EL ÁNGEL EXTERMINADOR sea que, racionalmente, no hay ninguna") en las que se ataca la indolencia de la burguesía acomodada (uno de los mantras del anarquista Buñuel), su decadencia moral, sus instintos darwinistas, su ociosidad, su superficialidad, añadiendo ataques sutiles a la Iglesia (con los adornos de la habitación-prisión), pero sobre todo en su coda. Buñuel reescribió una pieza compuesta con el extremeño Luis Alcoriza (“Los Olvidados” o “Él”), “Los náufragos de la calle Providencia”. El título quedaba largo y pidió al escritor madrileño José Bergamín el de una obra de teatro suya aparcada, “El ángel exterminador” (Buñuel: ‘El título me pareció magnífico, si yo veo eso en un cartel, entro inmediatamente en la sala”). Este le dijo que lo cogiera, que no era suyo, era sacado de la Biblia, del Apocalipsis. Con el productor azteca Gustavo Alatriste (“Viridiana” o “Simón del Desierto”; Alatriste, cuando vio el film, recién terminado: “No he entendido nada. Es maravilloso”; Alatriste entonces marido de la bella Silvia Pinal, protagonista d este film coral), Buñuel tenía libertad sobrada para trabajar a su manera más personal.

Una especie de revisión vitriólica de “El señor de las Moscas” de William Golding (1954), donde la isla se torna aquí en un salón comedor, y los niños pasan a ser hedonistas burgueses, pero donde la convivencia en un lugar cerrado les llevará a situaciones de darwinismo, donde saldrá a flote lo peor de la Condición Humana, pero todo esto filtrado por el sentido juguetón kafkiano de Buñuel. Un relato donde se dan cita el clasismo, la superficialidad, el hambre, el suicidio, las pesadillas, la muerte, la mano (cual de la familia Addams), corderos, cansancio vital, repeticiones continuas, fetichismo, etc. Todo surtido con diálogos ingeniosos, mordaces, puntiagudos, con dobles sentidos, con mucho humor negro, y con muchas situaciones delirantes. En un desarrollo ágil, con un crescendo dramático muy bien llevado para proyectar la degradación moral en este interior, donde la grácil cinematografía del gran Gabriel Figueroa “Que viva Mexico!” o “Los Olvidados”) transmite la claustrofobia vital de estos disfuncionales reos, con un deterior físico que cual capas de cebolla van cayendo hasta el rush final. Con continuos choques fruto de este encierro que entronca con el (nauseabundo) programa ‘concurso’ Gran hermano, donde todo se magnifica (¿?), con la angustia, la sed, el detrimento mental, donde la ambigüedad resulta incisiva.

En México D.C. en la Calle de la Providencia (¿?), está la mansión Nóbile, con el número 1109 (premonición del aciago 11S?), donde un adinerado muy religioso (las paredes de su hogar así lo atestiguan), que incluso llama al salón su ‘Paraíso Terrenal’, por los buenos momentos pasados allí con sus amistades. Y esto se tornará en una broma del destino cuando precisamente en esta sala, tras una fiesta de ricachones quedarán recluidos, cual muro invisible que les impide salir de allí, convirtiéndose el Paraíso en el Infierno. Mientras afuera la policía y curiosos observan, sin tampoco poder entrar, intentándolo con la inocencia de un niño (fracasan). En lo que será un descenso vertiginoso hacia el cainismo humano, al atavismo (rompiendo paredes con hachas), al egoísmo (queriendo beber agua sin dejar al que más lo necesita, pisándose unos a otros), al paganismo, donde estaos burgueses tornaran en ‘Lobos’ cuando sacrifiquen a inocentes corderos, aun con su condescendencia, cuando vemos poner un pañuelo en los ojos al becerro antes de matarlo (cual si fuera a ser ejecutado), tras lo que los asan con la madera del parqué.

La tensión crece a medida que pasa el tiempo, las rencillas van aflorando entre estos flemáticos seres, los celos, el libertinaje, donde el tedio nos va calando (para ello es crucial el recurso de repetir las mismas acciones en varios m omentos para implementar la rutina cual hámster en una noria. Ejemplo es dos de los invitados presentándose en repetidas veces; Buñuel indicó que hay como veinte repeticiones idénticas en el film), el sopor, la agonía vital, las máscaras de hipocresía autoimpuestas por la etiqueta aristócrata van cayendo cual capas de cebolla, mientras los instintos básicos emergen. Un retrato de la clase alta endogámica, hermética, tribal, que no va a lado alguno, demagoga, irritante.

Durante el transcurso de la interminable velada se suceden todo un tropel de situaciones entre absurdas y surrealistas: Como que el servicio de la mansión decida abandonar la casa, cual si la clase baja no tuviera que ver con los pecados de la burguesía; Una mujer guarda patas de gallo en su bolso como amuleto (fetichismo buñueliano); La superficialidad de estos burgueses con diálogos delirantes, como cuando un doctor comenta que una mujer de las invitadas tiene una enfermedad incurable y se quedará calva dentro de una semana (¿?); El modo que los protocolos de conducta colapsan, ejemplo cuando una pareja se perturba cuando invitados se quitan las chaquetas (sudan por el calor), atacan los códigos de etiqueta (¿?), esto es imparable con un hacha de adorno antiguo se maneja como mazo, un arco de violonchelo se convierte en sierra, jarrones de flores en improvisadas jarras de agua, etc.;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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23 de octubre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para entender esta película, hay que verla simplemente sin intentar comprenderla, olviden el surrealismo, olviden lo absurdo de una trama en la que un grupo de invitados no pude salir de una habitación, sin un motivo aparente... ¿o no tan absurda? O quizá ya olvidaron que no ha mucho tiempo, quizá poco más de un año, mucha gente no salió a la calle, ante una amenaza invisible... y qué me dicen de las ovejas; del rebaño. Pero como iba diciendo, antes de adentrarme por espinosos senderos, para entenderla de verdad, imaginen que el peligro es cierto y que en vez de en una sala en perfecto estado y de puertas abiertas, los personajes se hallan sepultados bajo un alud o una mina derruida, y verán como cada uno de ellos toma su propia actitud ante la supervivencia, ante la inminencia de la muerte, como van cayendo las caretas, como entonces sólo sirve lo que cada cual lleva dentro, sin artificios, sin hipocresías…

Evidentemente es un nuevo latigazo que Buñuel aplica a la burguesía, clase social a la que siempre tuvo ojeriza, a la que siempre puso ante su cruel espejo…

Cinematográficamente hablando es una obra donde predomina el guion sobre cualquier otra consideración, técnicamente no es gran cosa, la fotografía muy normalita, no consigo destacar ninguna actuación por su excelencia y musicalmente tiene ciertos momentos pero es francamente mejorable…

Una mirada, desde la peculiar visión del director aragonés conocido como el "sordo de Calanda", hacia el fin del mundo, hacia el fin de los días, en definitiva; El Apocalipsis según Luis Buñuel...
Plácido Eldel Motocarro
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22 de julio de 2012
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Película que muestra a una veintena de personajes que asisten a la mansión de uno de ellos, luego de que fueran invitados a una cena y una fiesta de la clase alta, fiesta que por momentos se antoja interminable. Buñuel una vez más logra hacer de lo ridículo algo sublime.

Los distintos personajes al puro estilo surrealista del director no pueden salir de una de las salas de la mansión, quedando encerrados a pesar de que nada -en teoría- les impide salir de ahí. En el exterior, tampoco nadie puede ingresar a pesar de la preocupación que existe.

Con el pasar de los días surgen los asuntos disparatados y fuera de lógica, Buñuel juega con el espectador y juega con sus personajes. Pronto comienzan a surgir conflictos y problemas entre todos, comienzan a transformarse en “bestias”, adiós a los modales.

Extraordinaria película, irreal y atractiva, el “desencanto” una genialidad la forma en que se da, finalmente un desenlace caótico. Excelente film.
10P24H
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20 de junio de 2023
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Crítica mordaz y brutal a la alta burguesía que es incapaz de salir de sí misma y que, en el fondo, se comportan como cualquier persona. En un momento de presión se comparan exactamente igual.
Aunque no he entendido la totalidad de las cuestiones me ha parecido muy interesante, como siempre que la he visto. Probablemente no exista una sola explicación, no creo que su creador pretendiera elaborar un discurso con lectura única.
A lo mejor para salir de sí mismos, los asistentes tiene que colocarse exactamente en la misma posición que se encontraban cuando empezó la velada. Parece que esa es la fórmula para conseguir dar por terminada a la situación. El tiempo y el espacio se detuvieron cuando la adulación y el halago fue puesto en marcha. Sólo en ese momento son capaces de abandonar la habitación. Se ponen en marcha todos a la vez cuando entienden que todo debe seguir, continuar. Abren la puerta y caminan hacia afuera, sin poder explicar qué ha pasado o por qué han permanecido dentro tanto tiempo sin poder salir.
Seguro que puede extraerse una lectura marxista de todo esto, de la preeminencia de la lucha de clases y demás.
La película termina con una misa en una iglesia con todos los asistentes a la cena perfectamente vestidos y arreglados. Véte tú a saber qué quiere decir Buñuel, ateo confesó, valga la contradicción.
Los asistentes a la misa no son capaces de salir de la iglesia. Se produce la misma imposibilidad de abandonar un lugar... Cuando salen a estampidas son reprimidos por el ejercito y las ovejas entran en la iglesia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ÁAD
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