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Paris, Texas

Drama Un hombre camina por el desierto de Texas sin recordar quién es. Su hermano lo busca e intenta que recuerde cómo era su vida cuatro años antes, cuando abandonó a su mujer y a su hijo. A medida que va recuperando la memoria y se relaciona con personas de su pasado, se plantea la necesidad de rehacer su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 182
Críticas ordenadas por utilidad
13 de abril de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo donde la sobreexcitación de los sentidos está la orden del día, cada vez queda menos espacio para la sorpresa y la emoción espontánea. En el terreno del cine y la ficción televisiva, la llegada de las plataformas de exhibición online ha disparado ese efecto de insensibilización, pero a la vez ha puesto a nuestro alcance un catálogo inabarcable de posibilidades. Sea como sea, cada cierto tiempo se cruza en mi vida una de esas películas que consiguen atravesarme por completo. Una de esas obras que te dejará pensando durante días o tal vez semanas. Que te abre puertas y ventanas a entender y explicar ciertas cosas; de ti y de los demás, de la condición humana en general. Sin duda, “París, Texas” es una de esas películas.

Desde un arranque lleno de misterio, Win Wenders narra con maestría la evolución de unos personajes de los que vamos conociendo información a cuenta gotas, encariñándonos poco a poco con todos ellos. Y es que en el maravilloso guion que firma Sam Seppard cualquier mínimo detalle cuenta y hace avanzar esta apasionante historia. Un magnetismo que también enaltece la imagen, con una de las mejores fotografías que recuerdo haber visto en mi experiencia cinematográfica. A cargo de Robby Müller, se mezclan paisajes desérticos con el neón y la noche más americana. Iluminando cada plano al borde del realismo, su fotografía nunca deja de parecer natural, en clara oposición a toda esa explosión de colorines digitales con las que se aderezan actualmente muchas películas. Müller en cambio nos transporta a un universo que perfectamente podría haber pintado Edward Hopper, con un sentido de la armonía y el color abrumadores. Por su parte, la banda sonora tampoco deja a nadie indiferente. Desde el maravilloso tratamiento acústico de los espacios, con esa casa al lado del aeropuerto, los largos silencios o la voz distorsionada de las cabinas del peep-show, hasta la música de las desgarradoras cuerdas de Ry Cooder, que terminarían por convertirse en uno de los símbolos más reconocibles de esta obra maestra.

Otro estandarte es sin duda Harry Dean Stanton, quien ofrece aquí su mejor cara bordando un papel antológico. Valga como homenaje a este personaje “Lucky”, esa obra actual que sería la última interpretación del maltrecho Stanton en vida y que evidencia una inspiración absoluta en Travis, protagonista de “Paris, Texas”. A través de su figura nos adentramos en esta road movie que, fiel a su género, cuenta la historia de un descubrimiento. La redención de un hombre que a medida que avanza la cinta va recordando cómo llegó a vagar por el desierto texano durante cuatro años, tras abandonar a su mujer y a su hijo. Escoltado de su paciente hermano, su cariñosa cuñada y un hijo dotado de una madurez fuera de lo común, Travis emprende el camino de la expiación de sus pecados en busca de Jane (Nastassja Kinski).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis Arteaga
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2 de junio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“In the desert, you can’t remember your name”, cantaba America en Horse with no Name. Esta frase es una metáfora perfecta con Paris, Texas. Enigmática, particular, sigilosa. Travis (Harry Dean Stanton) tras más de cuatro años desaparecido, se reencuentra con su familia (el matrimonio formado por su hermano y su mujer, y su hijo). El tiempo, la memoria y el olvido son tratados como pocas veces se han visto en la pantalla. Una búsqueda genial, entrañable y contundente. La estética de la imagen, sensacional, acompaña en todo el momento este proceso.
danillobet
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30 de julio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paris, Texas es mucho más que un melodrama.
Paris, Texas es mucho más que una buena película.
Paris, Texas es mucho más que la mejor película de Wim Wenders.
Paris, Texas es mucho más que una obra maestra.
Paris, Texas es mucho más que una de las cumbres del cine moderno.

Paris, Texas es muchas cosas. Paris, Texas es la incomunicación, la aislación en uno mismo, el fracaso del sueño americano, la visión europea de Estados Unidos, es la triste historia de personas que se aman pero que no saben convivir, que no pueden estar juntos, y ellos lo saben, y lo aceptan.
Es todo eso, pero sin caer en ningún cliché. Es contar todo eso con suma delicadeza, con una maestría y una sensibilidad que pocas veces he visto. La fotografía de es increíble, es una masterclass de puro cine. Robby Müller y Wenders pasan de poner imágenes a una historia... a contar historias únicamente con esas imágenes.
La banda sonora de Ry Cooder es es magnífica (muchos la conocerán por Documentos TV de La 2). Un reparto de sobresaliente, destacando a Harry Dean, en el papel de su vida. Natassja Kinski también, sensual y carnal, su imágen con el jersey rosa es ya un icono, como el poster de Uma Thurman, y haciendo de la escena del Peep-Show uno de los momentos más desgarradores a nivel dramático del cine moderno, y porque no, de la historia del cine.
Paris, Texas significa mucho para mí, creo que lo he dejado claro, es una película que te llega a lo más hondo, que te abre los ojos, y espero que me acompañe el resto de mi vida. Puede que haya gente que la vea y no le diga nada, y lo entiendo, el arte es ( o debería ser) subjetivo, y de gustos no hay nada escrito. Sin embargo, a mi se me caen los huevos al suelo cada vez que la veo. Disfrutar de Paris, Texas, y recomiendo verla al menos 2 veces, pues una vez ya sabes la historia el reverla te hace ver todas llas "pistas" y diálogos con doble sentido.

Como ya he dicho, Paris, Texas es muchas cosas, pero ante todo, es una película sobre el amor. El amor a un hermano, el amor a tu hijo, el amor no correspondido, el amor romántico, el amor a uno mismo... y... finalmente... El sacrificio, la muestra de amor más pura que hay.
Corrdoba
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7 de noviembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo la primera película que veo de Wim Wenders, tengo claro que no será la última.
La trama se desarrolla lentamente, pero sin dejar cabos sueltos. Un hombre vaga sólo por el desierto de Texas, con la mirada fija en el horizonte buscando un destino al que probablemente no llegue nunca.
Poco a poco, vamos entendiendo el contexto de Travis, pequeñas trazas de su pasado, su entorno familiar, su relación fraternal, el cariño que le profesan, su carácter. Ese personaje que parecía haber perdido la cordura, nos va demostrando que está muy lúcido, simplemente necesitaba un propósito para seguir adelante.
Una vez lo encuentra y sabemos cual es la causa de la desesperación de Travis, asistimos a una última media hora de película, que es capaz de crear uno de los momentos más intensos del cine, a través de los medios más austeros posibles.
Al fin ponemos cara y voz al objeto del viaje de Travis, entendemos su pasado, comprendemos su presente y podemos vislumbrar su futuro. Una escena cargada de contenido y significado por la que sólo merecería la pena ver la película.
Finalmente, abandonamos la película con la mejor sensación posible, Travis ha llegado a su París particular, ese destino que una vez imaginó y que jamás pudo ver realizado. Él no estará presente en ese destino, pero esa sonrisa de satisfacción con la que abandona Houston, nos hace pensar, qué aunque no esté presente físicamente, en espíritu ya ha llegado allí.
CaesarRex
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12 de octubre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elogiada por la crítica y ganadora de la Palma de Oro, del Premio del Jurado Ecuménico (galardón creado por directores, críticos y cineastas católicos) y del premio FIPRESCI (el que otorga la prensa cinematográfica) en Cannes, “Paris,Texas” está considerada como una de las películas de culto de todos los tiempos; y sin duda lo es.
Dirigida por el gran cineasta alemán Wim Wenders a partir de un guion de Sam Shepard, “Paris, Texas” es una genialidad en muchos sentidos y bien merece un nuevo visionado. Estrenada hace 40 años (allí que estuve) los madrileños la pudimos ver en los desaparecidos cine Amaya (clausurado en 2003), Tívoli (2006), Infantas (1992) y Alphaville, el único que aún colea con el nombre de Golem, y aún somos muchos los que guardamos en un rinconcito de nuestra memoria al afligido y taciturno Harry Dean Stanton y a la bellísima y herida Nastassja Kinski, dos maravillosas interpretaciones que danzan por la pantalla bajo los inconfundibles acordes de la guitarra de Ry Cooder, una música conmovedora e hipnótica, que te sonará aunque no hayas visto la película porque fue utilizada durante muchos como sintonía en el programa de Televisión “Documentos TV”. Eso sí, tienes que tener una edad.
Aquí queda mi recomendación, “París, Texas” un excelente drama en el que un hombre perdido en el desierto de Texas ha olvidado quién es. Poco a poco irá recordando qué pasó con su mujer y su hijo pequeño. Una joya cocida a fuego lento.
carmen
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