No miren arriba

Cada cierto tiempo se pone de moda una palabra, y aparece de manera continuada hasta el hartazgo. En estos momentos, una de ellas es Brutal. Se usa fuera de tono, fuera de lugar, hoy día cualquier cosa es brutal.

¿Por qué digo esto? Porque es lo primero que me ha venido a la cabeza para definir esta película. Toda ella, aunque hecha desde la comedia, es una sátira brutal, devastadora si se prefiere sobre la sociedad actual y como nos enfrentamos a las cosas. En una búsqueda rutinaria de objetos celestes, Kate Dibiasky descubre un cometa, y cuando proponen al doctor Randall Mindy que calcule la trayectoria, descubren sin posibilidad de error que va a colisionar con la Tierra en un plazo de poco más de 6 meses. Todo lo que sigue de ese descubrimiento es pura crítica a la sociedad actual.

La reacción de todos y cada uno de los estamentos que se ven son duras, y por desgracia son totalmente plausibles en un mundo en el que es más importante una ruptura de unos famosos que una tragedia. Y ahí radica el punto fuerte de la peli, en nuestro mundo podría pasar algo así y que se reaccionase de la forma que lo hacen ciertos personajes.

Las actuaciones son más que solventes, aunque no hay ninguna que sea sobresaliente, al menos para mí. El guión está muy bien trabajado, aunque a veces dan saltos muy bruscos entre situaciones, de ahí que no sea una nota más alta.

Recomiendo mucho su visionado, quizá a cierta gente le puede servir para ser más abierto de miras en según que situaciones.

¿Acaso no hemos pensado todos en alguna ocasión que estábamos rodeados de imbéciles? Pues esta película nos cuenta eso que a veces las personas normales perciben que pasará con el mundo si los imbéciles siguen con el timón entre sus manos. Un cometa con un potencial destructor masivo se dirige a la Tierra y, pese a las evidencias cintíficas, los gobernantes no dejan de ver más allá de sus narices en lugar de afrontar el problema pensando en el bien común.

Es una sátira tremendamente mordaz sobre el mundo que vivimos. Al contrario que Idiocracy (2006), que aun sin saberlo era un film anticipativo de lo que estaba por llegar, Don't Look Up nos pone frente a la realidad de ahora, llámese pandemia, crisis climática o cualquier otra catástrofe global que se nos ocurra. Estamos inmersos en unas dinámicas cortoplacistas y nadie con un mínimo de poder sacrificará su posición en aras de salvar a millones, ya sea por desconocidos, por extranjeros, por pobres o por votar a quien no deben. La próxima hecatombe llamará a la puerta y esta caterva de majaderos, cuya mayor virtud es tener dinero y poder, se la abrirá de par en par sin hacerse demasiadas preguntas.

Se la acusa de ser demasiado obvia, de buscar un humor no muy inteligente y de apostar por el trazo grueso. Bueno, es su apuesta, es una comedia y este género permite licencias que no tienen por qué gustar a todos. No obstante, admitamos que hay algunos personajes que se pasan de caricaturescos, como el interpretado por Jonah Hill, un actor que parecer ser capar solo de hacer papeles estúpidos. Y aunque seguro que la progresista Meryl Streep disfrutó haciendo de ese trasunto femenino de Donald Trump, también resulta en exceso bufonesco. Mi favorito es el insufrible pero a su modo carismático magnate de la tecnología encarnado por Mark Rylance, cruce malsano entre Steve Jobs y Elon Musk, que tiene a los políticos en un puño gracias a sus donaciones millonarias y se jacta de conocer al personal gracias a sus apps. Quién le hubiera dicho a este actor que terminaría haciendo cine de masas después de revolcarse entre la mugre de Intimacy (2001).

Es cine comercial, pero con la suficiente carga intelectual para no dejar indiferente. Salvo que uno esté en el bando de los imbéciles, entonces todo será indignación y sensación de que le están aludiendo de manera ofensiva, o que le están acusando de algo muy serio. Oiga, quizá es que haya usted elegido el lado equivocado de la historia. Hágaselo mirar.

En 2018, el navarro J.J. Benítez publicó la novela "Gog, empieza la cuenta atrás" cuya base argumental es la historia de una astrónoma que por casualidad descubre un enorme meteorito que se dirige a la tierra a toda velocidad y caerá en el Océano Pacifico frente a las costas de Chile provocando la destrucción del planeta. La protagonista llamada Stare junto a un colega llamado Yuri intentan avisar del peligro sin que nadie les haga caso. Con el agravante que el gobierno de los Estados Unidos pretende permitir la caída del meteorito por intereses económicos. Como se ve, el argumento de "No miren arriba" es prácticamente calcado lo que podría ser una mera casualidad ya que la historia no es demasiado original salvo cuando uno lee la descripción que hace Benítez de su protagonista: "Stare ronda los treinta y dos años. Es una mujer bellísima en la que destacan unos ojos verdes y rasgados, su altura y su inteligencia. La piel es color bronce. Los cabellos, negros como el azabache, caen hasta la cintura; casi siempre recogidos en dos trenzas. La nariz es breve, adornada con un anillo de plata que la perfora.". La primer imagen de la película muestra a la prota, la bellísima (e inexpresiva) Jennifer Lawrence donde destacan sus ojos verdes y rasgados y su nariz adornada con un anillo de plata. Casualidad? Sin duda lo mejor de la película es la actuación de Merryl Streep como una especie de Trump con faldas, Mark Rylance como una especie de crossover entre Elon Musk y Steve Jobs y Ron Perlman autoparodiàndose como el general que debe "salvar al mundo". Renglón aparte merece Ariana Grande como la estrella pop cuyas desventuras amorosas sirven para acallar el desastre. El gran problema de la película es que no se decide si quiere ser una comedia como las anteriores de su director, una sátira sobre los medios de comunicación o sobre los fanáticos de la "vida sana", una crítica a los políticos venales, una sátira sobre el cine catástrofe (hay escenas que remiten directamente a películas como Día de la Independencia) y, como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta y todo termina diluyéndose. Los rubros técnicos, como no podía ser menos, resultan cuidadísimos, el ritmo es el correcto aunque en algún momento se notan sus 145 minutos.

Algunos tramos de la película me resultaron algo desconcertantes. Pero tuve esa sensación de que la comedia absurda se sustenta en situaciones absolutamente plausibles y reales que me llevó a la inquietud y el desasosiego. Si una película consigue eso a mí ya me ha ganado.
Leo esta impresionante y el resto no le van a la zaga
Absolutamente cierto que la estupidez humana no tiene límite y que está repartida en grandes dosis entre nuestros líderes.
Imprescindible si quieres participar en las sobremesas con amigos de este inicio de 2022.

La filmografía de Adam McKay es una de las que más ha virado en los últimos tiempos en Hollywood, habida cuenta de que el tipo venía de hacer comedietas tipo 'Hermanos por pelotas', 'Los otros dos' y algunas otras sandeces con su ex-muso Will Ferrell. Sin embargo, desde 'La gran apuesta' (título premonitorio de esta misma deriva fílmica), ha optado por crear obras más "serias", que siguen siendo comedias pero de otro tipo, más adultas, inteligentes y reflexivas, con temáticas de relevancia. Y de esta nueva hornada no me convenció ni entendí el éxito de 'La gran apuesta' pero sí 'El vicio del poder' y la que ahora nos ocupa.

Y es que 'No mires arriba' es una sátira inteligente y divertida... aunque en el fondo, pensándolo bien, no tenga ninguna gracia, al satirizar la estupidez humana. Y sirve como clara analogía sociológica de los tiempos actuales.

El reparto cumple muy bien en general, salvo Meryl Streep, algo forzada y desubicada aquí. Con Jonah Hill sí que me reí, y aunque también tienda a la sobreactuación, como todos sus compañeros, en una sátira de este tipo esto es más asumible; este tipo de papeles y las situaciones de astracanada se prestan a ello. También DiCaprio cae en esto y está bastante bien, como también Blanchett y Lawrence. Y Rylance, en su divertido y paródico personaje "stevejobsiano".