El silencio antes de Bach

Suscribo gran parte de la crítica de Sta Ringwald, quien además, acierta en el tono. No es concierto, no es documental, no es una historia coherente ni cohesionada, ni siquiera lo pretende. Me gusta el cine experimental, pero en este caso salí sin saber muy bien lo que aporta la película. Algunas escenas son bellas de por sí, pero a mí me gusta que me transmitan algo más: información, entretenimiento, mensajes, emoción o sensaciones, etc.
Pere Portabella es un personaje inteligente y comprometido y por ello estoy seguro que su obra, que está recogiendo excelentes críticas “de entendidos”, intenta mostrar algo que a mí, vulgar espectador, no me ha llegado.

No creo que el hecho de que los actores sean "semi-profesionales" sea una excusa de crítica. A mí, a pesar de las críticas, esta película me conmovió. Es verdad que tiene momentos de bostezo pero el resultado me satisfazo. Creo que Portabella se merece un aplauso por realizar una película con un fondo tan bonito y al mismo tiempo tan banal y vago de ideas. Creo que ha sabido mostrar y emocionar con escenas como la del metro y los violonchelistas y el solo del camionero en la habitación, o simplemente el piano que cae al mar. Querer retratar la música con momentos de silencio es todo un arte. Nos hace entender que la música forma parte de todos nosotros y nos acompaña durante todos nuestros trayectos de la vida.

Aprecio el cine cuando intenta salir de los transitados caminos convencionales, pero esto también me hace ser especialmente exigente con lo que veo. La nueva película de Portabella tiene momentos en el que su abstracción narrativa en combinación con la espiritualidad de la música de Bach funciona y llega al espectador, pero en general navega en un mar de estilismo un tanto vacío, y cuando aparece el componente humano naufraga estrepitosamente (las personas que aparecen y como se comportan distan mucho de ser naturales). Por momentos me recuerda al Herzog más abstracto, el de "Fata Morgana", pero sin su capacidad poética, de hecho tiene un cierto aire documental en algunos tramos.

Al final su frialdad de obra de museo se cobra su precio, me cuesta disfrutar de una obra así, no sé si por mis carencias musicales (aunque Bach por lo general me gusta) o porque no estoy demasiado acostumbrado a este cine tan rupturista. Es como comer un plato de "nueva cocina", te deja con bastante hambre.

Lo peor que he visto en muchos años, quizá lo peor que he visto nunca! Este señor no ha entendido nada de la música de Bach. Ante todo, sobre todo, la música de Bach no es programática. Lo del caballo al ritmo de una partita para teclado no sólo es penoso, para mí fue un insulto! Lo de tirar un piano al agua en silencio una broma ridícula, y lo de los chelos y el metro un gasto absurdo, una tomadura de pelo para los chicos que lo hacen (maravillosamente, ¡¡¡pero la suite para chelo es para un sólo instrumento!!!). Nada, no salvaría nada!!! Lo del "Bach del siglo XX" es penoso, la pieza final de Ligetti es para decirte que te vayas. Lo de los conductores de camión, mejor no continuar ... Perdonadme la expresión, pero es mi opinión: una paja mental carísima, y para mi, además de una pérdida de tiempo, ¡¡un insulto!!

A pesar del magnífico hilo conductor escogido, la música del magistral J.S. Bach, la película resultante es muy mediocre. Enlaza una sucesión de historias en torno a la música de Bach muy variopintas, de poco atractivo en sí mismas, y pobremente conectadas. Además, hay abundantes planos que no aportan nada. Con algunos de sus contenidos y la décima parte de su duración, probablemente se podría haber conseguido un documental razonable. Lo mejor: la música de Bach, pero ya existía antes de la película :-)