Tusk

Increible, impresionante, imprescindible... es la mejor película de serie B que he visto en años.... ¡¿Qué?!, ¿como dice?, ¿que no es una película de serie B?, vaya, vaya... ¡Ya se!, entonces es una puta broma, ¿verdad?, sí, eso es, el director, los productores, los actores y el resto del equipo estaban aburridos y en vez de comprarse una ps4 decidieron gastarse unos cuantos millones en hacer una jodida broma de película. Hasta los críticos decidieron unirse a la broma (si no, no me explico esas buenas críticas).

El argumento ya de por sí es una estupidez, un viejo marinero completamente loco decide transformar una persona en una morsa....., entiendo que después de leer esto pienses en dos cosas; primero: abandonar toda intención de ver esta chorrada de peli ( muy comprensible) y segundo: que no te creas los que lees y la veas por pura curiosidad (éste fue mi caso).
Las actuaciones no están mal, hay buenos actores, y muy cocnocidos. El guión es interesante y los diálogos te mantienen entretenido. Pero, hay un actor que lo echa todo a perder... Jhony Depp... vaya mierda de actuación, sobreactuada, ridícula y nada creible. Simplemente le dijeron; "toma Jhony, un par de kilos y haz lo que te de la gana", y eso hizo. Después de esa actuación tuve que ver como Freddy Kruger le daba su merecido para poder desquitarme a gusto.


En definitiva, el filmes una tomadura de pelo, de terror nada de nada y sobre las buenas críticas, simplemente no lo entiendo.

Qué lástima: después de un comienzo prometedor, con personajes interesantes, interpretaciones brillantes y diálogos atrayentes, el film se desliza hacia lo absurdo, grotesco y ridículo.
Recomiendo aguantar hasta los créditos, donde los propios actores se ríen de la deriva final que toma la historia.

Yo no entiendo mucho de cine, lo reconozco desde ya. He leído algunas críticas de compañeros que ponen bastante bien este film, pero yo tengo que decir que es una de las peores películas que he tenido la desgracia de ponerme a ver.
Ya hace tiempo que el (presumible) talento de Kevin Smith, si alguna vez lo tuvo, está missing. Ni está ni se le espera, como lo viene demostrando desde hace ya demasiados años. Pero el tipo es bastante listo, hay que reconocerlo, y ha sabido vender que se ha reinventado. En efecto, desde la muy sobrevalorada “Red State” he escuchado esto ya demasiadas veces. Y la confirmación parece que venía con esta infumable “Tusk”.
Creo que el término infumable es demasiado benévolo. ¿Qué tiene de gracioso que un hombre sea secuestrado para convertirlo en una morsa? ¿Y qué tiene de gracioso mostrarlo al espectador? Una planteamiento que, en un principio, puede parecer tan extravagante que llama la atención. Pero el director no camina por la senda del extrañamiento, sino que se deja llevar por lo fácil, por lo sangriento, por lo repulsivo. Parece una broma de pésimo gusto. De hecho es lo que es. Lo más gracioso que se puede extraer de este film es que Kevin Smith se debe estar partiendo el ojete de la risa al ver que hay personas que hablan bien de la película y que alaban esa mezcla, dicen, inteligente de terror y humor. Sé que estos tipos intelectuales tacharán a personas como yo de tener gustos demasiado convencionales. Si tener gustos convencionales es que no te guste un film truculento y desagradable como pocos se han visto, que coquetea deliberadamente con el gore y que se quiere hacer pasar por un film sesudo que mezcla humor y terror, cuando humor se confunde con verborrea inane y terror con repugnancia y hemoglobina a tope, pues lo reconozco: mis gustos son convencionales.
Yo me esperaba ver una película irracional, demente y, gracias a ello, graciosa, estilo “Tucker y Dale contra el mal”, con algo que ofrecer. Lo que no me esperaba era ver una sucesión de escenas cada vez más dantescas, inconexas, violentas, desagradables y gratuitas con un elevado número de flashbacks que quieren hacer avanzar la narración pero que lo único que hacen es entorpecerla y hacerla más espesa. Una película que quiere ser inquietante pero que realmente es deleznable, demencial, incluso la definiría como ofensiva. Una película que se regodea en lo repugnante. Simplemente gratuitamente asquerosa.
No se salva ni el reparto: Génesis Rodríguez hace bastante con no caer en el ridículo, algo que no consiguen ni Justin Long ni Johnny Depp.
Algo hay que reconocerle al film. No se ven muchas como esta, gracias al cielo.

Bueno, me encontré esta película en la tele por casualidad así que la vi sin ideas preconcebidas ni a favor ni en contra. De hecho, no me enteré de que la había dirigido el "amigo" Kevin Smith hasta que aparecieron los créditos finales, y en fin, me da igual si es de Kevin Smith o de Perico el de los Palotes, la película es una mierda. El problema no es su disparatado argumento (un podcaster capullo acaba en manos de un ex marinero canadiense con una fijación malsana con las morsas...imaginaos lo que sigue...) ni que salte de un género a otro ni que sea explícita y desagradable (que no lo es tanto). El problema es que el guión es muy pobre, la mayoría de los diálogos también, las actuaciones en su mayoría son muy flojas, los personajes no tienen chicha ninguna y como la historia no da para más nos aburren con flashbacks insulsos y chistes sobre Canadá que tal vez al otro lado del charco signifiquen algo, pero aquí dejan a uno frío del todo. Al final, lo que queda es una mezcla de comedia, thriller y terror que ni tiene gracia, ni tiene mucho suspense, ni mucho menos da miedo ni cosa que se le parezca. Lo único que se salva de la quema es el personaje del psicópata de turno (y el actor que lo interpreta) y eso solo hasta que llega la última media hora y el guión le arrastra también al chapucismo del resto de la función. Así que como película "de verdad" fracasa estrepitosamente, y si lo que quería hacer el bueno de Kevin era una gamberrada en condiciones le ha faltado descaro, mala leche y excesos de todo tipo. Por lo menos hubiera sido más divertido.

Tusk es un sinsentido más del en otra época prodigioso Kevin Smith. De él sólo recuerdo con agrado "Persiguiendo a Amy".
Sus primeras películas tenían el encanto del underground. Del discurso feroz y audaz de sus personajes, que se enrocaban en discursiones estúpidas pero de inspirada gracia. Una especie de Tarantino sin los momentos de acción y violencia extrema.
Tusk es la culminación de sus últimas obras en busca de ese espíritu que le inspiró en sus inicios, con actores más prestigiosos y un presupuesto más holgado, pero que cae en el absurdo total. Desde la indeficinión del género al que pertenece hasta en la interminables charlas que no conducen a ningún lugar.

Al parecer, gracias a esta web, he descubierto que es un remake de una obra de Alejandro Jodorowski.
Kevin Smith difícilmente se volvera a integrar en mi mundo cinéfilo.